El tributo de la Academia de la Lengua a Antonio Machado reúne las voces de José Sacristán, Alfonso Guerra y Serrat

El actor ha leído su discurso y el cantante catalán ha cantado para homenajear al poeta.

Abr 29, 2025 - 21:14
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El tributo de la Academia de la Lengua a Antonio Machado reúne las voces de José Sacristán, Alfonso Guerra y Serrat

El actor José Sacristán ha leído, 94 años después, el discurso escrito en 1931 por el poeta Antonio Machado para su ingreso en la Real Academia de la Lengua y que, el sevillano, nunca llegó a leer. El discurso y su réplica sí fueron pronunciados antes, en 1989, por José García Nieto y Manuel Alvar.

Machado, que fue elegido académico en 1927, nunca ingresó en la institución ni ocupó la silla V que le correspondía por las circunstancias políticas de esos años. Aun así, según explica la RAE, elaboró un discurso de ingreso que fue publicado en la Revista Hispánica Moderna y que retomó, en 1997, el poeta Ángel González en su discurso de ingreso Las otras soledades de Antonio Machado.

"Traer aquí las palabras que fueron escritas para ser aquí leídas es un homenaje, si se quiere mínimo, que yo he querido tributar a quien considero el poeta español más importante de este siglo", dijo entonces González.

Sacristán ha ofrecido este importante testimonio de ingreso durante el acto Los hermanos Machado. "Los períodos revolucionarios, como el nuestro, son, contra lo que generalmente se afirma, los más insignificantes y los más equívocos de la historia, porque en ellos lo interesante ha pasado ya o no ha llegado todavía", ha pronunciado en una primera instancia.

En este discurso, que se ha prolongado durante más de 25 minutos, analizaba el papel de la poesía en un periodo de entreguerras como fue la década de los años 30 y defendía su "escasa inclinación" a "sacar consecuencias inmediatas" de "ciertas premisas catastróficas" como la guerra europea, las conmociones sociales y políticas. "No son, a mi juicio, sino fenómenos de superficie", ha reproducido.

"Difundir la cultura no es repartir un caudal limitado entre los muchos, para que nadie lo goce por entero, sino despertar las almas dormidas y acrecentar el número de los capaces de espiritualidad", es otro fragmento de la lectura que ha hecho Sacristán.

Por su parte, la contestación al discurso de Machado la ha llevado a cabo el académico y autor teatral Juan Mayorga, que lo ha hecho con un texto del coetáneo del sevillano José Martínez Ruiz, Azorín. "Machado y yo coincidimos en la publicación de libros que tienen en común el asombro por lo castellano. Machado publicó Campos de Castilla; yo, 'Castilla'", ha leído Mayorga, que también ha recitado algunos de esos emblemáticos poemas.

El solemne acto ha concluido con los poemas de Machado cantados por quien mejor ha difundido su obra, Joan Manuel Serrat. El cantautor, acompañado por un pianista, ha interpretado algunas canciones incluidas en su álbum de 1969 dedicado a Machado, como Retrato, Llanto y coplas y La saeta.

En la previa a este acto, intervino Alfonso Guerra, comisario de la exposición Los Machado. Retrato de familia. Esta muestra ha sido concebida "para recuperar el amor por el verso y la poesía" y darles a Manuel y Antonio Machado un mismo valor", según ha confesado su comisario, el exvicepresidente del gobierno Alfonso Guerra, durante su apertura por la mañana. "En estos días se han apagado las luces, pero no las luces del talento de los hermanos Antonio y Manuel Machado", ha dicho.

Un recorrido por la vida y obra de los Machado

La exposición, que se puede visitar en la sede de la RAE hasta el día 29 de junio, propone al visitante un recorrido por la vida y obra de los hermanos Machado a través del legado personal e intelectual de los abuelos, de los padres y del hermano, José Machado Ruiz. También revela la sucesión de influencias entre sus miembros: la pasión por lo científico y la naturaleza del abuelo, la querencia por los cuentos y romances de la abuela y el gusto por el folclore y el mundo popular del padre.

El espectador viaja desde el hogar infantil en Sevilla hasta el encuentro en Colliure (Francia) a través de varios ejes cronológicos: la infancia (1874-1883), centrada en la vida doméstica, las influencias de los abuelos y el padre en la futura obra de los Machado; la adolescencia (1883-1893), que relata el traslado a Madrid, la formación en la Institución Libre de Enseñanza, y la muerte del padre y del abuelo; la juventud (1893-1907), marcada por las tabernas y la cultura popular en la que se sumerge Manuel, y la estancia en París de ambos hermanos.

También el viaje (1907-1912), que repasa la separación, el inicio de la vida profesional y el periodo en Soria; la madurez (1912-1919), en la que se analiza el duelo por Leonor y el casamiento de Manuel; el regreso (1919-1936), con Segovia y la Real Academia Española de fondo, y la guerra (1936-1939), que relata el inicio de la contienda y las repercusiones en la familia, y Colliure (1939), fundamentada en la muerte y el exilio.

"Es una exposición (que ya ha pasado por Sevilla y por Burgos) concebida para recuperar el amor por el verso y la poesía", afirmó Guerra. "No solo hay intelecto, arte, pensamiento... también hay emoción, es muy difícil terminar de ver esta exposición sin abandonar la sala emocionado".

En primer lugar, resaltó el expolítico que Manuel y Antonio Machado son "dos grandes poetas" y no "un gran poeta y otro menor", como "la tradición errónea ha venido diciendo"; segundo, que su padre y sus dos abuelos fueron "tres personalidades que tuvieron una influencia poderosísima" sobre ellos; y por último, que los hermanos "jamás estuvieron enfrentados".

El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, ha subrayado antes de la inauguración que "nunca se había hecho un homenaje tan importante" como este. La academia ha tenido que sustituir su mobiliario habitual para albergar en sus salas "los recuerdos de la familia Machado".

A la entrada de la RAE se encuentra "la máquina de trovar", un aparato interactivo capaz de generar sonetos al estilo de Antonio Machado con inteligencia artificial a partir de palabras sugeridas por los asistentes.

A lo largo de varias salas divididas en las etapas de su vida, desde su infancia hasta su exilio y muerte, se ofrecen objetos inéditos y originales, como el ábaco de letras con el que Antonio y Manuel Machado aprendieron a leer, o documentos como el discurso de ingreso de Antonio Machado en la RAE, que nunca llegó a leer -y que se leerá esta tarde en un acto simbólico- o la orden de ingreso en prisión en Burgos de Manuel Machado.

La exposición muestra además cartas originales como la que Antonio Machado envió a Rubén Darío cuando llegó a Soria informándole de su intención de opositar por Madrid para luego permutar la plaza por Sevilla o la escrita por Miguel de Unamuno felicitando a Antonio Machado por la publicación de Campos de Castilla.

También hay objetos personales que acompañaron a los escritores durante su vida, como la cartera y el abrecartas de Antonio Machado o la pitillera y el reloj de bolsillo de Manuel Machado.