Es estrella en Italia. Los motivos del viaje de Lola Ponce a la Argentina y la pasión desconocida de su marido mexicano
En pleno lanzamiento de su último disco, Lola canta Manzanero, la rosarina llegó a Mendoza junto a su pareja, Aarón Díaz, y disfrutaron de un plan que incluyó buen vino, polo y arte al pie de la Cordillera

Lola Ponce (43) y Aarón Díaz (43) llevan más de una década de amor, compartiendo trabajo, viajes, proyectos, sueños. Papás de Erin (12) y Regina (10) –que en esta ocasión se quedaron con los abuelos–, aterrizaron en Mendoza el 6 de marzo, con tres objetivos en mente: festejar el cumpleaños de Aarón el 7, prepararse para el Live Show con Orquesta con el que Lola presentó su último álbum, Lola canta Manzanero, y ser parte de la inauguración de la primera exhibición de polo en la nueva cancha en Chateau d’Ancon, un lugar de ensueño a los pies de la Cordillera, todo en el marco del evento “Las cuatro estaciones de Château d’Ancon”, una idea que combina arte, polo y vinos y que fue muy bien recibida por los amantes del buen vivir.
–¿Te gusta volver al país?
–Amo mi país, amo regresar siempre y traer nuevos proyectos, nueva música. Amo cantar en vivo con Orquesta y en las mejores cornices del mundo.
–¿Qué es lo que más extrañás después de tantos años viviendo afuera?
–¡Todo! Más que nada a mi familia y mis amigos. Pero siempre tengo muy buenos motivos para regresar, o para que ellos viajen hasta donde estoy. Me hace feliz disfrutar del prestigio por el que tanto trabajé y que hoy celebro con 25 años de carrera, al lado siempre de los que amo.
–En este viaje Aarón pudo disfrutar de montar a caballo, una de sus grandes pasiones.
–Sí, es una gran jinete. Creció en un rancho en México, rodeado de caballos, que siempre son su gran pasión. En diversas producciones que ha realizado se ve su amor por los caballos. Como en Reconexión México, una serie que está recorriendo el mundo y que se puede ver por ViX, o Díaz a caballo, su más reciente producción, que muestra su pasión por estos animales celestiales en diferentes situaciones.
–También jugó al polo. ¿Hace mucho que taquea?
–El polo es algo nuevo para él, pero está entrenando con mucho entusiasmo, dedicación y respeto por el deporte. Su equipo no dejó de acompañarlo y felicitarlo en cada momento. Jorge Birkner es su entrenador en Argentina y realmente es como Aarón, creció entre caballos y es experto en este deporte. También tiene un lugar de entrenamiento en San Miguel de Allende, en México, Ciudad que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde pasamos mucho tiempo.
–¿Es un hobby para él o algo más serio?
–Aarón no hace nada que no sea serio. Lo veo muy entusiasmado y también a su equipo, que son todos jugadores profesionales y avalaron y celebraron a Aarón en esta nueva faceta.
–¿Qué significó para vos cumplir el sueño de cantar a Manzanero en tu país?
–Elegí a Argentina para presentar este primer Live Show con Orquesta de mi EP Lola canta Manzanero, un trabajo al que México abrazó con mucho amor y respeto. Esta fue la primera presentación aquí y resultó muy emotiva, además, porque Juan Pablo Manzanero, el heredero del maestro, fue uno de nuestros guests y me acompañó al piano en canciones que canté y grabé junto a su padre. Algo precioso y muy genuino que jamás olvidaré. El otro invitado fue el músico y compositor Jonas Myrin, ganador de un Grammy y colaborador de Celine Dion, Andrea Bocelli y Barbra Streisand, con el que estoy grabando el próximo álbum.
–¿Cómo fue el reencuentro con el público argentino?
–Maravilloso, estaban todos tan emocionados como yo. Canté, además, una versión de “No llores por mí Argentina”, acompañada por la voz de Andrea Bocelli. Fue sin dudas un momento de mucha emoción y alegría.
–La experiencia de “Las cuatro estaciones…” fue una idea tuya y de Aarón. ¿Se quedaron satisfechos con el resultado?
–Sí, fue un programa ideado por Aarón y por mí junto a creative directors del château y a Adrián de Brasi, productor. Y la verdad es que los dos estamos felices de ver este intercambio cultural entre México y Argentina, porque en definitiva la música y el deporte siempre nos unen, y eso es maravilloso.