En 'marketing' político, tan importante como el mensaje es la imagen que se proyecta, y el martes de la semana pasada, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ambos principios fallaron. La portavoz del Gobierno y la vicepresidenta segunda dinamitaron con su choque público un anuncio en positivo, de los que para un Gobierno progresista cabría esperar fuegos artificiales . Todo quedó oculto tras el telón de la batalla dialéctica a cuenta de la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Más de una semana después, la foto fija es la misma. La rama socialista se queda sola en su « pedagogía fiscal » y Sumar, que insiste en exhibir su discrepancia ideológica con el PSOE, avanza que...
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