El viaje de Jaime Bugatto, el romántico del balón que cumple en San Fernando el sueño de todo entrenador

Cuando la pandemia llegó a nuestras vidas, Jaime Bugatto Manzano (San Fernando, 1 de febrero de 1995) lo tuvo claro. Su carrera como futbolista había acabado a los 25 años. Atrás dejaba una prometedora trayectoria al abrigo de la cantera del Sevilla FC (campeón de la Copa de Campeones Juvenil), llegando a entrenar con el primer equipo y siendo capitán del Sevilla C en Tercera división. Pese a tocar la Segunda división B con el Écija Balompié y demostrar su competitividad como centrocampista de contención y buen toque en equipos del Grupo X de Tercera, Bugatto, un romántico del balón «de los de botas negras y calcetín debajo de la media», tal y como se define en su perfil de Instagram, lamentaba no haber cumplido el sueño de su padre: debutar en el San Fernando CD , el equipo de su ciudad. Su padre y sus hermanos le habían inculcado el veneno por el club de La Real Isla de León. Pese a madurar futbolísticamente en la Carretera de Utrera, Jaime tenía el corazón azul. Lo había mamado en casa. Había escuchado a José Luis, su padre, entonar alineaciones de carrerilla de un pasado dorado y describir jugadas memorables y goles históricos. Por ello, sentía los cánticos de la grada de Bahía Sur como suyos y se había cargado de horas de carretera en familia para celebrar ascensos. Independientemente de lo que marcase su ficha federativa, era su equipo. Las lesiones que habían lastrado su carrera futbolística no le impidieron comenzar su etapa en el banquillo. Su pasión por el fútbol y su capacidad para aprender, unido a la experiencia adquirida en el verde, le dieron un enfoque especial como técnico. Tardó muy poco en encontrar equipo como ayudante y, curiosidades del destino, su debut como primer espada iba a llegar en casa. En el verano de 2021, el San Fernando llamó a su puerta para que se hiciera cargo del Cadete B . Aceptó. No podía decir que no viendo la cara de felicidad de su padre. Desde aquel día, Bugatto no podía imaginarse lo que estaba por venir. Campeón de liga en su primera temporada, ascendió al Juvenil B un verano más tarde. Una pretemporada y ocho jornadas invicto en Segunda Andaluza le bastaron para derribar un nuevo techo. A finales de octubre de 2022, Jaime Bugatto ascendía al último eslabón de una cantera del San Fernando cada vez más reconocida en la provincia de Cádiz y en Andalucía: el San Fernando B . El carácter, la ambición, la competitividad y el conocimiento de este joven graduado en Publicidad y Relaciones Públicas convencieron a un talentoso grupo de jóvenes futbolistas que compraron a muerte su discurso y se dejaron la vida por el entrenador que les dio el ascenso a División de Honor Sénior, la antesala a categoría nacional. Pero no fue el qué, sino el cómo. El San Fernando B realizó una segunda vuelta de competición extraordinaria con una columna vertebral isleña que, poco a poco, hizo que las gradas del Municipal de Bazán se poblaran de aficionados contagiados por la ilusión del grupo. Bugatto había transmitido el veneno para que toda la plantilla entonara cánticos de la grada de Bahía Sur antes y después de los partidos hasta convertirlo en una seña de identidad. La semilla se había creado y, por ello, en la fase de ascenso, más de 2.000 personas celebraron en Bazán el paso de de 'La Buganetta' a División de Honor. El cariñoso apelativo del filial azulino ya es reconocido en todo San Fernando. En su debut la temporada pasada se quedó a las puertas del ascenso a Tercera haciendo un fútbol atractivo sin perder una pizca de la competitividad que caracteriza a su líder. Y, esta temporada, pese a un inicio dubitativo por los cambios por edad propios de un segundo equipo, recondujo la situación y lo asentó en una zona tranquila que hace a los chavales brillar con luz propia y llamar a la puerta de la primera plantilla. Jaime nunca olvidará el pasado 14 de febrero. Aquel día, su padre, José Luis perdió la batalla ante una cruel enfermedad. En su despedida no faltó una bandera de su San Fernando. Cuarenta y ocho horas más tarde de ese mal trago, La Buganetta no falló e hizo hincar la rodilla al líder de la categoría. Todos los cachorros abrazaron a su míster, que mantuvo la entereza en todo momento ante este duro revés. Nadie imaginaba que mes y medio después, el primer equipo del San Fernando iba a entrar en una crisis de resultados que le asoman al precipicio de Tercera división. Nadie era capaz de imaginar que la última jugada con Bugatto al frente del filial iba a acabar en gol para evitar una derrota demostrando así que sus equipos nunca se rinden. Nadie podía suponer que una llamada significaría tanto. Era la propuesta que Jaime había esperado toda la vida. El equipo de su vida. El de su familia. El de su padre. No podía decir que no. Es su equipo y el domingo, en un derbi en Chapín, cumplirá el sueño de dirigirlo.

Abr 3, 2025 - 12:52
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El viaje de Jaime Bugatto, el romántico del balón que cumple en San Fernando el sueño de todo entrenador
Cuando la pandemia llegó a nuestras vidas, Jaime Bugatto Manzano (San Fernando, 1 de febrero de 1995) lo tuvo claro. Su carrera como futbolista había acabado a los 25 años. Atrás dejaba una prometedora trayectoria al abrigo de la cantera del Sevilla FC (campeón de la Copa de Campeones Juvenil), llegando a entrenar con el primer equipo y siendo capitán del Sevilla C en Tercera división. Pese a tocar la Segunda división B con el Écija Balompié y demostrar su competitividad como centrocampista de contención y buen toque en equipos del Grupo X de Tercera, Bugatto, un romántico del balón «de los de botas negras y calcetín debajo de la media», tal y como se define en su perfil de Instagram, lamentaba no haber cumplido el sueño de su padre: debutar en el San Fernando CD , el equipo de su ciudad. Su padre y sus hermanos le habían inculcado el veneno por el club de La Real Isla de León. Pese a madurar futbolísticamente en la Carretera de Utrera, Jaime tenía el corazón azul. Lo había mamado en casa. Había escuchado a José Luis, su padre, entonar alineaciones de carrerilla de un pasado dorado y describir jugadas memorables y goles históricos. Por ello, sentía los cánticos de la grada de Bahía Sur como suyos y se había cargado de horas de carretera en familia para celebrar ascensos. Independientemente de lo que marcase su ficha federativa, era su equipo. Las lesiones que habían lastrado su carrera futbolística no le impidieron comenzar su etapa en el banquillo. Su pasión por el fútbol y su capacidad para aprender, unido a la experiencia adquirida en el verde, le dieron un enfoque especial como técnico. Tardó muy poco en encontrar equipo como ayudante y, curiosidades del destino, su debut como primer espada iba a llegar en casa. En el verano de 2021, el San Fernando llamó a su puerta para que se hiciera cargo del Cadete B . Aceptó. No podía decir que no viendo la cara de felicidad de su padre. Desde aquel día, Bugatto no podía imaginarse lo que estaba por venir. Campeón de liga en su primera temporada, ascendió al Juvenil B un verano más tarde. Una pretemporada y ocho jornadas invicto en Segunda Andaluza le bastaron para derribar un nuevo techo. A finales de octubre de 2022, Jaime Bugatto ascendía al último eslabón de una cantera del San Fernando cada vez más reconocida en la provincia de Cádiz y en Andalucía: el San Fernando B . El carácter, la ambición, la competitividad y el conocimiento de este joven graduado en Publicidad y Relaciones Públicas convencieron a un talentoso grupo de jóvenes futbolistas que compraron a muerte su discurso y se dejaron la vida por el entrenador que les dio el ascenso a División de Honor Sénior, la antesala a categoría nacional. Pero no fue el qué, sino el cómo. El San Fernando B realizó una segunda vuelta de competición extraordinaria con una columna vertebral isleña que, poco a poco, hizo que las gradas del Municipal de Bazán se poblaran de aficionados contagiados por la ilusión del grupo. Bugatto había transmitido el veneno para que toda la plantilla entonara cánticos de la grada de Bahía Sur antes y después de los partidos hasta convertirlo en una seña de identidad. La semilla se había creado y, por ello, en la fase de ascenso, más de 2.000 personas celebraron en Bazán el paso de de 'La Buganetta' a División de Honor. El cariñoso apelativo del filial azulino ya es reconocido en todo San Fernando. En su debut la temporada pasada se quedó a las puertas del ascenso a Tercera haciendo un fútbol atractivo sin perder una pizca de la competitividad que caracteriza a su líder. Y, esta temporada, pese a un inicio dubitativo por los cambios por edad propios de un segundo equipo, recondujo la situación y lo asentó en una zona tranquila que hace a los chavales brillar con luz propia y llamar a la puerta de la primera plantilla. Jaime nunca olvidará el pasado 14 de febrero. Aquel día, su padre, José Luis perdió la batalla ante una cruel enfermedad. En su despedida no faltó una bandera de su San Fernando. Cuarenta y ocho horas más tarde de ese mal trago, La Buganetta no falló e hizo hincar la rodilla al líder de la categoría. Todos los cachorros abrazaron a su míster, que mantuvo la entereza en todo momento ante este duro revés. Nadie imaginaba que mes y medio después, el primer equipo del San Fernando iba a entrar en una crisis de resultados que le asoman al precipicio de Tercera división. Nadie era capaz de imaginar que la última jugada con Bugatto al frente del filial iba a acabar en gol para evitar una derrota demostrando así que sus equipos nunca se rinden. Nadie podía suponer que una llamada significaría tanto. Era la propuesta que Jaime había esperado toda la vida. El equipo de su vida. El de su familia. El de su padre. No podía decir que no. Es su equipo y el domingo, en un derbi en Chapín, cumplirá el sueño de dirigirlo.