Las mujeres que se abren paso en oficios de tradición masculina: "En el futuro me veo como una frigorista"
Un tercio de los 7.000 alumnos de los Centros de Formación Profesional para el Empleo de Madrid son mujeres.

Electricistas, soldadores o frigoristas son profesiones tradicionalmente masculinas en las que, sin embargo, cada vez se abren paso más mujeres. Este es un cambio de tendencia que han notado en la red propia de Formación Profesional para el Empleo de la Comunidad de Madrid. Por los cinco centros regionales -especializados en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones; Electricidad, Electrónica y Aeronáutica; Administración, Seguros y Finanzas; Edificación y Obra Civil; y Frío y Climatización- pasaron el año pasado casi 7.000 alumnos y un tercio fueron mujeres.
Diana García es una de ellas. Esta joven estudia Montaje y Mantenimiento de Instalaciones Frigoríficas en el centro dedicado a Frío y Climatización que está situado en Moratalaz. Diana cambió su profesión de protésico dental para entrar en un mundo que nada tiene que ver y con el que espera ganarse la vida el día de mañana. "En el futuro me veo ya como una frigorista, incluso emprendiendo y creando mi propia empresa para poder dar trabajo y oportunidades a más personas y por qué no a más mujeres", explica la joven.
"Las empresas demandan profesionales que sepan manejar sus herramientas y posean los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para realizar su trabajo, les importa poco que ese profesional sea hombre o mujer", sostiene Julio Martínez, uno de los profesores de Diana.
Ana Arriero es otra de las madrileñas que está abriendo paso en un sector tradicionalmente masculino: el mecanizado por arranque de viruta. "Para mí ha sido un cambio de sector por completo porque he estado 23 años trabajando de cara al público como comercial", manifiesta Ana. "Quería cambiar todo para que mi sueldo dependiera de mi esfuerzo y no de la decisión de un cliente", agrega esta madrileña, que está matriculada en el centro regional dedicado a la familia profesional de Electricidad, Electrónica y Aeronáutica que está situado en Leganés. Ana no es la única mujer, ya que tiene otra compañera en el curso.
"Hay mucho desconocimiento por parte de las mujeres de las oportunidades que tienen en estos centros", asegura Mercedes Marín, directora general de Formación de la Comunidad de Madrid. "No se limitan a cursos de administración o finanzas", agrega Marín sobre esas oportunidades laborales para las mujeres. "El sexo no es ninguna barrera de entrada", asevera la directora general, que destaca que los oficios que se aprenden en los centros de formación propios de la Comunidad cuentan en líneas generales con "altísimo" grado de inserción laboral.
El centro de Leganés en el que se está formando Ana Arriero, por ejemplo, el porcentaje de alumnos que encuentra un trabajo en los seis meses que siguen a su titulación alcanza el 84,7%, aunque en determinados cursos, como el de mecanizado por arranque de viruta, se sitúa en el 100%. "Esto se debe a que trabajamos codo a codo con las empresas para desarrollar formaciones muy prácticas y orientadas a sus necesidades reales", detalla Mercedes Marín, que manifiesta que los empleadores valoran mucho que los alumnos adquieran conocimientos que realmente van a utilizar en su vida laboral.
"En el futuro me veo trabajando soldando o montando piezas, algo relacionado con la familia del metal", asegura Lorena Caballero, otra madrileña que se está adentrando en un oficio copado por hombres como es la soldadura. A sus 21 años se está preparando para obtener un certificado profesional relacionado con este oficio y tiene muy claro que quiere hacer de esta su profesión. "Seguiré formándome hasta encontrar trabajo en un sitio relacionado con este oficio", asegura la joven.