Los conventos de Sevilla viven una agonía desde hace décadas. Al cierre de algunos de ellos, como es el caso de Santa Clara –actualmente sólo está sacralizada la iglesia– o el Socorro más recientemente, se le une el progresivo deterioro de su patrimonio mueble e inmueble. Hay tres grandes espacios conventuales que piden a gritos desde hace años una intervención, sino en todo su conjunto, al menos en buena parte de sus instalaciones: Madre de Dios en San José, San Leandro y Santa Inés son los casos más paradigmáticos. Son apenas una decena de monjas dominicas que han logrado que las instituciones públicas pongan sus ojos por fin es este monasterio situado en la calle San José. Gracias a la...
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