“¡Es un desastre!”: se le quemó todo el campo, vendió una camioneta para salvarse y así vive ahora la histórica sequía en Chaco
Un productor de Machagai sufrió un incendio en 2020 que le provocó la muerte de animales y pérdidas millonarias; dice que la situación actual es “triste y lamentable”

Hace más de tres años, Oscar Muchutti, productor ganadero de Machagai, Chaco, sufrió la quema total de su campo y parte del ganado, producto de la intensa sequía que atravesaba la provincia. Después de años de una recuperación paulatina cuenta que nuevamente se ve en una situación agobiante por la falta de precipitaciones. En esa región se han registrado temperaturas extremas y la sequía ha hecho estragos en la agricultura y la ganadería. La falta de infraestructura hídrica agrava el problema que tienen con los reservorios de agua.
“No fue nada fácil, pero hay una tremenda solidaridad. Mucha gente me ofreció cosas para colaborar y hacer mi infraestructura: me ofrecían postes y alambre. Agradecí, pero no podía aceptar, porque tenía una camioneta nueva en ese momento, la vendí. No tenía que haber vendido la camioneta, pero a mí me llenó de satisfacción ver toda la solidaridad que me brindaba la gente”, recordó. Tuvo pérdidas por $15 millones que incluían infraestructura, animales, alambrados y pasturas. Además, por el incendio fueron hospitalizados dos bomberos con principios de asfixia que ahora están fuera de peligro.
La recuperación de ese episodio no solo fue duro, sino durísimo, según describió. “El papá Estado estuvo ausente y sin aviso absolutamente para nada. No quería un subsidio, pero un crédito blando me hubiese ayudado. Me tuve que desprender de animales: tenía algo de reserva de dinero y me ayudó mi familia, que están más o menos trabajando bien y por supuesto me ayudó también mi personal y gente que trabajaron a destajo”, recordó.
“Venimos atravesando una situación muy crítica por la sequía: hace cuatro años no hay lluvias suficientes. En este ciclo, el más afectado es el sector agrícola. ¡Es un desastre! En granos hay una destrucción del 100%. Es muy poco lo que se va a salvar. En gran parte de la provincia la situación es muy similar a lo que está ocurriendo en la parte agrícola. Es tremendamente lamentable”, dijo. En esa zona la mayor parte de la agricultura que se hace es para reserva forrajera y la ganadería también sufre las consecuencias.
Los productores que trabajan con campos alquilados tanto para agricultura como ganadería atraviesan una situación muy “caótica”. “Las vertientes cada vez tienen menos agua, tanto de los pozos como de las perforaciones, y hay muchísimas que se han secado. Los reservorios prácticamente están secos porque hace mucho tiempo que no reciben agua de la lluvia. Hay gente que tiene las posibilidades y hace acarreo de agua. El tema de pasturas está muy deteriorado porque no hubo lluvias. En esta zona tuvimos lluvias hasta el 20 de diciembre de 2024, pero no fueron muchos milímetros y desde entonces se han cortado completamente”, observó.
No hay registros de temperaturas tan elevadas en los últimos 90 días como hasta ahora, según el productor. “Hemos tenido promedios de 40°C por día. ¡Es una barbaridad! Se ha quemado todo. Es muy triste y lamentable ver lo que está ocurriendo, inclusive, no solamente las pasturas y la evaporación del agua, sino las plantaciones de frutales. Esta situación también se ve agravada por la falta de infraestructura en la provincia”, aseveró.
Lamentó que no haya un acompañamiento del Estado para cubrir las necesidades que tiene el sector agropecuario, principalmente en el sistema hídrico. En esa provincia hay ocho cuencas que la atraviesan y que se dirigen hacia el río Paraná. “Lamentablemente, las obras que se han hecho están tan mal y no se han hecho los trabajos como corresponde. Tenemos la cuenca de Tapenagá que necesita mantenimiento”, relató. En la región también se han terminado los espejos de agua.
“Si bien es cierto que ahora estamos padeciendo la falta de lluvias, también no tenemos posibilidades de retener el agua porque hay un organismo provincial que regula el uso del agua (Administración Provincial del Agua — APA), que no permite la intervención de los particulares en los trabajos de contención del agua en estas cuencas”, añadió. De no llover en estos días, augura, la situación de la ganadería en el Chaco va a ser “muy desastrosa” y lamentablemente la actividad por excelencia de mediano y largo plazo.
“El que pierde su hacienda le resulta muy difícil recuperarla. Hay un clamor de todo el sector productivo para que el Estado pueda ponerse los pantalones y darle al sector productivo la posibilidad de que de alguna manera, a medida que se vayan pudiendo hacer las obras y darle más previsibilidad a la actividad”, dijo.
Los productores dicen que desde hace 20 años le vienen reclamando al gobierno local un mapeo de toda la provincia para establecer las cuencas subterráneas y que el productor pueda hacer un mejor aprovechamiento. Esto ya se hizo en algunas provincias de la Argentina, con resultados altamente positivos. “Aún no hemos podido lograr que se tome con la importancia que tiene que tener, y que el Estado acompañe, como tiene que acompañar al sector productivo. Es la esperanza de los productores, porque es más que seguro que después de esta situación mucha gente va a salir de la actividad. Eso le hace un gran daño a la provincia, no solamente al productor que pierde lo que tiene, sino al Estado provincial, porque cada productor, principalmente los pequeños y medianos que salen de la actividad, van lamentablemente a ubicarse en los cordones periféricos de las grandes ciudades”, profundizó.
“Hago un gran pedido al Estado para que juntamente con los productores, profesionales y técnicos que entienden la materia, que de alguna manera se priorice las urgentes necesidades que tiene la provincia del Chaco para apuntalar al sector productivo. Y el tema climático es uno de los grandes temas pendientes que hay de los gobiernos provinciales y, por qué no, también de la Nación”, agregó.
De ese episodio, dijo, quedan secuelas en todos los productores. “Yo ya soy de la tercera edad, pero siempre con optimismo y pensando en mi familia. Tengo menos hacienda, tenía una linda unidad económica, ya que mi campo tiene 900 hectáreas. Al tener muy poca altura no puedo hacer agricultura. En el campo tenía 450 madres y me quedé con 300 madres. Ahora, al tener menos carga animal en el campo, estoy más holgado y no me aprieta tanto la sequía como a otros que están al borde del nocaut”, relató.