El Cristo de la Universidad de Córdoba, quince años de dolor y belleza

Creó unas expectativas mayores que las que ha generado ninguna imagen en Córdoba en las últimas décadas, en el sentido de que ya desde las primeras fotografías que se fueron viendo llamaba poderosamente la atención por lo sangriento y por la crudeza de sus realistas heridas de la flagelación y de la crucifixión. El carácter sindónico del Santo Cristo de la Universidad por reflejar al milímetro todas las investigaciones científicas desarrolladas en la Sábana Santa lo hizo traspasar las barreras espirituales para situarse como una pieza académica y médica. El riesgo que supuso para la cofradía y el artista en convertirlo, más allá de la dimensión devocional, en un objeto de estudio narrativo de una investigación médico-legal se tornó en acierto, pues es una de las imágenes con más personalidad de la Semana Santa y conocida internacionalmente. En lo artístico la obra creada por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro trascendió el estilo habitual que se ancla en el Barroco en tierras andaluzas y tiene un eco contemporáneo. El ojo hinchado y amoratado y la sangre en diversos grados de coagulación no son óbice para que el cuerpo del Señor emane belleza. Los rastros de la flagelación son más antiguos que la sangre que emana de los clavos, más fresca. El vientre se encuentra ligeramente hinchado por haber muerto por asfixia, el cuerpo está representado una media hora después de fallecer, y la espalda está pegada a la cruz, que es como caería de forma natural. Es muy significativa una herida en forma de tres invertido en el rostro, un rasgo que aparece en la Sábana Santa y se achaca a una vena que se inflamó. En el plano devocional a los creyentes les caló muy hondo y la impresión de dolor fue profunda por ver el grado extremo de los padecimientos a los que se le sometió. Quien se situó en su día con la curiosidad de la primera vez y se sitúa actualmente ante Él se siente conmocionado y apelado a reflexionar sobre lo que supuso la muerte en la cruz y el sufrimiento de Jesús para redimir al mundo. Verlo el Martes Santo en su estación de penitencia es una sacudida que mueve a la conversión y la penitencia. Sorpresa, emoción con un caudal de lágrimas, sobrecogimiento, invitación a la oración y el recogimiento en un bando, pero desagrado, incomodidad y crítica en el lado contrario. No faltó la polémica . Los sentimientos que desató en su momento fueron tan dispares como el color de los ojos del que miraba, pero desde el primer instante generó también una legión de fervientes admiradores en Córdoba y fuera de ella. El Cristo de la Universidad se presentó unos días antes de su bendición el 13 de marzo de 2010; pasaron muchísimas personas para conocerlo de primera mano y fue uno de los grandes temas de conversación de los cofrades aquella Cuaresma. A través del gigantesco cauce que ya ofrecía internet por aquel entonces, en la primera década del siglo XXI, este Crucificado tuvo mucho impacto en todo el mundo católico, sobre todo en Suramérica y Centroamérica. A Miñarro le han pedido muchas veces que crease uno igual o réplicas a menor tamaño, pero se negó siempre por considerarlo único. A Panamá, por ejemplo, enviaron un lienzo con su i magen impresa por petición de la Arquidiócesis del lugar, que se venera en la iglesia de Santiago. En la iglesia del Juramento de San Rafael en Córdoba hay un espacio sobre interpretación de la Sábana Santa, incluso una reproducción a tamaño natural. En Cabra la Fundación Aguilar y Eslava posee una copia realizada en poliuretano con las mismas dimensiones del Cristo real. En 2021 su autor talló el Cristo de la Gran Entrega de Miami , que puede considerarse ‘hermano’ del Cristo de la Universidad, pero no un gemelo, pues incorporó nuevas investigaciones sobre la Sábana Santa. No acepta repetirlo, ni sus heridas ni su corona. Ésta la trenzó él mismo en unos segundos con la especie ‘Zizyphus jujuba’ y empleó poco tiempo porque es lo mismo que debieron de hacer los soldados. El texto del Inri lo escribió un hebreo y por eso incluso el latín y el griego figuran de derecha a izquierda. Preguntado muchos años después por lo que hace tan especial al Cristo de la hermandad Universitaria Miñarro reconocía a ABC que «hace una catequesis muy fuerte , a pesar de que no es fácil contemplarla como imagen. No deja indiferente a nadie, es una catarsis. Pero también es cierto que hay que verlo en directo, por fotografía no te puedes hacer una idea». Además de artista, es profesor titular de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla y ha escrito un libro sobre la Sábana Santa. El Cristo de la Universidad se incorporó a la Semana Santa en las vísperas, el Jueves de Pasión de 2011 cuando la hermandad Universitaria ya hacía estación de penitencia con la Virgen de la Presentación. Hubo una multitud de gente en las calles para recibirlo aquel año. En 2012 la corporación abandonó San Pedro de Alcántara para mudarse a la iglesia del Juramento de San Rafael , donde ocupa una capilla junt

Mar 20, 2025 - 09:10
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El Cristo de la Universidad de Córdoba, quince años de dolor y belleza
Creó unas expectativas mayores que las que ha generado ninguna imagen en Córdoba en las últimas décadas, en el sentido de que ya desde las primeras fotografías que se fueron viendo llamaba poderosamente la atención por lo sangriento y por la crudeza de sus realistas heridas de la flagelación y de la crucifixión. El carácter sindónico del Santo Cristo de la Universidad por reflejar al milímetro todas las investigaciones científicas desarrolladas en la Sábana Santa lo hizo traspasar las barreras espirituales para situarse como una pieza académica y médica. El riesgo que supuso para la cofradía y el artista en convertirlo, más allá de la dimensión devocional, en un objeto de estudio narrativo de una investigación médico-legal se tornó en acierto, pues es una de las imágenes con más personalidad de la Semana Santa y conocida internacionalmente. En lo artístico la obra creada por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro trascendió el estilo habitual que se ancla en el Barroco en tierras andaluzas y tiene un eco contemporáneo. El ojo hinchado y amoratado y la sangre en diversos grados de coagulación no son óbice para que el cuerpo del Señor emane belleza. Los rastros de la flagelación son más antiguos que la sangre que emana de los clavos, más fresca. El vientre se encuentra ligeramente hinchado por haber muerto por asfixia, el cuerpo está representado una media hora después de fallecer, y la espalda está pegada a la cruz, que es como caería de forma natural. Es muy significativa una herida en forma de tres invertido en el rostro, un rasgo que aparece en la Sábana Santa y se achaca a una vena que se inflamó. En el plano devocional a los creyentes les caló muy hondo y la impresión de dolor fue profunda por ver el grado extremo de los padecimientos a los que se le sometió. Quien se situó en su día con la curiosidad de la primera vez y se sitúa actualmente ante Él se siente conmocionado y apelado a reflexionar sobre lo que supuso la muerte en la cruz y el sufrimiento de Jesús para redimir al mundo. Verlo el Martes Santo en su estación de penitencia es una sacudida que mueve a la conversión y la penitencia. Sorpresa, emoción con un caudal de lágrimas, sobrecogimiento, invitación a la oración y el recogimiento en un bando, pero desagrado, incomodidad y crítica en el lado contrario. No faltó la polémica . Los sentimientos que desató en su momento fueron tan dispares como el color de los ojos del que miraba, pero desde el primer instante generó también una legión de fervientes admiradores en Córdoba y fuera de ella. El Cristo de la Universidad se presentó unos días antes de su bendición el 13 de marzo de 2010; pasaron muchísimas personas para conocerlo de primera mano y fue uno de los grandes temas de conversación de los cofrades aquella Cuaresma. A través del gigantesco cauce que ya ofrecía internet por aquel entonces, en la primera década del siglo XXI, este Crucificado tuvo mucho impacto en todo el mundo católico, sobre todo en Suramérica y Centroamérica. A Miñarro le han pedido muchas veces que crease uno igual o réplicas a menor tamaño, pero se negó siempre por considerarlo único. A Panamá, por ejemplo, enviaron un lienzo con su i magen impresa por petición de la Arquidiócesis del lugar, que se venera en la iglesia de Santiago. En la iglesia del Juramento de San Rafael en Córdoba hay un espacio sobre interpretación de la Sábana Santa, incluso una reproducción a tamaño natural. En Cabra la Fundación Aguilar y Eslava posee una copia realizada en poliuretano con las mismas dimensiones del Cristo real. En 2021 su autor talló el Cristo de la Gran Entrega de Miami , que puede considerarse ‘hermano’ del Cristo de la Universidad, pero no un gemelo, pues incorporó nuevas investigaciones sobre la Sábana Santa. No acepta repetirlo, ni sus heridas ni su corona. Ésta la trenzó él mismo en unos segundos con la especie ‘Zizyphus jujuba’ y empleó poco tiempo porque es lo mismo que debieron de hacer los soldados. El texto del Inri lo escribió un hebreo y por eso incluso el latín y el griego figuran de derecha a izquierda. Preguntado muchos años después por lo que hace tan especial al Cristo de la hermandad Universitaria Miñarro reconocía a ABC que «hace una catequesis muy fuerte , a pesar de que no es fácil contemplarla como imagen. No deja indiferente a nadie, es una catarsis. Pero también es cierto que hay que verlo en directo, por fotografía no te puedes hacer una idea». Además de artista, es profesor titular de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla y ha escrito un libro sobre la Sábana Santa. El Cristo de la Universidad se incorporó a la Semana Santa en las vísperas, el Jueves de Pasión de 2011 cuando la hermandad Universitaria ya hacía estación de penitencia con la Virgen de la Presentación. Hubo una multitud de gente en las calles para recibirlo aquel año. En 2012 la corporación abandonó San Pedro de Alcántara para mudarse a la iglesia del Juramento de San Rafael , donde ocupa una capilla junto a la Virgen. Desde 2014 la cofradía forma parte del Martes Santo y a partir de ahí la hermandad sigue generando expectación con el Cristo y manteniendo su impronta particular acompañado de hábitos sin capirote. Cada Martes Santo acuden a verlo por su personal silueta porque les mueve a la conversión y la penitencia. En el plano del patrimonio musical, el compositor Emilio Arroyo le dedicó en 2021 un coral con la letra del soneto ‘A Cristo Crucificado’, anónimo del siglo XVI.