El
Barça jugó dos partidos el domingo en el Metropolitano. Uno hasta el minuto 70, intentando imponer sin éxito su fútbol más tradicional, y otro desde el 2-0 del
Atlético, moviendo piezas con acierto
Hansi Flick no sólo desde el banquillo, sino también en el tablero. El técnico alemán sorprendió a
Simeone, que hasta ese momento había sabido cortocircuitar una de las vías mas comunes del equipo azulgrana para crear peligro: la conexión con
Dani Olmo en la media punta. También, con extraordinaria coordinación defensiva, logró incomodar a
Raphinha y
Lamine en las bandas.
Pedri, desesperado, no encontraba líneas de pase. Pese a la ejemplar actitud solidaria de
Casadó, la ausencia de De Jong de última hora se notaba por sus conducciones para romper líneas. Y a la contra llegaron los goles de
Julián Álvarez y Sorloth. Pero todo cambió ya tras el saque de centro de ese 2-0 del noruego. Estas son las claves.
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