Julius Baer se prepara para un "continuo caos", pero ve algunas oportunidades
El 'Día de la Liberación' ha sido, como poco, tan malo como se esperaba. Los aranceles recíprocos anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han provocado una caída global de las bolsas.

La introducción un arancel base del 10% junto con gravámenes más altos específicos por país superaron significativamente las expectativas. A medida que los inversores asimilaban la noticia, los futuros de acciones rápidamente bajaron, reflejando una mayor incertidumbre y preocupaciones sobre el impacto económico general. Ahora, los inversores se preparan para unas jornadas (y semanas) de muchísima volatilidad en los mercados.
"Las tarifas están subiendo, los mercados están bajando: el punto geopolítico más anunciado ha cumplido con creces las expectativas. Los operadores se preparan para un continuo caos en los mercados, con posiblemente algunas oportunidades clave por venir después del colapso. En contraste, los inversores buscan compromisos comerciales mutuamente aceptables y señales de un posible fondo en los activos de riesgo a mediano plazo antes de volver a entrar al mercado. Los activos refugio tendrán que ser suficientes por ahora", señala Christian Gattiker, director de investigación de Julius Baer.
Según el experto del banco suizo, la conclusión es clara: la estrategia de "shock y miedo" de Trump no es más que un intento de dejar al resto del mundo en una posición difícil desde la que negociar y desde la que tomar potenciales represalias. Asimismo, Gattiker considera que esto llevará irremediablemente a un período "de incertidumbre y riesgos potenciales" para el crecimiento global y la inflación de EEUU en los próximos tres a nueve meses.
"Los operadores probablemente se frenen durante unas semanas, si no meses, debido a la severidad del paquete de EEUU y la larga duración de estas negociaciones. En cuanto a los inversores, se necesita una imagen más clara en términos de lograr compromisos entre las partes y/o señales de un fondo más estable en las bolsas a mediano plazo antes de añadir más activos de riesgo más allá de las posiciones de trading", explica este estratega.
RENTA VARIABLE
En este contexto, el banco helvético recomienda adoptar una postura cautelosa con la renta variable mientras persista la inestabilidad política. Con todo, Julius Baer diferencia entre las acciones de empresas estadounidenses, que podrían sufrir mucho más en el corto plazo, y la renta variable de Europa y China, en donde ven "mejores oportunidades".
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La presión más inmediata se está sintiendo en los sectores industriales, con industrias como la automotriz, el hardware tecnológico y los bienes de capital siendo las más afectadas debido a su gran dependencia de las cadenas de suministro globales. Desde una perspectiva de ganancias, suponiendo que las empresas absorban aproximadamente el 30% de la carga arancelaria, el impacto directo sobre las ganancias corporativas globales podría ser alrededor del 2% de los beneficios por acción (BPA) en general", apunta Mathieu Racheter, jefe de investigación de estrategia de renta variable.
Asimismo, este experto advierte que el impacto no está distribuido "de manera uniforme", ya que los mercados desarrollados como Europa y Japón parecen "particularmente vulnerables" debido a sus mayores ratios de exportación sobre el PIB, lo que los hace más expuestos a las interrupciones comerciales.
A pesar de ello, más allá del impacto inmediato en las ganancias, la preocupación "más urgente" para los inversores es la "presión sostenida sobre las valoraciones". "Dado que nuestros economistas esperan que las tensiones comerciales persistan al menos otros tres a nueve meses, es probable que la incertidumbre política se mantenga elevada, aumentando las primas de riesgo y afectando aún más el sentimiento del mercado", agrega Racheter.
De su lado, David Kohl, economista jefe de Julius Baer, advierte que la incertidumbre en torno a estas negociaciones creará algunos riesgos a la baja para el crecimiento global y para los consumidores de EEUU, quienes enfrentarán precios más altos y reducirán el gasto.
"Vemos un riesgo a la baja para nuestra previsión de crecimiento de EEUU del 2% en 2025, mientras que nuestra previsión de inflación del 3,5% captura la mayoría del riesgo inflacionario debido a los aranceles más altos. En Europa, esperamos que las políticas fiscales y monetarias sigan intentando estimular la demanda interna en respuesta al entorno externo más difícil", indica este estratega.
Al mismo tiempo, aunque muchas industrias enfrentan desafíos, ciertas empresas están posicionadas para beneficiarse de estos cambios de política. En particular, señala Julius Baer, los fabricantes con sede en EEUU que tienen una "mínima" dependencia de las importaciones podrían emerger como "ganadores relativos", ya que se beneficiarían de precios más altos a nivel nacional sin tener que soportar la carga de aranceles adicionales.
Eso no significa que los riesgos hayan desaparecido por completo. Y es que la imposición de posibles aranceles sectoriales sobre industrias clave como los semiconductores, productos farmacéuticos, el cobre o la madera podrían generar una mayor volatilidad en los mercados en los próximos meses.
"Por ahora, seguimos recomendando cautela frente a la compra prematura de debilidad en el mercado, especialmente en EEUU. Recomendamos utilizar cualquier fortaleza a corto plazo en las acciones de EEUU para vender y diversificar aún más hacia acciones no estadounidenses, como Europa y China", sentencia Racheter.
RENTA FIJA Y DIVISAS
En cuanto a la renta fija, Julius Baer reitera su opinión de que el enfoque del riesgo de crédito "debería ser más comedido" en este momento, con una exposición selectiva y optarían por "cierta" protección. Y es que, para el banco suizo, la cuestión de la duración de la cartera se vuelve más delicada, dado el aumento de los riesgos de crecimiento e inflación.
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Dario Messi, jefe de análisis de Renta Fija de Julius Baer, destaca que los diferenciales de crédito "aún están lejos de los niveles de recesión" y es "probable" que no se estrechen en el entorno actual, antes de que tengamos más claridad sobre las consecuencias económicas del cambio de sentimiento tanto para los consumidores como para las empresas.
Así, este experto considera que las inversiones de alto rendimiento en EEUU "deberían centrarse en la parte de menor duración y mayor calidad", la cual creen que sigue ofreciendo "un valor decente con un riesgo de impago manejable".
En cuanto a los mercados europeos de alto rendimiento, el banco suizo se mantiene "más cauto", dado que en el Viejo Continente "se descuenta mucho optimismo, mientras que probablemente empeore antes de mejorar". "En cuanto a la cuestión de la estrategia óptima de duración de la cartera, ahora es un poco más complicada, ya que no sólo han aumentado los riesgos de crecimiento, sino también los de inflación", señala Messi.
"Si bien esto exige una prima por plazo más alta, la demanda de activos refugio aún podría conducir a rendimientos del Tesoro temporalmente más bajos, como estamos experimentando durante la primera reacción a los anuncios de Trump. Nos estamos acercando a la marca del 4% para el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años, que anteriormente era nuestro extremo inferior del rango de negociación y que calificamos como una señal para reducir la exposición a la duración en las carteras", agrega este experto.
Sin embargo, dado que las características de refugio seguro de los bonos de mayor calidad crediticia funcionan mejor en estos momentos, Julius Baer recomienda no venderlos. En su lugar, la firma helvética sugiere mantener "algunos" de los bonos de mayor calidad con fines de cobertura, "al menos por el momento". "Mientras tanto, seguimos sin ver valor en añadir posiciones especulativas de duración, ya que no esperamos una caída masiva de los rendimientos en el futuro", sentencia.
En cuanto a las divisas, David A. Meier, economista de Julius Baer, destaca la caída del dólar ante el aumento del pesimismo. Paralelamente, el yen japonés cumplió su papel de moneda refugio, mientras que Canadá y México se libraron del peor escenario posible y vieron cómo sus divisas se recuperaban.
Por lo tanto, apunta, la situación sigue siendo "fluida", ya que el impacto final de los aranceles en cada país es "difícil de evaluar" debido a "las partes móviles". Así las cosas, la incertidumbre, como venimos diciendo, se mantendrá elevada en las próximas semanas y meses, y las divisas seguirán siendo volátiles en función del flujo de noticias. Además, es probable que se produzcan respuestas de política monetaria en forma de tipos de interés más bajos y respuestas de política fiscal para apoyar a los sectores económicos afectados por los aranceles.
"Anticipando una mayor disposición de EEUU a soportar el dolor económico para lograr sus objetivos políticos, rebajando nuestras perspectivas de crecimiento de EEUU y esperando más recortes de la Reserva Federal, vemos que aumenta el pesimismo sobre el dólar estadounidense y a principios de esta semana anotamos un dólar estadounidense más débil en nuestras previsiones", afirma Meier.