España es una potencia gastronómica que aúna a sus excelentes materias primas un importante esfuerzo de investigación e innovación, un auténtico I+D+I de la cocina que ha potenciado sobremanera el atractivo de la ya de por sí sobresaliente oferta turística. Pero las clases populares continúan apegadas a una idea tradicional de la comida, un concepto clásico anclado en la época en que la pobreza o el subdesarrollo impulsaban soluciones imaginativas creadas a base de improvisar platos con los ingredientes disponibles que había. En esa mentalidad secular, el marisco representa una escala superior, un manjar propio de las capas más favorecidas que ha acabado por generar a su alrededor una especie de mitología. Un plato que aún simboliza un estatus social...
Ver Más