El doble filo del dólar "barato" y la clave para dejar de "exportar impuestos"
Mientras el alza de importaciones presiona sobre el superávit comercial y las reservas del BCRA, los exportadores buscan mejorar el precio de sus ventas al exterior. La clave que puede achicar la diferencia entre los impuestos que afronta al sector

El bálsamo que genera la flotación del dólar en torno a los a $1070, en línea con el valor previo fin del cepo, revive la tensión entre los importadores que buscan un "dólar barato" para ingresar productos e insumos a mejor precio y los que proyectan un tipo de cambio más competitivo para exportar más.
Frente a la nueva disyuntiva, "la cercanía del tipo de cambio al piso de la banda reduce su impacto inflacionario, pero aumenta los problemas de competitividad", planteó un documento de IDESA, el grupo de estudio de problemas económicos y sociales del país.
En marzo, el gobierno de Javier Milei, registró la primera caída de exportaciones tras 14 meses de gestión y encendió una alerta. Mientras los valores importados totalizaron u$s 6006 millones y crecieron un 38,7% interanual, en el tercer mes del año, las ventas al exterior cayeron 2,5% (totalizaron u$s 6329 millones)
La consecuencia de este desempeño, es un recorte en el superávit comercial que resultó positivo en sólo u$s 323 millones, lejos de los u$s 2.144 millones del mismo mes del año anterior. Incluso, por debajo del valor que esperaba el mercado de u$s 858 millones, según el REM. Fuente CERA - Comercio argentino. Mar-2024 a Mar-2025 En millones de u$s
En contraste con el primer trimestre de 2024, el saldo acumulado bajó de u$s 4.401 millones a u$s 761 millones, registrando una "abrupta" disminución resaltó la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) y marcó que mientras las importaciones aumentaron un 35% las exportaciones subieron un 5,3% en el período.
En el escenario actual, con un dólar flotando en la banda inferior, para la producción nacional se "intensifican" las dificultades para exportar y competir con los productos importados.
Impuestos distorsivos
Frente a esto, el gobierno se enfrenta a la disyuntiva de cómo ofrecerle mayor competitividad al sector exportador, clave para alimentar las reservas del Banco Central (BCRA) sin arriesgar el superávit fiscal a partir de alivio fiscal.
Aunque en una perspectiva de corto plazo "las posiciones son irreconciliables", según IDESA existe una alternativa para que argentina no "exporte impuestos".
Para iniciar, los analistas identifican los impuestos que "hacen un aporte importante a los ingresos del Estado y a la vez destruyen la competitividad nacional".
Según datos del Ministerio de Economía para el 2024 se observa que a nivel nacional, el impuesto al cheque recaudó 1,6% del PBI y los derechos de exportación un 1,0% del PBI.
A nivel provincial, el impuesto a los ingresos brutos recaudó 4,2% del PBI y el impuesto a los sellos 0,4%; en tanto que en la órbita municipal, la tasa de industria y comercio recaudó 0,8% del PBI.
"Estos datos muestran que los principales impuestos distorsivos generan ingresos por el equivalente al 8% del PBI", destacó el informe y agregó que implica casi un 30% del total de los recursos con que cuenta el sector público nacional, provincial y municipal. "Se confirma así que no hay posibilidades de eliminar o reducir estos impuestos distorsivos sin volver a caer en déficit fiscal", plantea en línea con el argumento oficial.
Sin embargo, apunta que estos impuestos son "letales" para la competitividad.
Para ilustrar, describen que en el caso de un producto exportado, el IVA puede ser identificado y reembolsado al productor de manera que el precio del producto en el mercado externo no lo incluya.
En los casos de cheque, ingresos brutos, sellos y tasas municipales quedan "metidos" en los costos de producción y no pueden ser identificados, por lo tanto, tampoco reembolsados. "Son impuestos que encarecen los productos nacionales que ingresan a otros países colocándolos en desventaja", analiza y plantea que para la producción nacional es difícil penetrar a otros países cuando se compite con productos encarecidos por los impuestos.
Ventaja en importados
Si bien el proceso es similar en productos importados, donde el IVA grava con la misma intensidad al bien nacional como al del exterior, sin embargo, el extranjero paga menos cheque, ingresos brutos, sellos y tasas municipales debido a que tiene menos etapas intermedias en la cadena de producción antes de llegar al consumidor final.
El IVA es un tributo neutral desde el punto de vista de la competitividad, por lo tanto "no se suma en el precio de los productos que se exportan y grava con igual intensidad a los productos nacionales e importados. Por el contrario, los impuestos distorsivos -cheque, ingresos brutos, sellos, tasas municipales- afectan negativamente la competitividad".
Ya sea porque encarecen las ventas al exterior o se "exportan impuestos" como porque gravan con más intensidad al producto nacional respecto al mismo producto importado.
Por eso, según IDESA, si los impuestos neutrales, como el IVA, sustituyen a los distorsivos se puede mejorar la competitividad sin perder recaudación.
Por ejemplo, agrega el informe, estableciendo que un "súper IVA" absorba ingresos brutos, sellos y tasa municipales. Por esta vía se lograría, por un lado, dejar de "exportar impuestos" y, por el otro, que la producción nacional deje de soportar una carga impositiva superior a la que se aplica a los mismos productos importados.