La consulta por el valenciano de Mazón penaliza la abstención: si no votaste, no eliges la lengua en la que estudiará tu hijo
Los alumnos cuyos progenitores no hayan participado en el referéndum serán adscritos "de oficio a una u otra lengua base por parte del centro docente, en virtud de su autonomía, en el momento de configurar los diferentes grupos de alumnado"Radiografía de la consulta de Mazón sobre la lengua, centro a centro: la pública elige valenciano; la concertada, castellano La pasada semana finalizaba la consulta a madres y padres de alumnos de Infantil (segundo y tercero), Primaria y Secundaria (primero, segundo y tercero) sobre la lengua base que preferían para sus hijos e hijas a partir del próximo curso: castellano o valenciano. Alrededor de 340.000 de las más de 570.000 familias que estaban llamadas a votar participaron en la consulta, un 58%; y, aunque por estrecho margen, el valenciano se impuso (50,53%-49,47%) y será mayoritario en colegios e institutos el próximo curso -aquí puedes ver qué se ha votado en cada centro y en cada municipio-. A partir del próximo mes de septiembre, “prácticamente el cien por cien” de quienes han participado en el referéndum verán a sus hijos escolarizados en la lengua elegida, siempre que el centro en el que cursen sus estudios tenga dos o más líneas por curso. Hay unos 200 colegios valencianos que solo tienen una línea, y en esos casos sigue existiendo la incógnita de saber qué pasara con los alumnos que se decantan por la opción minoritaria; unas dudas que no se despejarán hasta que no se publique el arreglo escolar para el próximo curso. Tal y como detalló el director general de Ordenación Educativa y Política Lingüística, Ignacio Martínez, “entre el 98 y el 99% de los alumnos se matricularán en la lengua que han seleccionado sus madres y padres, como sucede con el proceso de admisión”. En los casos en los que esto no suceda, la conselleria ha asegurado que estudiará “caso por caso”, llevará a cabo un “ajuste fino” y, si es necesario, “se hará un esfuerzo”, en forma de contratación de personal docente, para atender a aquellas familias que han participado en la consulta. En la orden, publicada el pasado 2 de febrero, se deja esta responsabilidad en manos de la escuela o instituto: “Cuando en aplicación del orden de adscripción del alumnado a cada lengua base se agoten las vacantes en una de ellas, o bien no exista oferta de la misma, el alumnado se adscribirá inicialmente a puestos escolares correspondientes a la otra lengua base”. No obstante, puntualiza que los centros, “en virtud de su autonomía pedagógica y organizativa, podrán organizar los recursos humanos adicionales de que dispongan en su plantilla para desdoblar determinadas áreas y materias, a fin de tender a que todo el alumnado pueda cursar sus enseñanzas en la lengua base elegida por sus representantes legales”. Quienes no lo van a tener tan fácil van a ser los hijos de madres y padres que optaron por la abstención y no participaron en el referéndum. Estas familias se verán 'penalizadas', ya que la lengua base no la elegirán ellas, sino que se les será asignada por el centro en el que estén matriculados los estudiantes en función de las necesidades y las ratios, tal y como reconoció Martínez. Es decir, en el caso de los colegios o institutos en los que haya ganado de forma amplia una opción y haya dos clases, los hijos de los 'abstencionistas' serán asignados mayoritariamente a la opción con menos apoyos para compensar el número de alumnos en las aulas. El texto publicado por el departamento que dirige José Antonio Rovira relata que el alumnado “cuyos representantes legales no hayan participado en la consulta, cuyos votos no se hubiesen tenido en cuenta por haber expresado los representantes legales una preferencia por lenguas base diferentes, o que hubiesen incurrido en falsedad o falta de acreditación de las circunstancias alegadas para determinar el orden de prelación, se adscribirá de oficio a una u otra lengua base por parte del centro docente, en virtud de su autonomía, en el momento de configurar los diferentes grupos de alumnado”. En esta adscripción se ponderará como primer criterio “las posibilidades organizativas del centro”. Posteriormente, se tendrán en cuenta las preferencias de los representantes legales del alumno y, en caso de desacuerdo entre los progenitores, la continuidad en la misma lengua base. Redacción ambigua que genera incertidumbre Desde la Confederación de Ampas Gonzalo Anaya, Rubén Pachecho lamenta que la orden de la Conselleria de Educación sobre la consulta de la lengua base genera gran incertidumbre entre las familias por una redacción ambigua: “En ningún caso se explicita de dónde sale la voluntad de quienes no han votado. ¿Cómo se sabe?”. La organización ha recibido desde la pasada semana multitud de consultas de madres y padres, “porque la gente no sabe qué va a pasar el próximo curso”. Por ello, sospechan que se puede generar todavía más conflicto si en estos casos se exige la escol

Los alumnos cuyos progenitores no hayan participado en el referéndum serán adscritos "de oficio a una u otra lengua base por parte del centro docente, en virtud de su autonomía, en el momento de configurar los diferentes grupos de alumnado"
Radiografía de la consulta de Mazón sobre la lengua, centro a centro: la pública elige valenciano; la concertada, castellano
La pasada semana finalizaba la consulta a madres y padres de alumnos de Infantil (segundo y tercero), Primaria y Secundaria (primero, segundo y tercero) sobre la lengua base que preferían para sus hijos e hijas a partir del próximo curso: castellano o valenciano. Alrededor de 340.000 de las más de 570.000 familias que estaban llamadas a votar participaron en la consulta, un 58%; y, aunque por estrecho margen, el valenciano se impuso (50,53%-49,47%) y será mayoritario en colegios e institutos el próximo curso -aquí puedes ver qué se ha votado en cada centro y en cada municipio-.
A partir del próximo mes de septiembre, “prácticamente el cien por cien” de quienes han participado en el referéndum verán a sus hijos escolarizados en la lengua elegida, siempre que el centro en el que cursen sus estudios tenga dos o más líneas por curso. Hay unos 200 colegios valencianos que solo tienen una línea, y en esos casos sigue existiendo la incógnita de saber qué pasara con los alumnos que se decantan por la opción minoritaria; unas dudas que no se despejarán hasta que no se publique el arreglo escolar para el próximo curso. Tal y como detalló el director general de Ordenación Educativa y Política Lingüística, Ignacio Martínez, “entre el 98 y el 99% de los alumnos se matricularán en la lengua que han seleccionado sus madres y padres, como sucede con el proceso de admisión”.
En los casos en los que esto no suceda, la conselleria ha asegurado que estudiará “caso por caso”, llevará a cabo un “ajuste fino” y, si es necesario, “se hará un esfuerzo”, en forma de contratación de personal docente, para atender a aquellas familias que han participado en la consulta.
En la orden, publicada el pasado 2 de febrero, se deja esta responsabilidad en manos de la escuela o instituto: “Cuando en aplicación del orden de adscripción del alumnado a cada lengua base se agoten las vacantes en una de ellas, o bien no exista oferta de la misma, el alumnado se adscribirá inicialmente a puestos escolares correspondientes a la otra lengua base”. No obstante, puntualiza que los centros, “en virtud de su autonomía pedagógica y organizativa, podrán organizar los recursos humanos adicionales de que dispongan en su plantilla para desdoblar determinadas áreas y materias, a fin de tender a que todo el alumnado pueda cursar sus enseñanzas en la lengua base elegida por sus representantes legales”.
Quienes no lo van a tener tan fácil van a ser los hijos de madres y padres que optaron por la abstención y no participaron en el referéndum. Estas familias se verán 'penalizadas', ya que la lengua base no la elegirán ellas, sino que se les será asignada por el centro en el que estén matriculados los estudiantes en función de las necesidades y las ratios, tal y como reconoció Martínez. Es decir, en el caso de los colegios o institutos en los que haya ganado de forma amplia una opción y haya dos clases, los hijos de los 'abstencionistas' serán asignados mayoritariamente a la opción con menos apoyos para compensar el número de alumnos en las aulas.
El texto publicado por el departamento que dirige José Antonio Rovira relata que el alumnado “cuyos representantes legales no hayan participado en la consulta, cuyos votos no se hubiesen tenido en cuenta por haber expresado los representantes legales una preferencia por lenguas base diferentes, o que hubiesen incurrido en falsedad o falta de acreditación de las circunstancias alegadas para determinar el orden de prelación, se adscribirá de oficio a una u otra lengua base por parte del centro docente, en virtud de su autonomía, en el momento de configurar los diferentes grupos de alumnado”. En esta adscripción se ponderará como primer criterio “las posibilidades organizativas del centro”. Posteriormente, se tendrán en cuenta las preferencias de los representantes legales del alumno y, en caso de desacuerdo entre los progenitores, la continuidad en la misma lengua base.
Redacción ambigua que genera incertidumbre
Desde la Confederación de Ampas Gonzalo Anaya, Rubén Pachecho lamenta que la orden de la Conselleria de Educación sobre la consulta de la lengua base genera gran incertidumbre entre las familias por una redacción ambigua: “En ningún caso se explicita de dónde sale la voluntad de quienes no han votado. ¿Cómo se sabe?”. La organización ha recibido desde la pasada semana multitud de consultas de madres y padres, “porque la gente no sabe qué va a pasar el próximo curso”.
Por ello, sospechan que se puede generar todavía más conflicto si en estos casos se exige la escolarización en una determinada lengua: “Ya veremos cuál es la interpretación de la conselleria, que ya ha hecho interpretaciones sobre la marcha de su propia ley y de la orden”. “Viendo cómo han funcionado hasta la fecha, sin respetar una mínima seguridad jurídica, nos tememos que pueda cambiar el criterio”, relata Pacheco.