Juan Ortega, al calabozo: así toreó en la Monumental de Barcelona

Juan Ortega ha cumplido un sueño. Perdón, «medio»: torear en Barcelona, en una Monumental vacía, en una ciudad taurina que declaran antitaurina. Con las puertas cerradas a las corridas, el torero sevillano se plantó ayer en su ruedo y dibujó lances al aire compartidos en sus redes sociales. Ay como las fotos lleguen al Parlament. Capaces son algunos de mandarlo al calabozo. Pese a ser una actividad cultural que es patrimonio en toda España, pese a que el Tribunal Constitucional tumbara la prohibición y la declarara inconstitucional, en Barcelona no se ve ni un pitón. Por ocho votos a favor y tres en contra, el Pleno sostuvo que la abolición del toreo en Cataluña fue una invasión a las competencias del Estado. El principal argumento de la sentencia fue que, si bien la comunidad autónoma tiene potestad para regular espectáculos públicos, e incluso para prohibirlos llegado el caso si es con objeto de proteger a los animales, no lo puede hacer con la tauromaquia. El motivo: la tauromaquia fue declarada por el Gobierno (en sendas leyes de 2013 y 2015) patrimonio cultural inmaterial y la Constitución reserva al Estado cualquier competencia que forme parte del patrimonio cultural español. Pero a pesar de esa plena legitimidad, no ha vuelto a salir el sol taurino en Barcelona, más allá de los rayos perseverantes de la afición con sus coloquios, como en el que intervino el martes -día del fallo del premio Nacional de Tauromaquia- el torero de Triana.

Feb 12, 2025 - 14:57
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Juan Ortega, al calabozo: así toreó en la Monumental de Barcelona
Juan Ortega ha cumplido un sueño. Perdón, «medio»: torear en Barcelona, en una Monumental vacía, en una ciudad taurina que declaran antitaurina. Con las puertas cerradas a las corridas, el torero sevillano se plantó ayer en su ruedo y dibujó lances al aire compartidos en sus redes sociales. Ay como las fotos lleguen al Parlament. Capaces son algunos de mandarlo al calabozo. Pese a ser una actividad cultural que es patrimonio en toda España, pese a que el Tribunal Constitucional tumbara la prohibición y la declarara inconstitucional, en Barcelona no se ve ni un pitón. Por ocho votos a favor y tres en contra, el Pleno sostuvo que la abolición del toreo en Cataluña fue una invasión a las competencias del Estado. El principal argumento de la sentencia fue que, si bien la comunidad autónoma tiene potestad para regular espectáculos públicos, e incluso para prohibirlos llegado el caso si es con objeto de proteger a los animales, no lo puede hacer con la tauromaquia. El motivo: la tauromaquia fue declarada por el Gobierno (en sendas leyes de 2013 y 2015) patrimonio cultural inmaterial y la Constitución reserva al Estado cualquier competencia que forme parte del patrimonio cultural español. Pero a pesar de esa plena legitimidad, no ha vuelto a salir el sol taurino en Barcelona, más allá de los rayos perseverantes de la afición con sus coloquios, como en el que intervino el martes -día del fallo del premio Nacional de Tauromaquia- el torero de Triana.