“Adiós al amor de mi vida”: la despedida de Julio Le Parc a Martha, madre de sus tres hijos
Artista textil, tenía 88 años y vivía en el mismo edificio de su ex marido en París; estuvieron internados juntos en las últimas semanas por un virus gripal

“Adiós al amor de mi vida, mi mujer, mi musa, la madre de mis tres hijos y la gran artista que eres. Siempre presente en mi vida hasta el final, gracias por estar ahí en los mejores y más difíciles momentos de nuestras vidas. Tus tres hijos Juan, Gabriel, Yamil, tus cinco nietos Luna, Mateo, Salvador, Alma e Iman están contigo y te agradecemos infinitamente que siempre hayas estado a nuestro lado”.
Así despidió desde su cuenta de Instagram junto con varias fotos el artista mendocino Julio Le Parc a Martha, madre de sus tres hijos, fallecida en París a los 88 años rodeada de su familia. Pese a que estaban separados desde hace dos décadas vivían en pisos separados en el mismo edificio en Cachan, en las afueras de la capital francesa. Permanecieron juntos hasta el final, ya que ambos estuvieron internados como consecuencia de “un virus gripal muy fuerte”. Julio ya fue dado de alta hace unos días y ayer recibió la noticia, “está haciendo el duelo y ya no da entrevistas”, según dijo a LA NACION su hijo Yamil, quien cree que la infección pulmonar que tuvieron ambos fue producto de “una mutación del Covid”. “Él sobrevivió porque es un titán, pero ella era fumadora”, agregó.
Se conocieron en 1955, en la Escuela Nacional de Bellas Arte de Buenos Aires, cuando él era “el muchacho que todos querían”. Ella era nueve años menor. Se casaron cuatro años después para vivir juntos en París, ya que él había ganado una beca. “Mis abuelos maternos exigieron que se casaran, pero no tenían plata para pagar el pasaje -recuerda Yamil-. Entonces la tía de mi madre, y madre de Julio César Crivelli, le pagó el pasaje como regalo de casamiento”.
Ella se dedicó al arte textil, y la Tate le dedicará una muestra en 2026. Además de realizar vestuarios para obras teatrales, en 1970 hizo una primera presentación en París de una colección bajo la marca que llevaba su nombre, patrocinada por Paco Rabanne. “Pero Rabanne le dijo que si se dedicaba a la moda tendría que dedicarse a tiempo completo. Ella optó por su familia y quedó opacada por el éxito de mi padre”, señala Yamil, quien la define como “una porteña de una pieza, con orígenes italianos y siriolibaneses, muy sincera y muy clara”.
En enero de 2020 inauguró en L’Orangerie la muestra titulada ¿Artista o artesana?, exhibida ese mismo año en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Era una exposición de 19 tapices y 9 collages que unían el arte moderno y el arte tradicional. En sus grandes telas se superponían el satén, tafetán y el terciopelo, con sus diseños inspirados en culturas de los pueblos originarios americanos, asiáticos y africanos.
Según declaró ella entonces, la artesanía es “cultura. Memoria. Huella casi imborrable de un momento, de una vida, de una época, de una tradición. Libro de imágenes. Escritura. Sueños imaginarios. Fantasía. Ilustración. Historia. Simbólico y religioso. Recuerdo. Tiempo. Obra única. Figurativo-Abstracto, geométrico, y etc. En la palabra artesanía está la palabra arte”.
“El arte de Martha le Parc desafía todas las categorías tradicionalmente aceptadas. Sus obras textiles, las primeras de las cuales datan de finales de la década de 1960, se sitúan en la encrucijada del arte aplicado y el arte contemporáneo, la moda y la artesanía. Esta singularidad es reivindicada por el artista cuyas declaraciones, en línea con las de la Bauhaus, abogan por una reconciliación entre arte y artesanía. Esto corresponde también al profundo deseo de Martha Le Parc de rendir homenaje a ‘todos esos seres ignorados, humildes y silenciosos’ que, desde los tiempos más remotos, han trabajado anónimamente para crear obras maestras”, escribó Domitille d’Orgeval-Azzi en el prólogo de Martha Le Parc, libro editado por Canoe que incluye textos de Julio.