¿De dónde surge la superstición a los gatos negros?
Los gatos negros han sido objeto de superstición durante siglos y mientras que en algunas culturas, como la egipcia, se les veneraba, en Europa medieval comenzaron a asociarse con la mala suerte y las brujas.

Los gatos negros han sido objeto de superstición durante siglos y mientras que en algunas culturas, como la egipcia, se les veneraba, en Europa medieval comenzaron a asociarse con la mala suerte y las brujas.
Durante la Edad Media, desde la Iglesia se promovió la errónea idea de que los gatos negros eran acompañantes habituales de brujas, herejes o incluso eran manifestaciones del diablo.
Esta creencia llevó a persecuciones absurdas en las que muchos gatos negros fueron sacrificados, especialmente durante los juicios por brujería, pero, paradójicamente, numerosos son los historiadores que señalan que estas matanzas de felinos pudieron contribuir a la propagación de la peste negra, al reducirse los predadores naturales de las ratas, que eran las principales portadoras de esa enfermedad.
Esto llevó a que, en numerosos lugares (sobre todo de Europa continental), surgiera la superstición y creencia de que algo malo ocurriría solo por el hecho de ver o cruzarse con un gato negro.
Pero, cabe destacar, que también hay lugares y culturas que consideran a los gatos negros como un símbolo de prosperidad o buena suerte, como es el caso de Japón y el Reino Unido, donde cruzarse con un gato negro está considerado como un augurio positivo.
También podemos encontrar que, siglos atrás, en algunos barcos piratas llevaban a bordo un gato negro, el cual era señal de protección y fortuna, además de acabar con los roedores que podía haber en la bodega de la embarcación.
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