Es un símbolo de buena suerte y fue representado en una cueva de Almería durante el Neolítico
Descubierto en 1868, el Indalo ya es toda una seña de identidad para los almeriensesLa Universidad de Almería rescata del olvido un libro irlandés que narra los meses previos a la Guerra Civil en Andalucía Muchas personas, nada más escuchar la palabra Indalo, la asocian rápidamente a Almería. Pero tal vez no conozcan muchos detalles que hay detrás del símbolo por antonomasia de la provincia andaluza, ese que tantas veces vemos, en forma de pegatina, en la parte posterior de muchos coches. Indalo es una figura de origen ancestral relacionada con el abrigo neolítico de la “Cueva de los Letreros”, descubierta en Vélez Blanco. Está vinculada a la pintura rupestre de origen levantino y se data en 2.500 años a.C. Actualmente el Indalo (palabra llana, sin tilde), es ya el símbolo de todos los almerienses, que lo muestran orgullosos después de años de popularidad del Sol de Portocarrero, símbolo en este caso de la catedral. Origen y simbología Descubierta exactamente en 1868 por el almeriense Manuel de Góngora y Martínez, el Indalo representa una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos. Se ha escrito mucho sobre lo que entraña su simbología pero casi todos los expertos coinciden en que refleja un poder superior que protege y ampara de los posibles riesgos que pudieran acechar a personas y lugares, así como de posibles males. Un símbolo de buena suerte, en definitiva. El nombre de Indalo, eso sí, tiene un origen más concreto: es en recuerdo a San Indalecio, precursor de la religión católica en el sudeste peninsular y patrón de la ciudad de Almería. Significa dios grande, fuerte, poderoso y protector o bien ‘mensajero de los dioses’. El símbolo fue adoptado por todo un movimiento cultural de almerienses encabezado por Jesús de Perceval. Fue hacia mediados de los sesenta, cuando escritores, poetas, arqueólogos y especialmente pintores, que buscaban una seña de identidad, la forjaron bajo el movimiento ‘Indaliano’ Hoy en día es un símbolo que está representado en la artesanía de la provincia, en los muros de casas y ciudades, protege los coches que lo llevan junto a la matrícula o forma parte de campañas turísticas o eventos en los que se destacan los valores de la provincia andaluza situada más al este de la comunidad.

Descubierto en 1868, el Indalo ya es toda una seña de identidad para los almerienses
La Universidad de Almería rescata del olvido un libro irlandés que narra los meses previos a la Guerra Civil en Andalucía
Muchas personas, nada más escuchar la palabra Indalo, la asocian rápidamente a Almería. Pero tal vez no conozcan muchos detalles que hay detrás del símbolo por antonomasia de la provincia andaluza, ese que tantas veces vemos, en forma de pegatina, en la parte posterior de muchos coches.
Indalo es una figura de origen ancestral relacionada con el abrigo neolítico de la “Cueva de los Letreros”, descubierta en Vélez Blanco. Está vinculada a la pintura rupestre de origen levantino y se data en 2.500 años a.C.
Actualmente el Indalo (palabra llana, sin tilde), es ya el símbolo de todos los almerienses, que lo muestran orgullosos después de años de popularidad del Sol de Portocarrero, símbolo en este caso de la catedral.
Origen y simbología
Descubierta exactamente en 1868 por el almeriense Manuel de Góngora y Martínez, el Indalo representa una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos. Se ha escrito mucho sobre lo que entraña su simbología pero casi todos los expertos coinciden en que refleja un poder superior que protege y ampara de los posibles riesgos que pudieran acechar a personas y lugares, así como de posibles males. Un símbolo de buena suerte, en definitiva.
El nombre de Indalo, eso sí, tiene un origen más concreto: es en recuerdo a San Indalecio, precursor de la religión católica en el sudeste peninsular y patrón de la ciudad de Almería. Significa dios grande, fuerte, poderoso y protector o bien ‘mensajero de los dioses’.
El símbolo fue adoptado por todo un movimiento cultural de almerienses encabezado por Jesús de Perceval. Fue hacia mediados de los sesenta, cuando escritores, poetas, arqueólogos y especialmente pintores, que buscaban una seña de identidad, la forjaron bajo el movimiento ‘Indaliano’
Hoy en día es un símbolo que está representado en la artesanía de la provincia, en los muros de casas y ciudades, protege los coches que lo llevan junto a la matrícula o forma parte de campañas turísticas o eventos en los que se destacan los valores de la provincia andaluza situada más al este de la comunidad.