El Supremo aplaza su fallo sobre los insultos de Belarra hacia García Castellón para decidir si lo dijo como diputada o a título personal
La secretaria general de Podemos defiende que llamar "corrupto" al juez jubilado es decir "la verdad".

El Tribunal Supremo (TS) ha aplazado su fallo por la demanda que presentó el magistrado jubilado Manuel García Castellón contra la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, para aclarar si puede juzgar a la diputada como aforada por las publicaciones que hizo en su cuenta personal de X, en las que llamó "corrupto" y prevaricador al exjuez de la Audiencia Nacional, o si el caso correspondería a un juzgado de lo civil.
Así lo ha acordado el presidente de la Sala de lo Civil, Ignacio Sancho, en la audiencia previa que se ha celebrado en el Alto Tribunal a raíz de la demanda civil que presentó García Castellón por presunta "intromisión legítima en el derecho al honor" y en la que reclama 240.000 euros.
Sancho ha dado 10 días a los abogados y la Fiscalía para que se pronuncien sobre si las manifestaciones de Belarra tuvieron lugar por parte de una diputada, que gozaría de la condición de aforada ante el Supremo, o por parte de una ciudadana que no tiene dicha condición.
El magistrado ha recalcado que, toda vez que Belarra no ha negado sus declaraciones, la cuestión es determinar si se manifestó en condición de diputada y puede acogerse a la inmunidad parlamentaria —como pretende—, o si por el contrario sus publicaciones quedarían limitadas al ámbito privado.
Cabe recordar que la Fiscalía ya aseguró en el informe escrito que presentó ante el tribunal que "las declaraciones realizadas por un parlamentario en redes sociales desde su propio perfil, especialmente si son ofensivas o atentan contra el honor de terceros, no están protegidas por las prerrogativas de inviolabilidad".
Belarra defiende que lo que ha dicho es "la verdad"
Entretanto, este jueves Belarra ha señalado que el Estatuto de los Diputados garantiza la inviolabilidad de los parlamentarios por sus opiniones y ha subrayado que, en su caso, haber calificado a García Castellón de corrupto no fue una opinión, sino "pura descripción de la realidad".
"Si viviésemos en una democracia, quien estaría siendo juzgado en el día de hoy es precisamente el juez jubilado Manuel García Castellón por sus acciones durante su ejercicio profesional, y no yo por decir única y exclusivamente la verdad", ha añadido Belarra, que defiende que su inviolabilidad como diputada aplica también a comentarios publicados en redes sociales.