José María Oriol deja la vicepresidencia de Talgo por "motivos personales"
Quien fuera consejero delegado del fabricante de trenes entre 2002 y 2021 hasta dar relevo a Gonzalo Urquijo a las riendas de la empresa, dice adiós a su cargo como vicepresidente no ejecutivo y a su asiento en el consejo.

Nuevo movimiento en el consejo de administración de Talgo, tres días después de que los directivos representantes de Trilantic y Torreal -vehículo inversor de la familia Abelló- dejasen sus asientos en el consejo ante la inminente venta de sus posiciones. Ahora, es José María Oriol Fabra, vicepresidente no ejecutivo de la compañía, quien anuncia su salida del consejo alegando "motivos personales".
Quien fuese consejero delegado del fabricante de trenes entre 2002 y 2021 hasta dar relevo a Gonzalo Urquijo a las riendas de la empresa, dice adiós al consejo en plena recta final de la operación salida de Trilantic, máximo accionista de Pegaso -la instrumental que también agrupa las participaciones de la familia Oriol y Abelló-.
No obstante, las razones que la compañía expone ahora ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores difieren con las argumentadas en los movimientos anunciados el pasado martes. Entonces, Francisco Javier Bañón y Javier Fernando Olascoaga -por parte de Trilantic- y Pedro Manuel del Corro García-Lomas, hombre de confianza de la familia Abelló, renunciaban a su puesto consejo en el marco de la venta en aras de evitar un posible conflicto de intereses.
Tras la salida de Oriol, el consejo del grupo ferroviario queda compuesto por Carlos de Palacio y Oriol (presidente ejecutivo), Gonzalo Urquijo (consejero delegado ejecutivo), John Charles Pope (independiente), Emilio Novela (independiente), Marisa Poncela (independiente), Antonio Oporto (independiente), María José Zueco (secretaria no consejera) y Mario Álvarez (vicesecretario no consejero).
Se da la circunstancia de que este movimiento se produce un día después de conocer que el Gobierno frenase las ofertas que preparaban el fondo polaco público PFR y la ferroviaria india Jupiter Wagons por Talgo ante su incontestable respaldo al consorcio vasco liderado por Sidenor para renovar el accionariado del fabricante de trenes y comprar el 29,8% de Pegaso. Tal y como ocurrió con la opa húngara, el Ejecutivo nacional tiene en su poder el llamado escudo antiopas, que ha prorrogado por dos años más y le permite frenar operaciones de toma de control de empresas consideradas estratégicas.