El PP solo ve un posible pacto con Sánchez en la respuesta a los aranceles de Trump
El PP se toma la respuesta a los aranceles de Trump como excepción a otros pactos con el PSOE

El acercamiento que exhibieron este jueves los dos grandes partidos supone solo un paréntesis en su relación. El PP y el PSOE se tendieron la mano mutuamente en aras de dar una respuesta "proporcionada" a los aranceles de Donald Trump y, sobre todo, con el objetivo de ayudar a los sectores productivos afectados. Por primera vez en meses, los de Pedro Sánchez citaron al principal partido de la oposición para contar con ellos en una crisis, en este caso, comercial. Y, por primera vez en mucho tiempo, los de Alberto Núñez Feijóo aceptaron "colaborar" con el Gobierno. Si se mantiene el canal abierto, el PP está dispuesto a llegar a un pacto de Estado. Eso sí, insisten en que esto ajeno a cualquier otro acuerdo en otros asuntos relevantes como puede ser en defensa o en inmigración.
En Génova se toman la respuesta a los aranceles de Trump como una excepción. "No es una nueva etapa", insiste el entorno de Feijóo, al tiempo que pone de manifiesto que "no era tan difícil" que el Gobierno de Pedro Sánchez llamara a la oposición para informar de una crisis tal y como han estado exigiendo con cada una de los asuntos más relevantes. Por ejemplo, en el gasto militar: "El problema no es el PP, son sus socios a los que no quiere agraviar", sostienen estas mismas fuentes.
O, por ejemplo, en la ley de eficiencia del servicio público de justicia, ya que este mismo viernes los consejeros de este área del PP abandonaron la Conferencia Sectorial dando plantón al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Las comunidades del PP también están enfrentadas con el Gobierno central por su modelo de reubicación de menores migrantes no acompañados.
No obstante, según justificó el vicesecretario de Economía, Juan Bravo, "el PP va a actuar con sentido de Estado ante una situación que es de Estado", en relación al ataque arancelario de Trump. Eso sí, dejó claro que los populares van a "colaborar" con el Gobierno, "no con Sánchez," y siempre que el canal de intercambio de información y propuestas siga abierto.
Con esta maniobra, el PP también persigue un doble objetivo electoral. Primero, marcar la diferencia con Vox, la única formación que no ha condenado claramente el ataque de la Administración norteamericana a los europeos; o, más bien, ha culpado de la situación a Sánchez, Feijóo y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "El patriotismo es defender España y a los españoles por encima de cualquier otra cuestión; el que no esté en eso, se equivoca, porque este es el verdadero patriotismo", subrayaba este viernes la secretaria general popular, Cuca Gamarra.
También lo hacía el líder de la oposición el día anterior cargando contra el "silencio connivente" de Vox respecto al giro arancelario estadounidense. Aunque no citara explícitamente al partido de Santiago Abascal, apuntó a que "la guerra comercial es un inmenso error" y que "ningún patriota puede defender a quien perjudica a los intereses de los ciudadanos". Con ello, el popular quiso retratar a la formación a su derecha del tablero político y sobre todo retirarle una de sus banderas políticas más relevantes: la defensa del campo.
Para Feijóo es incompatible mantener una actitud condescendiente con Trump y defender los intereses de los agricultores y ganaderos, que son precisamente de los que más van a verse afectados por los aranceles estadounidenses. Y es por esto que el PP avanza en su objetivo de arañar el voto de campo ante la "ventana de oportunidad" que encontró ya a inicios de la crisis, tanto por la presión fiscal nacional como por los aranceles con los que ya amenazaba Trump hace un par de meses.
Entonces también vio la oportunidad para avanzar en su principal objetivo electoral, que es el de captar el voto de centro arañando al PSOE. Y es en esta misma crisis en la que creen que pueden sacar rédito ante el tono con el que el Gobierno se dirigía en un inicio al Gobierno de Trump. "Ni insultamos a los presidentes de otras naciones ni nos quedamos mudos cuando hay que hablar". Asimismo los recientes ataques del Gobierno socialista a las universidades privadas han abierto "un nuevo frente" de oportunidad a la oposición. Al menos así lo ven desde la dirección nacional de Génova, que asisten con "estupor" al que consideran un movimiento meditado por parte de Pedro Sánchez y que, al mismo tiempo, les deja un hueco que aprovecharán para arañar votos a los socialistas.