Juan Becerra Acosta: Del “fue sin querer queriendo”, del Chavo del 8, al “aquí estoy” con fuero, de Cuauhtémoc Blanco

Gandalla, violento, avienta la piedra y esconde la mano mientras exalta una mediocridad disfrazada de ingenuidad, así es El Chavo del 8, niño interpretado por un adulto que habitaba la vivienda 8 de una vecindad, quien prefería refugiarse en un barril con tal de evitar el baño –lo que veía como castigo– y quien fue incapaz de reconocer, nunca, una falta, error, ofrecer disculpas o sentir remordimiento. Buscó –y logró– quedar impune al culpar a otros de actos que podían ir desde el insulto o el robo, hasta la violencia física, para que fueran ellos, quienes rodeaban a El Chavo, los castigados por algo que no cometieron.

Abr 9, 2025 - 16:09
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Juan Becerra Acosta: Del “fue sin querer queriendo”, del Chavo del 8, al “aquí estoy” con fuero, de Cuauhtémoc Blanco
Gandalla, violento, avienta la piedra y esconde la mano mientras exalta una mediocridad disfrazada de ingenuidad, así es El Chavo del 8, niño interpretado por un adulto que habitaba la vivienda 8 de una vecindad, quien prefería refugiarse en un barril con tal de evitar el baño –lo que veía como castigo– y quien fue incapaz de reconocer, nunca, una falta, error, ofrecer disculpas o sentir remordimiento. Buscó –y logró– quedar impune al culpar a otros de actos que podían ir desde el insulto o el robo, hasta la violencia física, para que fueran ellos, quienes rodeaban a El Chavo, los castigados por algo que no cometieron.