El rincón donde menos llueve de España y que es perfecto para "esconderse" lo que queda de invierno
Y también uno de los más secos de Europa, porque ver llover en la esquina suroeste de la península es algo casi extraordinario. Un lugar donde el sol brilla más de 300 días al año es lo que muchos ansían en este duro invierno

En Cabo de Gata solo llueven unos 200 mm al año, es decir, “cuatro gotas”, más aún si lo comparamos con otras zonas de España como Bilbao, donde las precipitaciones anuales rondan los 1.200 mm (un mm es lo equivalente a un litro por metro cuadrado). Así, Almería es la región más árida de Europa y, dentro de Almería, la zona de Cabo de Gata se lleva el premio gordo.
Además de no necesitar paraguas, tampoco hacen falta abrigos, guantes ni gorros. La temperatura media oscila entre los 18 °C de máxima y los 9 °C de mínima. Si en verano es un paraíso, en estos meses de clima desapacible en gran parte del país Cabo de Gata sigue siendo el lugar con el que soñar mientras nos refugiamos bajo varias mantas.
Más razones
El buen tiempo es una razón de peso para hacer la maleta y poner rumbo al sur, pero no la única. Mejores precios y una baja afluencia permiten que sea muy sencillo disfrutar de sus paisajes, algo que en verano puede ser más complicado, tanto por la cantidad de gente que se acumula como por los precios de los alojamientos.
En invierno, Cabo de Gata cambia de ritmo, pero no de esencia. Su luz sigue siendo especial, más suave que en los meses de calor extremo. Así, sus famosos atardeceres siguen siendo igual de espectaculares, románticos e hipnóticos que en pleno agosto, pero mucho más íntimos.
El hecho de ir a la playa sí cambia, y es que en estas fechas el único sonido es el ir y venir de las olas. Caminar por la orilla sin apenas cruzarse con nadie, con el rumor del agua como única compañía, convierte cualquier paseo en un momento de calma absoluta.
Más que playa
Estas fechas son perfectas para disfrutar de uno de los encantos menos conocidos del Cabo de Gata: sus rutas de senderismo, una de las mejores formas de descubrir el parque. Senderos y propuestas hay muchos y variados, pero aquí van las que pueden considerarse como imprescindibles.
Ruta del Faro de Cabo de Gata y el Arrecife de las Sirenas
Tan fácil como espectacular. Son apenas dos kilómetros los que te llevan desde la playa de la Almadraba hasta el faro. El sendero sigue la línea de costa hasta llegar al Arrecife de las Sirenas, una formación rocosa espectacular que debe su nombre a la presencia de focas monje en el pasado, animales que los marineros confundían con sirenas. Las vistas desde el faro son impresionantes, sobre todo al atardecer, cuando el cielo se tiñe de tonos naranjas y violetas.
Sendero de las Amoladeras
Un poco más larga (son 8 kilómetros en total), pero igual de atractiva. Este es el mejor recorrido para descubrir la vegetación del desierto almeriense y conocer más sobre la geología de la zona. El sendero atraviesa el Parque Natural de las Amoladeras, una de las pocas zonas protegidas de estepa mediterránea, con campos de esparto, retamas y palmitos. También pasa por antiguos cortijos abandonados que recuerdan el pasado agrícola de la región.
Ruta de San José a la Playa de los Genoveses y Monsul
Un poco más larga para los más deportistas o para cuando ya llevas varios días de caminatas y te atreves con todo. Este sendero une San José con dos de las playas más famosas de Cabo de Gata: Los Genoveses y Monsul. El camino serpentea entre colinas y ofrece vistas espectaculares de la costa. En invierno, la tranquilidad de estas playas las hace aún más especiales.
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