El Yuyu critica el estado de la sanidad pública en el Carnaval de Cádiz: «Tengo 57 y me ha llamado el pediatra»
El Yuyu en estado puro. Ironía fina en la que se hilvana con suma delicadeza la crítica mordaz. El mítico chirigotero gaditano, que vuelve a las tablas del Gran Teatro Falla 15 años después con Los James Bond que da gloria verlos , levantó al respetable el pasado miércoles durante su actuación en el pase de Cuartos de Final. El motivo: un ingenioso pasodoble con el que criticaba la situación de las listas de espera en la sanidad pública andaluza. Tanto es así, que «tengo 57 [años] y me ha llamado el pediatra para la prueba del talón» , ironizaba el Yuyu. Si hay algo que siempre ha caracterizado a las chirigotas de José Guerrero Roldán, más conocido como el Yuyu, es el uso del humor y el doble sentido como herramienta fundamental para la crítica. Ese ingenio, que empapa todas las letras que presenta al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) , se ha hecho aún más patente en el segundo pasodoble que cantó su chirigota en el pase de Cuartos de Final. El surrealismo llevado a la enésima potencia se pone al servicio de la crítica política en la pluma del Yuyu. « A mi niño de tres años/ he decidido apuntarlo/ en una lista de espera », comienza con guasa el pasodoble, para desvelar a continuación que lo hace « para que cuando cumpla ochenta/ tenga cama asegurada/ si se parte la cadera ». En el desarrollo del pasodoble, el Yuyu va aumentando el nivel de ese doble sentido a medida que describe cómo sufren el drama de las listas de espera diversos miembros de su supuesta familia. Como su abuela, a la que han citado « después de catorce años/ para mañana a las tres », pero « es que a las dos es la misa/ y creo que no va a volver ». O su primo Sebastián, que « lleva diez años el chaval/ para operarse de la vista » y cuando le tocó operarse, « porque el hombre no veía », al final le tuvieron que dar « un perro guía ». A eso se le suma su cuñada Tere, esperando « desde 2002 » una operación de una almorrana que ahora es « una anaconda de la selva colombiana ». El surrealismo yuyesco alcanza su culmen al final del pasodoble. Sin abandonar el humor, consigue rematar la crítica con ingenio y mucha guasa. Y es que, según estos James Bond chirigoteros, las listas de espera « no parecen importarles » a nuestros gobernantes. Por esta razón, concluye el Yuyu en su pasodoble, « para ver una cama libre/ en vez de ir a un hospital/ te tienes que ir al IKEA ». Sin duda alguna, una técnica con la que el Yuyu consiguió hacerse un hueco en el Carnaval de Cádiz a principios de los 90, con chirigotas tan míticas como El ballet zum zum malacatum po di pa hasta luego adiós o El que la lleva la entiende , más conocidos como Los Borrachos que, junto a José Luis García Cossío, el Selu, consiguió un primer premio en 1992. Le siguieron otros pelotazos como Los bordes del área (1996), De plaza en plaza (1997), Los araphoe que joe (1998) o su último primer premio , obtenido en 2001 con Tampax Goyescas, comparsa fina y segura . Una muestra más de ese age de Cádiz, que en cada Carnaval se manifiesta en forma de rima y compás para convertirse en la voz del pueblo y denunciar las situaciones que tantos y tantos ciudadanos sufren a diario.
El Yuyu en estado puro. Ironía fina en la que se hilvana con suma delicadeza la crítica mordaz. El mítico chirigotero gaditano, que vuelve a las tablas del Gran Teatro Falla 15 años después con Los James Bond que da gloria verlos , levantó al respetable el pasado miércoles durante su actuación en el pase de Cuartos de Final. El motivo: un ingenioso pasodoble con el que criticaba la situación de las listas de espera en la sanidad pública andaluza. Tanto es así, que «tengo 57 [años] y me ha llamado el pediatra para la prueba del talón» , ironizaba el Yuyu. Si hay algo que siempre ha caracterizado a las chirigotas de José Guerrero Roldán, más conocido como el Yuyu, es el uso del humor y el doble sentido como herramienta fundamental para la crítica. Ese ingenio, que empapa todas las letras que presenta al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) , se ha hecho aún más patente en el segundo pasodoble que cantó su chirigota en el pase de Cuartos de Final. El surrealismo llevado a la enésima potencia se pone al servicio de la crítica política en la pluma del Yuyu. « A mi niño de tres años/ he decidido apuntarlo/ en una lista de espera », comienza con guasa el pasodoble, para desvelar a continuación que lo hace « para que cuando cumpla ochenta/ tenga cama asegurada/ si se parte la cadera ». En el desarrollo del pasodoble, el Yuyu va aumentando el nivel de ese doble sentido a medida que describe cómo sufren el drama de las listas de espera diversos miembros de su supuesta familia. Como su abuela, a la que han citado « después de catorce años/ para mañana a las tres », pero « es que a las dos es la misa/ y creo que no va a volver ». O su primo Sebastián, que « lleva diez años el chaval/ para operarse de la vista » y cuando le tocó operarse, « porque el hombre no veía », al final le tuvieron que dar « un perro guía ». A eso se le suma su cuñada Tere, esperando « desde 2002 » una operación de una almorrana que ahora es « una anaconda de la selva colombiana ». El surrealismo yuyesco alcanza su culmen al final del pasodoble. Sin abandonar el humor, consigue rematar la crítica con ingenio y mucha guasa. Y es que, según estos James Bond chirigoteros, las listas de espera « no parecen importarles » a nuestros gobernantes. Por esta razón, concluye el Yuyu en su pasodoble, « para ver una cama libre/ en vez de ir a un hospital/ te tienes que ir al IKEA ». Sin duda alguna, una técnica con la que el Yuyu consiguió hacerse un hueco en el Carnaval de Cádiz a principios de los 90, con chirigotas tan míticas como El ballet zum zum malacatum po di pa hasta luego adiós o El que la lleva la entiende , más conocidos como Los Borrachos que, junto a José Luis García Cossío, el Selu, consiguió un primer premio en 1992. Le siguieron otros pelotazos como Los bordes del área (1996), De plaza en plaza (1997), Los araphoe que joe (1998) o su último primer premio , obtenido en 2001 con Tampax Goyescas, comparsa fina y segura . Una muestra más de ese age de Cádiz, que en cada Carnaval se manifiesta en forma de rima y compás para convertirse en la voz del pueblo y denunciar las situaciones que tantos y tantos ciudadanos sufren a diario.
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