La persecución: la pesadilla de un profesor asediado por una acusación falsa en un colegio francés
La película está basada en el caso real de su propio director y generó polémica en su país, sobre todo alrededor de su protagonista, Francoise Civil

La persecución (Pas de vagues, Francia/2024). Dirección: Teddy Lussi-Modeste. Guion: Teddy Lussi-Modeste, Audrey Diwan. Fotografía: Hichame Alaouié. Edición: Guerric Catala. Elenco: François Civil, Shaïn Boumedine, Toscane Duquesne,Mallory Wanecque, Bakary Kebe, Emma Boumali. Duración: 91 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años. Nuestra opinión: buena.
En 2019, Teddy Lussi-Modeste vivió una experiencia complicada. Era docente en un colegio de Aubervilliers, en la región de Sena-Saint Denis, no muy lejos de París, y fue acusado de acoso por una estudiante de 13 años. Se probó después que la denuncia era injustificada. Pero, como se suele decir, el daño ya estaba hecho.
De origen romaní, Lussi-Modeste -que hoy tiene 46 años- ha combinado en los últimos años la docencia con el cine y decidió contar esa historia en una película cuyo guion colaboró Audrey Diwan, escritora y periodista francesa que se hizo conocida internacionalmente por haber ganado el León de Oro en el Festival de Venecia 2021 con su propio film, El acontecimiento, que en la Argentina puede verse en la plataforma Max. La aclaración del origen del director de esta película no es azarosa. Francia es un país caracterizado por el multiculturalismo y al mismo tiempo atravesado por problemas de discriminación racial, un componente a tener en cuenta cuando se analiza su traumática vivencia.
El título original de La persecución es Pas de vagues y proviene de un movimiento de protesta docente que surgió en Francia en 2010 por la falta de apoyo institucional frente a situaciones de violencia y acusaciones infundadas de sus alumnos. Duró un tiempo, se apagó y se reavivó en 2018, cuando circularon en redes sociales y en la televisión francesa las imágenes de un alumno apuntando con un arma a una profesora. El arma era falsa, pero la potencia simbólica del hecho fue indisimulable. Usando esa referencia fácilmente identificable y sumándole un protagonista muy famoso en Francia, François Civil, Lussi-Modeste tuvo coraje para enfocar un tema muy conflictivo, dado que también está probado que los acosos sexuales reales son frecuentes en el ámbito escolar.
En La persecución, lo que desata el vendaval es un error de cálculo del profesor de literatura encarnado por Civil. Mientras explica a sus alumnos el significado del célebre poema Mignonne, allons voir si la rose, de Pierre de Ronsard, un escritor francés del Siglo XVI, Julien, quien ejerce su rol con dedicación, profundidad y una evidente empatía con sus alumnos, asegura que la adulación es una técnica de seducción y al mismo tiempo felicita a una tímida alumna, Leslie, por su nuevo peinado. Lo hace solamente para usarlo como ejemplo, pero la adolescente no lo entiende así y escribe una carta a las autoridades de la escuela para acusarlo de acoso sexual.
Lo que viene después de ese incidente producido por una mala interpretación es una pesadilla para el profesor: entra en escena el hermano de la chica, un personaje violento que empieza a amenazarlo, los alumnos que al principio lo apoyaban parecen haber cambiado de opinión y hasta sus propios colegas tienen una actitud ambigua. Y la crisis también afecta la vida íntima de Julien.
Más allá del nudo del relato, que tiene que ver centralmente con todo ese escándalo inesperado, La persecución también se las arregla para describir con algunas pinceladas un contexto de problemas relacionados con el empleo en Francia: la oferta no es generosa y las condiciones distan de ser las mejores.
Por fuera de lo que estrictamente aborda la película, hubo ruidos muy prototípicos en esta época de agresividad ilimitada en las redes sociales. Sobre todo en X, que parece atraer como un imán los discursos más virulentos, aparecieron muchos tuits en los que se acusaba a François Civil de participar en una película que defiende a los acosadores, paradójicamente el efecto contrario del que pretendía producir su realizador.