Es latino, pasó 94 días a la deriva en el mar y así logró sobrevivir: “comí cucarachas”
El 7 de diciembre de 2024, Máximo Napa, de 61 años, partió con su pequeña embarcación pesquera desde el puerto de San Juan de Marcona, en la costa sur de Perú. Su viaje tenía una duración prevista de dos semanas, pero diez días después las condiciones meteorológicas cambiaron sus planes.

Más de tres meses. Ese fue el tiempo que Máximo Napa, un pescador peruano, resistió en alta mar después de que una tormenta desviara su embarcación. Durante los 94 días que pasó a la deriva, se alimentó con lo que pudo encontrar para sobrevivir: “Comí cucarachas”, contó tras ser rescatado y reencontrarse con su familia.
Cómo fue la tormenta que lo dejó a la deriva
El 7 de diciembre de 2024, Máximo Napa, de 61 años, partió con su pequeña embarcación pesquera desde el puerto de San Juan de Marcona, en la costa sur de Perú. Su viaje tenía una duración prevista de dos semanas, pero diez días después las condiciones meteorológicas cambiaron sus planes.
Una tormenta lo alejó de su ruta y la embarcación -sin radiobaliza ni otros sistemas de comunicación- quedó a la deriva en el océano Pacífico, informó CBS News. Napa perdió contacto con su familia el 21 de diciembre, por lo que -tras la denuncia de su desaparición- las patrullas marítimas comenzaron a buscarlo.
Sin embargo, a medida que pasaban los días, las semanas y los meses sin señales de él o de su embarcación, las esperanzas de encontrarlo con vida se desvanecían.
Un rescate milagroso y cómo hizo el pescador para sobrevivir
El 11 de marzo, tras más de tres meses en el mar, un barco pesquero ecuatoriano lo encontró a 1094 kilómetros de la costa peruana y lo rescató. Napa estaba deshidratado y en estado crítico.
“Es un milagro que hayan encontrado a mi padre”, expresó su hija, Inés Napa. Mientras que su abuela, la madre del pescador, dijo que había perdido la fe de volver a verlo: “Le dije al Señor: ‘Esté vivo o muerto, que me lo devuelva, aunque sea solo para verlo’”.
Durante los 94 días que estuvo en alta mar, a la deriva, Napa se enfrentó a la falta de alimentos y agua potable. Para mantenerse con vida, se alimentó con lo que pudo encontrar en el océano y en su propio bote. “Comí cucarachas, aves, lo último que comí fueron tortugas”, relató.
El hombre pudo beber gracias a la lluvia, ya que juntaba algunas gotas que quedaban en su embarcación. “Cuando Él quería, me mandaba lluvia y me hacía vivir”, dijo.
Las condiciones que atravesó fueron extremas: pasó los últimos 15 días sin probar alimento. Pese a su grave estado, nunca se dio por vencido ni dejó de pensar en su familia. “No quería morir por mi madre. Tengo una nieta de dos meses; me aferré a eso”, explicó.
Su estado de salud y el regreso a su casa
Luego de su rescate, Napa fue trasladado al hospital de Piura, donde recibió tratamiento para la deshidratación. El capitán de puerto de la Marina de Guerra del Perú, Jorge González, explicó que, a pesar de la gravedad de su situación, el pescador llegó “en buenas condiciones físicas”, ya que incluso “podía caminar y lavarse”.
Días después, Napa recibió el alta y pudo reencontrarse con su hermano en Paita, cerca de la frontera con Ecuador. Desde allí, el pescador emprendió su viaje a Pisco, su ciudad natal, para reencontrarse con su madre. “Por ella me aferré a la vida”, concluyó.