¿Cómo la soledad impacta la salud? Según los últimos estudios esto pasa

La soledad y el aislamiento social han sido identificados como factores de riesgo significativos para la salud física y mental. Estudios recientes, como los de la Universidad de Wollongong y la OMS, están poniendo el foco en cómo el aislamiento social y la soledad están disparando riesgos de enfermedades cardíacas, demencia y hasta una vida […]

Mar 20, 2025 - 17:32
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¿Cómo la soledad impacta la salud? Según los últimos estudios esto pasa

La soledad y el aislamiento social han sido identificados como factores de riesgo significativos para la salud física y mental. Estudios recientes, como los de la Universidad de Wollongong y la OMS, están poniendo el foco en cómo el aislamiento social y la soledad están disparando riesgos de enfermedades cardíacas, demencia y hasta una vida más corta.

La soledad y su impacto en la salud física

La OMS lo tiene claro: el aislamiento social es no tener casi contacto con otros, mientras que la soledad es esa sensación de vacío, aunque estés rodeado. Uno de cada cuatro mayores vive aislado, y entre 5% y 15% de los adolescentes sienten soledad, aunque los números reales podrían ser mayores. Investigadores de la Universidad de Wollongong dicen que esto es tan peligroso como fumar o la obesidad. Un estudio en Nature Mental Health con más de 600,000 personas encontró que la soledad sube un 31% el riesgo de demencia y un 15% el de deterioro cognitivo. No es solo estar triste; tu cerebro y cuerpo lo sienten.

La soledad afecta tu salud
Créditos: Pinterest

El corazón y el cerebro en riesgo

Scott William, de la Universidad de Wollongong, lidera investigaciones que vinculan el aislamiento con enfermedades crónicas como la insuficiencia cardíaca. En una revisión de 30 estudios en 15 países, con casi medio millón de pacientes, descubrieron que la soledad agrava estas condiciones. “Es una crisis de salud moderna”, dice William, y pide chequearlo tan seguido como la presión arterial. Otro estudio en Nature Human Behavior analizó sangre de 42,000 personas y halló 175 proteínas ligadas al aislamiento y 26 a la soledad, conectadas con inflamación y males como diabetes tipo 2 o accidentes cerebrovasculares. La proteína ADM, por ejemplo, sube con el estrés y se asocia a muerte temprana. Tu cuerpo literalmente grita por conexión.

La soledad afecta tu salud
Créditos: Pinterest

La vida social como escudo

Aquí viene lo bueno: tener una vida social activa es como una armadura. El estudio de Nature Human Behavior dice que el contacto social estimula tu sistema inmunológico y baja el riesgo de enfermedades graves. ¿Cómo? Menos inflamación y más defensas. Barbara Sahakian, de la Universidad de Cambridge, lo resume: “El contacto social nos mantiene sanos”. Así que salir con amigos o charlar en línea no es solo diversión, es salud.

El lado emocional de estar solo

Jorge Catelli, psicoanalista de la APA, le da un giro interesante: la soledad no es solo estar solo, es cómo te sientes por dentro. Puede venir de cosas de la infancia o de sentirte desconectado, aunque tengas gente cerca. Cuando pesa, puede ser un caos emocional. Patricia O’Donnell, psiquiatra, añade que la música, la lectura o el arte son salvavidas para esos momentos. “La cultura es un bálsamo”, dice, y tiene razón: una playlist o un libro pueden ser compañía cuando nadie más está.

La soledad afecta tu salud
Créditos: Pinterest

Tips para combatir la soledad

¿Quieres actuar? Aquí van ideas rápidas: manda un meme a un amigo—es un primer paso fácil. Únete a alguna actividad local, como un grupo de running o un taller de cocina; conoces gente sin presión. Si te cuesta salir, prueba apps para charlar o videojuegos online con chat—conexión sin moverte. Y si te animas, la soledad elegida (leer un libro, ver una serie) puede recargarte sin caer en el aislamiento. La clave es balance: no todo es estar rodeado, pero tampoco encerrarte.

La soledad y el aislamiento son más que un mal día; son riesgos reales que la ciencia está destapando. Desde un corazón más débil hasta un cerebro que pierde chispa, los efectos son serios, pero no irreversibles. Estudios como los de Wollongong y Cambridge muestran que conectar—con otros o contigo mismo—puede cambiar el juego. Así que la próxima vez que sientas ese vacío, no lo dejes crecer: un mensaje, una salida o una canción podrían estar salvándote más de lo que crees.