El lado más personal de Antonio de la Torre: el gran amor de su vida, una aventura política y un trabajo que le alejaba de su gran sueño
Experiodista deportivo, casado desde 2008 y muy concienciado con el ecologismo, Antonio de la Torre es el actor español con más nominaciones a los premios Goya de la historia.

Poco se puede decir de la carrera, prácticamente inmaculada desde que comenzó, de Antonio de la Torre, el intérprete con el mayor número de nominaciones en la historia de los premios Goya. Con la de este año, a mejor actor secundario por Los destellos, ya acumula quince candidaturas al cabezón, el cual se ha llevado a casa en dos ocasiones: la primera, en 2007, de nuevo en un papel secundario, por la cinta AzulOscuroCasiNegro, y en 2019, al fin como protagonista, por El reino. Solo Eduard Fernández se le acerca en número de veces nominado, una por detrás, también contando la de este año, por Marco.
Pero precisamente aquellos comienzos no barruntaban el apabullante éxito del actor malagueño, que cumplía a mediados del pasado enero 57 años. Hijo de un administrativo y un ama de casa, el intérprete quería que su familia se sintiese orgulloso de él. De ahí que compaginase su primer trabajo con continuos viajes a Madrid, donde ya había estudiado la carrera de Periodismo en la Universidad Complutense para seguir los cursos de interpretación que estaba dando en la escuela de Cristina Rota, quien ha sido una mujer fundamental en su trayectoria —y quien es la madre a su vez del actor Juan Diego Botto—.
Aquella época, a decir verdad, la recuerda algo agridulce. Por un lado, por sus propias inseguridades, en las que se comparaba con otros actores de su quinta como Willy Toledo, Ernesto Alterio o Alberto San Juan —con el que estudió de hecho Ciencias de la Información y se convirtió en uno de sus mejores amigos—, y porque sentía que con su desempeño como periodista, tanto en Canal Sur Radio, presentando los informativos deportivos del fin de semana, como en Canal Sur Televisión, se estaba alejando de su verdadero sueño.
"Yo he cobrado en dinero negro. Lo hice cuando estaba estudiando la carrera. Mi madre enviudó, porque mi padre murió cuando yo estaba haciendo COU, y me dieron la beca máxima, 200.000 pesetas del año 86, pero no me daba para vivir en Madrid. Entonces, un amigo de mi padre me consiguió un curro en el que me pagan en negro para no perder la beca. Me pagaban 30.000 pesetas y con eso vivía", rememoró en una entrevista en la Cadena Ser.
Pero llegaron papeles importantes como Padre coraje, La comunidad o la citada AzulOscuroCasiNegro y su suerte cambió. No renunció a Sevilla, donde vive desde aquella etapa profesional en la radiotelevisión pública andaluza, pero sí que comenzó a recibir más y más papeles de importancia cada vez mayor. Y su fama cambió con sus registros. No así la de su esposa. "A mi amor, Rosario, por traer paz a mi vida", le dedicaba en su primer galardón en los premios del cine español.
Al año siguiente, en 2008, se casaban. Ella es Rosario Charneco, quien toda su vida ha preferido alejarse de los focos y ser bastante hermética con su vida privada, dejando que sea su marido quien acapare los titulares. "Es funcionaria y es verdad que no le interesa darse publicidad, pero me suele acompañar, como estos días en el festival de Cine de San Sebastián", explicó en una entrevista con Mujer Hoy en 2018. La siguiente vez que subió a recoger un Goya, el discurso había cambiado.
"A Rosario, Martina y Daniel, por tensar bien de la cuerda cuando me echo a volar", dijo, acordándose también de sus dos hijos. "La mejor educación que se le puede dar a un hijo es la felicidad. Se educa viviendo", reflexionó para las páginas del diario ABC. También se acordó sobre el escenario de Los Farruquitos, pues así se hacen llamar sus amigos de siempre y que, como tradición, suelen acompañarle a la ceremonia de los premios. Porque precisamente Antonio, aparte de una persona muy sociable, es alguien que siempre recuerda su pasado.
Por eso quizá no ha cambiado jamás de equipo de fútbol, el Málaga CF, del que es forofo desde que era niño, ni de lugar de veraneo, su tierra. "Yo solo soy un cateto de Málaga que soñaba con todo esto", explicó sobre su trayectoria y lo que ha conseguido en una entrevista para la AISGE (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual). Tampoco de pasión, dado que a los 11 años entró en una compañía de teatro infantil, la cual abandonó dejándose llevar por su círculo de amistades.
Pero a pesar de esa humildad, siempre está pensando en los demás y en el futuro. Y de ahí le viene su inmensa preocupación por el planeta que le va a dejar a los suyos. No por nada es un firme defensor de la conservación, preservación y protección del medio ambiente y ha hecho campañas a favor de instruir desde jóvenes en prácticas ecologistas. "Intento poner mi grano de arena para un mundo mejor en el que creo y de tender puentes más que barricadas, aunque hay temas sobre los que creo que es moralmente un delito no pronunciarse", declaró.
"Nos están abocando a la supervivencia, y la supervivencia aniquila la moral. Vivimos tiempos de cierta degradación moral. Jornadas más intensas, sueldos más bajos, y el 'no te quejes, que fuera hace mucho frío'. Esa maldita frase se la inventó algún hijo de... El miedo es el arma que tienen los poderosos para tenerte pillado. Compañeros, no tengamos miedo. Os lo dice un miedoso", agregó en aquella entrevista con la AISGE.
Medalla de Andalucía en 2020 y nombrado en 2023 alumno ilustre de la Universidad Complutense de Madrid por votación, su nombre y su ideología formaron parte de la conversación durante las elecciones generales de España de 2023, ya que formó parte de la lista de Sumar por Málaga al Congreso de los Diputados. Aparte de que siempre ha sido muy activo en redes sociales.
"Me preocupan estos tiempos en los que gente engañada, estafada o explotada por una pandilla de desalmados se siente mísera, pasa hambre, se suicida. Y encima tiene que cargar con el estigma de que vivieron por encima de sus posibilidades. Tengo la esperanza de que el sistema cambie. Es un momento importante para darle un vuelco a esto", dijo. Y era 2014. Pocos saben mejor que él, por tanto, lo que puede significar un único cambio de rumbo.