El pueblo de Francia con casas de estilo labortano que se encuentra a menos de una hora de España
La Bastide-Clairence está considerado como uno de los pueblos más bellos del sur de Francia. En él, se refleja de forma perfecta la arquitectura tradicional vasca.
El sur de Francia es una de las zonas más visitadas al encontrarse tan próximo a España. Es ahí donde encontramos algunos de los pueblos más bonitos de este país. La Bastide-Clairence es uno de esos municipios bellos que tienen nuestros vecinos. Con poco más de 900 habitantes, se encuentra situado a tan solo 20 minutos de la costa vasca.
Este lugar se fundó en el año 1312 como una necesidad del Reino de Navarra de tener acceso comercial al mar. Este movimiento estratégico tenía como objetivo fortalecer su presencia en esa región. La gran particularidad que tenía este lugar es que su población era cosmopolita, es decir, en él podíamos encontramos locales vascos, gascones o judíos que habían sido expulsados de otras zonas de Europa.
Los lugares que debemos visitar en Bastide-Clairence
El estilo arquitectónico de este pueblo francés es muy diversos. Posee viviendas en las que se puede apreciar el clásico labortano con fachadas pintadas con verde y rojo, pero también se puede observar el estilo navarro.
La Place des Arceaux es rectangular y está rodeada de soportables con casas de madera que siguen este estilo, la gran mayoría pintadas en tonos rojos y verdes. Es una de las zonas preferidas del pueblo para reunirse. Además, en verano es la zona en la que se encuentra un mercado de agricultores.
Uno de los edificios más importantes es la iglesia de Notre-Dame. Es la única construcción de piedra de todo el municipio y fue consagrado en 1315 por el obispo de Pamplona. Detrás encontramos un cementerio judío, un aspecto muy característico de las iglesias vascas. Se trata de un lugar que recuerda que en este área estuvieron asentados judíos sefardíes que huyeron de la Inquisición española y portuguesa.
Es en Bastide-Clairence donde encontramos el trinquete más antiguo de Francia. Los análisis que se han realizado de la madera de las vigas han podido establecer que su construcción fue en 1512 y ha llegado a nuestros días sin grandes cambios. Es el lugar perfecto poder jugar a la pelota mano.
También merece la pena visitar el lavadero que se encuentra en la plaza. En el municipio encontramos varios oficios artesanos como, por ejemplo, restaurador de cuadros, fabricante de instrumentos de viento, un taller de titanio, diseñador de joyas... Es muy fácil encontrar este tipo de talleres en la zona y conocer sus habilidades.
El pueblo francés es conocido especialmente por su Mercado de Cerámica que se suele celebrar todos los años a principios de septiembre. En él, se suelen exponen piezas de diferentes alfareros tanto de Francia como del resto de Europa.
