Expertas advierten de que las ‘apps’ que analizan si un producto contiene “insectos” pueden desinformar 

Existen aplicaciones para escanear códigos de barras de productos y detectar “si un alimento contiene insectos”.

May 12, 2025 - 18:45
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Expertas advierten de que las ‘apps’ que analizan si un producto contiene “insectos” pueden desinformar 
apps insectos

Una madre y sus hijos en el supermercado, la madre saca el teléfono y escanea el código de barras de unos yogures antes de comprarlos (o no). Para ello, utiliza una app que, al leer el código, traduce sus ingredientes y emite un veredicto: insectos encontrados. “No se pueden comer, chicos, contienen insectos”, anuncia la mujer tras leer la alerta en la app del móvil. 

  • La aparición de estas apps móviles para “determinar si un alimento contiene insectos” está relacionada con la decisión de la Unión Europea de dar luz verde a la comercialización de cuatro especies de insectos (y sus derivados) como alimento —larvas de gusano de la harina, langosta migratoria, grillo doméstico y larvas de escarabajo del estiércol—. 
  • Los bulos relacionados con el consumo de insectos son recurrentes. En Newtral.es hemos verificado varios de ellos como el que aseguraba que la Coca-Cola lleva “extracto de cochinilla” o el de la leche de cucaracha. 

“Estas apps desinforman”. Las expertas consultadas indican que estas aplicaciones pueden desinformar al consumidor al calificar como “insecto” los derivados de estos invertebrados, tratados en un laboratorio para ser utilizados como parte de la formulación del alimento. “En caso de que los productos contengan insectos, serían alguno de los cuatro autorizados por la UE y en ese caso debe indicarse en la lista de ingredientes como cualquier otra materia prima”, asegura la farmacéutica y experta en tecnología de los alimentos, Gemma del Caño.

De la misma manera se expresa la catedrática de la Universidad de Córdoba, Ángeles Alonso-Moraga. Las alertas que lanzan estas apps tras escanear el código de barras de ciertos alimentos no son debido a que contengan insectos, como afirman, sino a que contienen “productos derivados de insectos”. Y pone el ejemplo de las supuestas cochinillas presentes en el yogur de fresa. En realidad se trata del aditivo E 120 que se refiere a pigmentos obtenidos a partir de la cochinilla, un insecto que crece sobre cactus como la chumbera y que se utiliza desde hace siglos en tintes y colorantes porque su consumo se considera seguro. 

  • “Todo lo que comemos son productos de origen natural: los probióticos de los yogures, las bacterias o los hongos del queso”, ahonda Alonso-Moraga. “Lo importante es saber si estos productos provocan alergias o intolerancias, pero los productos derivados de insectos están regulados y no son tóxicos”. 

“Están autorizados, son seguros, no hay problema con ellos”, asegura Del Caño. “Realmente, los invertebrados que detectan estas apps no son insectos, son sustancias derivadas y están más lejos del insecto que la miel”, agrega.

Comer insectos. Para Del Caño, comer insectos está muy ligado a las costumbres y creencias de cada sociedad, ya que el consumo de invertebrados comestibles es habitual en algunos países asiáticos y latinoamericanos. “¿Insectos mal, pero gambas o percebes bien?”, se pregunta Del Caño. 

  • “Estas aplicaciones, además de ser absurdas y desinformar a la población, nos separan de la realidad mundial, de la alimentación en el mundo y de otras culturas”. 

Y no solo. Las expertas avisan que en algún momento de lo que queda de siglo, el sistema de producción de alimentos reventará, especialmente la carne de vacuno. Las emisiones que genera la ganadería y el aumento de la población mundial llevará a un nuevo escenario en el que habrá que buscar nuevas fuentes de proteínas animales. Alonso-Moraga señala que, además de la alternativa en los insectos, la ciencia ha encontrado otras opciones en la carne de laboratorio obtenida in vitro o los nutrientes de origen microbiano como bacterias u hongos. “Solamente hay que optimizar los procesos para abaratarlos”, indica la investigadora.