Estos son los alimentos que no deberías comer cuando dejas de fumar
De todos es sabido que cuando dejamos de fumar, la 'abstinencia' hace que picoteemos a todas horas los alimentos menos apropiados, que nos hacen engordar y que no ayudan en el proceso de desintoxicación del tabaco.

En España, una de cada cuatro adultos fuman a diario. El tabaco tiene una serie de sustancias adictivas de las que es muy difícil desengancharse. Una vez hemos decidido dejar de fumar, lo más normal es que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente sufran estrés, e intentemos suplir esa adicción con los alimentos menos recomendables. La razón científica es que la ausencia de nicotina, una vez se ha creado la adicción, hace que el metabolismo se ralentice, y el apetito aumente.
Puesto que la ganancia de peso suele ser un hecho constatado cuando se abandona el hábito tabáquico, lo ideal es aferrarnos a los alimentos menos nocivos, esos que provocan la saciedad que necesita nuestro organismo, sin perjudicarnos. Para saber cuáles son esos alimentos que nos ayuden a que el tabaquismo pase a la historia, y también los que de ninguna manera deberíamos consumir para no alargar el proceso, hemos entrevistado a la doctora María José Crispín, médica nutricionista de Clínica Menorca.
El peligro de dejar de fumar y aumentar el consumo de alcohol
La doctora Crispín comienza explicando que "cuando dejamos de fumar el objetivo es no volver a hacerlo, así que a los pacientes que quieren dejar de fumar, lo que les digo es que tengan al principio muchísimo cuidado con el alcohol y si pueden que eviten el alcohol por completo.
¿Cuál es la razón por la que existe esta relación tan tóxica entre el tabaco y el alcohol? "Es muy normal que los pacientes con hábito tabáquico asocien su adicción con otra: la del alcohol. Por eso es fundamental que durante las dos primeras semanas en las que dejan de fumar no beban alcohol, prohibido".
Mucho cuidado con el café, y su asociación con el cigarrillo
La nutricionista añade: "a muchos de mis pacientes les aconsejo también que tengan cuidado con el café. El café por la mañana para muchas personas es fundamental, lo que pasa es que a veces muchas personas fumadoras asocian el café con el cigarrillo. Si son personas que necesitan café para funcionar, lo que les digo es que después de tomar el café se levanten y no estén en aquellos sitios que asocian cigarrillo".
Y la doctora añade un ejemplo bastante clarificador. "Si la costumbre es desayunar un café y salir al balcón a fumar después, es bueno que se meta en la ducha, se lea el periódico, o se haga cualquier actividad que no asociemos con fumar".
Engordar al dejar de fumar se puede evitar
Es un círculo vicioso: cuando una persona deja de fumar, empieza a picotear para 'premiarse' constantemente. Al cabo de los meses, se ve tan mal físicamente, que en el peor de los casos vuelven a fumar para ver si adelgazan. "En estos casos, que son la mayoría, siempre digo que hay que vigilar de cerca los alimentos ultraprocesados. ¿Lo peor? Los refrescos, que son adictivos. Es decir, nos esforzamos por dejar una adicción y entramos en otra".
Los ultraprocesados están cargados de calorías vacías adictivas. "Ni bebidas light ni zero, ni galletas para calmar la ansiedad, ni los snacks, ni los caramelos aunque no tengan azúcar. Mucho cuidado con ello, que además de generar adicción engordan muchísimo, y eso puede hacernos caer de nuevo en el hábito tabáquico".
Lo que sí podemos (y debemos) comer cuando dejamos de fumar
Como explica la doctora de Clínica Menorca, "lo más recomendable es aumentar la vitamina C en la dieta, puesto que muchos fumadores tienen déficit de esta vitamina. Por lo tanto, no hay que temer aumentar la ingesta de cítricos, kiwi, tomate y ensaladas. Puesto que la vitamina C se degrada con el calor, lo mejor es tomar frutas ácidas y tomates sin cocinar".
En general, la experta recomienda algo tan de sentido común como una dieta saludable. "No hablo de un alimento en concreto, sino una dieta antiinflamatoria como puede ser la mediterránea. Cuando alguien deja de fumar no tiene que hacer dieta en sí, sino comer sano para no dejar hueco a la ansiedad. Cuando llegan las ganas de picar entre otras, siempre será mejor echar mano de una fruta, o frutos secos".
Por supuesto, junto a la alimentación sana, no hay que olvidar el ejercicio físico. "Con la actividad física vamos a mejorar el estado de los maltrechos pulmones. Además, vamos a evitar subir de peso y asociar dejar el tabaco con engordar. Desde el primer día que dejamos el hábito y hacemos deporte van a aumentar nuestras endorfinas y la sensación de bienestar, lo que nos estimula a seguir en nuestro empeño".