El autor del ataque a cuchillo en Austria: sirio de 23 años, sonriente y haciendo el gesto de ISIS ante la Policía
Ahmad G., detenido tras el ataque indiscriminado, cuenta con permiso de residencia y no tenía antecedentes.

La localidad austriaca de Villach, al sur del país, ha sido este sábado el escenario de un apuñalamiento masivo perpetrado por un joven sirio de 23 años, que ha matado a un chico de 14 años y ha dejado a otras cuatro personas heridas.
El suceso tuvo lugar poco antes de las 16.00 h del sábado, cuando el asaltante comenzó a apuñalar indiscriminadamente a transeúntes que paseaban por el centro de la ciudad, causando el pánico en cuestión de minutos. El ataque fue interrumpido gracias a otro ciudadano sirio de 42 años, repartidor de comida, que presenció los hechos y con su vehículo de reparto embistió al sospechoso, facilitando así su detención, tal y como confirmó posteriormente la Policía.
Testigos oculares han descrito que el joven se burló de los agentes de policía cuando fue detenido, según recoge el medio austriaco Kleine Zeitung. Prueba de ello es la fotografía que ha corrido como la pólvora en redes sociales, y que muestra al presunto atacante momentos después del crimen.
En la escalofriante imagen se ve al joven, que según medios austríacos se llama Ahmad G., riéndose y relajado, mientras permanece sentado en un banco de una plaza. A la izquierda, una agente de policía se acerca hacia él apuntándole con su arma reglamentaria.
Además de una expresión facial burlona, el asaltante aparece levantando el dedo índice de su mano derecha, un gesto muy similar al que realizan los musulmanes como expresión de fe ante su Dios, y del que se han apropiado como símbolo los yihadistas de Estado Islámico (ISIS).
Otra imagen muestra el momento de la detención, en la que se ve a la agente sobre el presunto asaltante, que permanece tirado en el suelo, próximo a un vehículo policial.
Las primeras informaciones apuntan que Ahmad G. cuenta con permiso de residencia y no tenía antecedentes policiales. Tampoco parece haber relación entre el atacante y las víctimas, todas ellas austriacas, si bien el portavoz policial Rainer Dionisio ha asegurado que no pueden descartar nada. "Estamos examinando las inmediaciones para conseguir información para concretar el móvil. Hasta el momento solo podemos especular. Por eso necesitamos información fiable", ha explicado.
La Oficina Estatal para la Protección del Estado y el Combate del Extremismo ha asumido la investigación en colaboración con la Oficina de Policía Penal del Estado. Fuentes policiales que recoge Kleine Zeitung han asegurado que el sospechoso pudo haber gritado "Allahu Akbar" —frase en árabe que significa "Dios es grande"— tras el ataque, aunque todavía no existe una confirmación oficial. Las autoridades tampoco han confirmado la motivación terrorista.
Este suceso ha tenido lugar pocos días después de otro ataque mortal en Múnich, un atropello masivo, cuya "motivación islamista" sí ha sido confirmada por las autoridades alemanas. En este caso, el atacante era un ciudadano afgano de 24 años que se encontraba legalmente en Alemania, donde trabajaba como vigilante en una tienda y tampoco contaba con antecedentes penales. Al parecer, también gritó "Allahu Akbar" al ser detenido.
El ataque de Villach ha conmocionado a la población austriaca y ha provocado todavía más agitación política al debate sobre la inmigración que principalmente abanderan los partidos de ultraderecha en toda Europa, pero cuyo discurso está empezando también a ser adoptado por otras formaciones, especialmente en países como Alemania y Austria.
El gobernador de Carintia —el estado federado al que pertenece esta localidad—, el socialdemócrata Peter Kaiser, ha pedido "las más graves consecuencias" para el responsable. "Siempre he dicho muy clara e inequívocamente que cualquiera que viva en Carintia, en Austria, debe respetar la ley y debe adaptarse a nuestras normas y valores", ha advertido en un mensaje publicado en la red social X. "Cualquiera que incumpla estas normas debe afrontar las consecuencias más graves. Deben ser juzgados, encarcelados y deportados", ha remachado.
Erwin Angerer, diputado de la formación austriaca de extrema derecha Partido de la Libertad, ha achacado el suceso de Villach a la "desastrosa política de asilo" del país, y ha indicado que su partido ya había estado advirtiendo sobre esta situación en Austria.