El Banco Central Europeo recorta los tipos en otros 0,25 puntos y traerá un alivio leve a los hipotecados
La entidad presidida por Christine Lagarde ha situado el tipo de referencia en el 2,5% para estimular una economía muy debilitada, a la espera de ver cómo afectan los aranceles anunciados por Trump a la inflación

En plena tormenta comercial por los aranceles que Donald Trump está imponiendo a los principales socios comerciales de Estados Unidos, el Banco Central Europeo ha anunciado este jueves una nueva rebaja de los tipos de interés oficiales en la Eurozona. Para estimular una economía estancada, la entidad ha aprobado un recorte de 0,25 puntos básicos en sus tasas de referencia, situando la facilidad de crédito en el 2,5%.
Esto supondrá un alivio para millones de hogares que tienen contratada una hipoteca a tipo variable y permitirá a las familias y empresas que quieran contratar un nuevo préstamo optar, en principio, a mejores condiciones de financiación. El desahogo será leve porque el euríbor, la principal referencia para las hipotecas variables, ya ha bajado con fuerza los últimos meses y cerró febrero en el 2,407%. En lo que va de marzo, la media mensual se sitúa en el 2,379%.
El organismo capitaneado por Christine Lagarde basa su decisión en la "evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria", apunta la entidad en su comunicado. El BCE insiste en que aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adopten en cada reunión, para que la orientación de la política monetaria sea la adecuada.
Preocupación por la incertidumbre
El organismo se ha mostrado muy preocupado por la incertidumbre que sacude el panorama económico y geopolítico internacional. De ahí que haya optado por un nuevo recorte del precio del dinero, el sexto consecutivo. Sin embargo, cada vez hay más dudas sobre lo que hará en su próximo encuentro, previsto para el 17 de abril.
El motivo es que las amenazas de nuevos aranceles que ha lanzado la Administración Trump suponen un riesgo para una inflación que no termina de estar controlada, pese a haberse moderado hasta el 2,4% en febrero. El BCE tiene como objetivo a medio plazo situar la inflación en el 2%, que es un nivel de subida de los precios que no daña la economía. No es ni demasiado elevado ni demasiado reducido (lo que también supone un problema porque la demanda baja y la economía se acaba resintiendo).
El BCE considera que la inflación interna sigue siendo elevada, debido principalmente a que los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la escalada que registraron los precios con un retraso considerable. "No obstante, el crecimiento de los salarios se está moderando según lo esperado, y los beneficios están amortiguando en parte el impacto sobre la inflación", apunta el organismo.
La dureza en la política comercial de Washington llevó al banco central estadounidense, la Reserva Federal, a hacer una pausa en las rebajas de tipos en su reunión de finales de enero. Los tipos oficiales se mantienen en un rango entre el 4,25 y el 4,50% en la primera economía del mundo, por lo que el diferencial entre ambas zonas se agranda.
Es otro punto que tiene que tener en cuenta el Banco Central Europeo, dado que a la región no le conviene tener una moneda demasiado débil con respecto al dólar. Un ejemplo de esto son las materias primas, de las que es muy dependiente, y que la Eurozona tiene que importar en dólares.
Empeora las previsiones económicas
La actual situación de incertidumbre ha llevado a la entidad a recortar de nuevo sus previsiones de crecimiento para éste y el próximo año, después de empeorarlas en diciembre. Considera que el PIB avanzará un 0,9% este año, dos décimas menos de lo que había previsto antes. Para el año que viene prevé que la economía del área crezca un 1,2%, también dos décimas menos de lo que contemplaba en diciembre.
Además y en plena ofensiva de Trump con los aranceles, el banco central ha elevado dos décimas su previsión de inflación para este año hasta el 2,3%. De cara al próximo ejercicio mantiene la tasa general de IPC en el 1,9%, mientras que en 2027 contempla que los precios aumenten al 2%. En lo que respecta a la inflación subyacente -que excluye de su cálculo el precio de los alimentos frescos y de la energía por ser más volátiles y es una referencia clave para el BCE-, consideran que se situará de media en el 2,2% este año, el 2% en el que viene y el 1,9% ya en 2027.