España es el gran yacimiento de tierras raras que tanto necesita Europa: el tesoro que albergan cinco regiones, al descubierto
El mundo está librando una nueva guerra, pero no con armas ni ejércitos. La batalla se libra en los mercados globales, en los laboratorios de tecnología punta y en los despachos donde se firman los acuerdos estratégicos. La clave de todo está en las tierras raras, un conjunto de elementos esenciales para fabricar, desde teléfonos móviles hasta turbinas eólicas, pasando por misiles de precisión. En esta contienda geoeconómica, dominada casi en su totalidad por China, España podría estar sentada sobre un tesoro sin explotar. El enorme potencial del 'suelo' español podría quedar, en eso, en potencial. La razón son los impedimentos administrativos, medioambientales y la negativa de parte de la población residente que teme que sus comarcas se conviertan en grandes minas a cielo abierto con un trasiego constante de camiones y operarios. Todo el mundo quiere disfrutar de los beneficios económicos que generarían esos recursos, pero nadie quiere que exploten el 'campo' que tienen 'frente a su casa'. Este dilema deja en el aire el futuro de los grandes yacimientos de tierras raras y minerales que albergan varias regiones de España.
El mundo está librando una nueva guerra, pero no con armas ni ejércitos. La batalla se libra en los mercados globales, en los laboratorios de tecnología punta y en los despachos donde se firman los acuerdos estratégicos. La clave de todo está en las tierras raras, un conjunto de elementos esenciales para fabricar, desde teléfonos móviles hasta turbinas eólicas, pasando por misiles de precisión. En esta contienda geoeconómica, dominada casi en su totalidad por China, España podría estar sentada sobre un tesoro sin explotar. El enorme potencial del 'suelo' español podría quedar, en eso, en potencial. La razón son los impedimentos administrativos, medioambientales y la negativa de parte de la población residente que teme que sus comarcas se conviertan en grandes minas a cielo abierto con un trasiego constante de camiones y operarios. Todo el mundo quiere disfrutar de los beneficios económicos que generarían esos recursos, pero nadie quiere que exploten el 'campo' que tienen 'frente a su casa'. Este dilema deja en el aire el futuro de los grandes yacimientos de tierras raras y minerales que albergan varias regiones de España.
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