La ficción del pare Jordi Pujol
¿Llamó por teléfono el expresidente Jordi Pujol al rey emérito Juan Carlos I para que intermediara cuando en 2014 el diario El Mundo reveló que tenía una fortuna familiar no declarada depositada en Andorra? ¿Visitó a mossèn Ballarín, después de haber hecho pública su confesión, para reconocer sus pecados y buscar la absolución? Estas son las únicas preguntas mínimamente provocadoras que plantea Parenostre, la película de Manuel Huerga y Toni Soler sobre los días más convulsos de Pujol, que parece prometedora al principio y resulta descafeinada después de 96 minutos. Justamente estos dos momentos de la vida del expresidente de la Generalitat son deliberadamente inventados en una obra de ficción basada en hechos reales, concebida como un thriller político sobre un personaje contemporáneo -interpretado por Josep María Pou- y no como un documental de investigación periodística. Conviene explicarlo y publicitarlo así para evitar la decepción que las personas informadas sufrirán si van al cine en búsqueda de nuevos datos. En ese sentido, la aportación de Parenostre es irrelevante.Seguir leyendo....

¿Llamó por teléfono el expresidente Jordi Pujol al rey emérito Juan Carlos I para que intermediara cuando en 2014 el diario El Mundo reveló que tenía una fortuna familiar no declarada depositada en Andorra? ¿Visitó a mossèn Ballarín, después de haber hecho pública su confesión, para reconocer sus pecados y buscar la absolución? Estas son las únicas preguntas mínimamente provocadoras que plantea Parenostre, la película de Manuel Huerga y Toni Soler sobre los días más convulsos de Pujol, que parece prometedora al principio y resulta descafeinada después de 96 minutos. Justamente estos dos momentos de la vida del expresidente de la Generalitat son deliberadamente inventados en una obra de ficción basada en hechos reales, concebida como un thriller político sobre un personaje contemporáneo -interpretado por Josep María Pou- y no como un documental de investigación periodística. Conviene explicarlo y publicitarlo así para evitar la decepción que las personas informadas sufrirán si van al cine en búsqueda de nuevos datos. En ese sentido, la aportación de Parenostre es irrelevante.