Intolerancia, también cultural
Año tras año, una fiesta de la cultura compartida como debiera ser la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires termina siendo ocasión de escándalos. En esta oportunidad, el discurso de apertura de Leonardo Cifelli, secretario de Cultura de la Nación, fue acompañado por sostenidos abucheos y silbidos. Es que abordó el tema de los recortes y la despolitización que encara la cartera a su cargo, en la misma línea de la Fundación El Libro, presidida desde diciembre pasado por Christian Rainone, cuya posición elogió. Debe ser siempre bienvenida la lectura que contribuye a formar personas, con sentido crítico y libertad. Pero no puede faltar el respeto. Si la cultura contesta con chiflidos al que piensa distinto, no estaremos ante la clase de cultura que engrandece y hace mejores a las personas. Un lector de LA NACION señalaba con acierto que si el debate intelectual se expresa con silbidos, abucheos y escraches, vale concluir que las casi dos décadas de kirchnerismo no solo estropearon la economía. No podremos recuperar el crecimiento económico si no construimos los consensos necesarios y mucho menos si la cultura de la descalificación baja línea desde el vértice del poder. Debemos retomar el camino de la tolerancia, la escucha y el respeto por el que piensa distinto como la única forma de construir juntos un futuro común.

Año tras año, una fiesta de la cultura compartida como debiera ser la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires termina siendo ocasión de escándalos. En esta oportunidad, el discurso de apertura de Leonardo Cifelli, secretario de Cultura de la Nación, fue acompañado por sostenidos abucheos y silbidos. Es que abordó el tema de los recortes y la despolitización que encara la cartera a su cargo, en la misma línea de la Fundación El Libro, presidida desde diciembre pasado por Christian Rainone, cuya posición elogió.
Debe ser siempre bienvenida la lectura que contribuye a formar personas, con sentido crítico y libertad. Pero no puede faltar el respeto. Si la cultura contesta con chiflidos al que piensa distinto, no estaremos ante la clase de cultura que engrandece y hace mejores a las personas. Un lector de LA NACION señalaba con acierto que si el debate intelectual se expresa con silbidos, abucheos y escraches, vale concluir que las casi dos décadas de kirchnerismo no solo estropearon la economía. No podremos recuperar el crecimiento económico si no construimos los consensos necesarios y mucho menos si la cultura de la descalificación baja línea desde el vértice del poder. Debemos retomar el camino de la tolerancia, la escucha y el respeto por el que piensa distinto como la única forma de construir juntos un futuro común.