La inflación se reduce al 2,3% en marzo por la factura de la luz, pero los alimentos no dan tregua

Tras cinco meses de escalada que llevaron la inflación en España hasta el 3% en febrero y la alejaron peligrosamente de la media de los países de la moneda común (2,4% en la eurozona y 2,9% en nuestro país en términos armonizados), en marzo el avance del IPC se ha moderado hasta el 2,3% . El dato, que es del Instituto Nacional de Estadística (INE), confirma la estimación que ya publicó el mismo organismo a inicios de abril. Estadística ha justificado el dato por el abaratamiento de la energía; específicamente, la electricidad y los carburantes . No es nada extraño, pues desde hace ya unos meses los vaivenes inflacionarios en España se explican por la energía, que junto a los alimentos no elaborados, compone lo que se conoce como los elementos 'volátiles' del paquete que forma el IPC. Si se eliminan de la cesta, en marzo la inflación subyacente -así se llama- fue del 2%, que es la tasa más baja desde hace tres años. Más que los carburantes, el elemento clave en marzo fue la factura de la luz, que se abarató gracias a unos temporales que pusieron los molinos de viento a trabajar. Las renovables han convertido al mercado español en el más barato de Europa -para los hogares, no la industria-, y de hecho, el Banco de España prevé que, si se cumple lo que está previsto en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (un 80% de contribución renovable al mix total), para 2030 la factura se habrá abaratado un 50%. Exactamente, y según datos del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, el mes pasado se programaron 249 GWh de instalaciones eólicas de media en el mercado diario, frente a los 155 GWh de febrero. Además, llovió mucho, tanto que, en este momento, los embalses de uso hidroeléctrico están en el 84% de su capacidad. Esto no quita que el mes pasado, según datos del operador, la contribución de la hidráulica al mix energético fuera sensiblemente menor que en febrero, pero el buen momento de las reservas hídricas asegura la contribución de esta fuente de generación eléctrica para los próximos meses. Hasta aquí la buena noticia, pues si se toman por separado los alimentos, que son uno de los elementos del IPC que más perjuicio causa cuando sufre vaivenes, resulta que en marzo hubo otra subida. El mes pasado el precio del grupo 'alimentos y bebidas no alcohólicas' se elevó un 2,4%. Es apenas un 0,1% más que el IPC general, pero supone la tasa más alta desde agosto de 2024 y significa que los alimentos toman una dirección contraria a la del IPC general. De hecho, desde enero de 2021 los alimentos se han encarecido un 33%. Como ya explicó ABC, parte de esta subida se explica por la retirada a partir de 2025 de las medidas tributarias excepcionales que se han aplicado en el último lustro para combatir los efectos de la pandemia primero y la guerra de Ucrania después. Esto explica una cuarta parte de la inflación en España. En el caso de los alimentos, en los dos primeros meses del año acumularon un alza del 0,9% que, de haberse mantenido las exenciones tributarias, habría sido apenas del 0,4%. En cualquier caso, y más allá de la energía, el dato del IPC subyacente puede significar que en España los precios están viviendo un abaratamiento estructural. A partir de ahí, el escenario que se abre para los próximos meses es más incierto. Las contramedidas que aplique la UE para responder a la guerra arancelaria de Trump podrían disparar los precios de algunos productos en concreto y desacelerar la economía debido a la caída de las exportaciones, quizá no a EU.UU., donde España exporta 18.000 millones, pero sí a Europa, en un contexto de pesimismo comercial.

Abr 11, 2025 - 10:05
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La inflación se reduce al 2,3% en marzo por la factura de la luz, pero los alimentos no dan tregua
Tras cinco meses de escalada que llevaron la inflación en España hasta el 3% en febrero y la alejaron peligrosamente de la media de los países de la moneda común (2,4% en la eurozona y 2,9% en nuestro país en términos armonizados), en marzo el avance del IPC se ha moderado hasta el 2,3% . El dato, que es del Instituto Nacional de Estadística (INE), confirma la estimación que ya publicó el mismo organismo a inicios de abril. Estadística ha justificado el dato por el abaratamiento de la energía; específicamente, la electricidad y los carburantes . No es nada extraño, pues desde hace ya unos meses los vaivenes inflacionarios en España se explican por la energía, que junto a los alimentos no elaborados, compone lo que se conoce como los elementos 'volátiles' del paquete que forma el IPC. Si se eliminan de la cesta, en marzo la inflación subyacente -así se llama- fue del 2%, que es la tasa más baja desde hace tres años. Más que los carburantes, el elemento clave en marzo fue la factura de la luz, que se abarató gracias a unos temporales que pusieron los molinos de viento a trabajar. Las renovables han convertido al mercado español en el más barato de Europa -para los hogares, no la industria-, y de hecho, el Banco de España prevé que, si se cumple lo que está previsto en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (un 80% de contribución renovable al mix total), para 2030 la factura se habrá abaratado un 50%. Exactamente, y según datos del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad, el mes pasado se programaron 249 GWh de instalaciones eólicas de media en el mercado diario, frente a los 155 GWh de febrero. Además, llovió mucho, tanto que, en este momento, los embalses de uso hidroeléctrico están en el 84% de su capacidad. Esto no quita que el mes pasado, según datos del operador, la contribución de la hidráulica al mix energético fuera sensiblemente menor que en febrero, pero el buen momento de las reservas hídricas asegura la contribución de esta fuente de generación eléctrica para los próximos meses. Hasta aquí la buena noticia, pues si se toman por separado los alimentos, que son uno de los elementos del IPC que más perjuicio causa cuando sufre vaivenes, resulta que en marzo hubo otra subida. El mes pasado el precio del grupo 'alimentos y bebidas no alcohólicas' se elevó un 2,4%. Es apenas un 0,1% más que el IPC general, pero supone la tasa más alta desde agosto de 2024 y significa que los alimentos toman una dirección contraria a la del IPC general. De hecho, desde enero de 2021 los alimentos se han encarecido un 33%. Como ya explicó ABC, parte de esta subida se explica por la retirada a partir de 2025 de las medidas tributarias excepcionales que se han aplicado en el último lustro para combatir los efectos de la pandemia primero y la guerra de Ucrania después. Esto explica una cuarta parte de la inflación en España. En el caso de los alimentos, en los dos primeros meses del año acumularon un alza del 0,9% que, de haberse mantenido las exenciones tributarias, habría sido apenas del 0,4%. En cualquier caso, y más allá de la energía, el dato del IPC subyacente puede significar que en España los precios están viviendo un abaratamiento estructural. A partir de ahí, el escenario que se abre para los próximos meses es más incierto. Las contramedidas que aplique la UE para responder a la guerra arancelaria de Trump podrían disparar los precios de algunos productos en concreto y desacelerar la economía debido a la caída de las exportaciones, quizá no a EU.UU., donde España exporta 18.000 millones, pero sí a Europa, en un contexto de pesimismo comercial.