Detienen a la mujer del empresario investigado por la desaparición de uno de sus temporeros en 2021
El cuerpo de Ibrahima Diouf, el joven senegalés desaparecido, sigue sin hallarse.

La Guardia Civil ha detenido este martes en la provincia de Jaén a la mujer del hombre de nacionalidad española detenido este lunes como presunto responsable de la desaparición forzosa de Ibrahima Diouf, el joven senegalés que desapareció en enero de 2021 en Villacarrillo.
El empresario detenido es el hombre para el que habría trabajado el jornalero en la recolección de la aceituna, según han indicado fuentes de la investigación. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villacarrillo está dirigiendo la búsqueda, "cuyas diligencias son secretas", tal y como ha informado el Instituto Armado.
Este arresto de la mujer supone un nuevo paso en la investigación que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil mantiene activa para tratar de esclarecer qué ocurrió con Ibrahima Diouf. El temporero, de 33 años, fue visto por última vez el 5 de enero de 2021.
Desde su desaparición, la UCO ha llevado a cabo labores de búsqueda en las propiedades del investigado. En los últimos trabajos sobre el terreno, se desplazaron hasta la localidad una treintena de agentes que rastrearon "palmo a palmo" al paraje conocido como Arroyo los Pozuelos, situado en la salida del polígono industrial del municipio.
Además, en mayo de 2023 la Guardia Civil pidió la colaboración ciudadana para esclarecer el caso. Argumentaron que sería de gran interés para la investigación disponer de cualquier material gráfico, tanto fotos como vídeos, grabados en la vía pública durante los días de la desaparición. Sin embargo, pese a la llamada a la cooperación, tampoco se encontró ninguna pista que arrojara luz en el caso.
El juicio
El empresario ya fue arrestado por la desaparición en 2013 de un temporero maliense que trabajaba para él y cuyo cuerpo sigue sin aparecer. Se trataba de Tidiany Coulibaly, de 22 años, a quien se perdió el rastro después de que él y otros trabajadores mantuvieran una discusión con el jefe, que acabó siendo absuelto del delito de desaparición forzosa.
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén lo condenó, sin embargo, a un año de cárcel y a pagar una multa de 4.200 euros por un delito contra los trabajadores, que "eran explotados". También lo penalizaron con otro año y medio de prisión por un delito contra la Administración de Justicia junto a otra multa de 6.000 euros.