China se está colando en Europa a través de los coches baratos. Renault tiene una solución: volver al diésel
Los coches chinos han llegado a Europa con la clara intención de meter un buen bocado en el mercado del coche eléctrico. En estos momentos, BYD está buscando una tercera planta para construir sus futuros modelos, el Grupo SAIC tiene un una buena baza con MG y compañías independientes como XPeng o NIO también tratan de hacerse un hueco. Pero, realmente, si en un mercado ha conseguido penetrar el coche chino es en el del coche barato. En España tenemos buenos ejemplos. Pese a que el rendimiento de BYD no ha sido malo, el verdadero impulso a sus ventas ha llegado con un híbrido enchufable que compite claramente en precio. Mientras, Omoda matriculó miles de coches en unos pocos meses gracias a un Omoda 5 que ha gustado por su estética y un precio competitivo. MG ya sabe lo que es hacerse con la primera posición en ventas en nuestro país. En Xataka Me he subido al primer autobús autónomo que funciona por Barcelona. No he notado ninguna diferencia con uno normal Tiene lógica que la verdadera puerta de entrada para estas compañías sea la de competir por precio. En Europa, la mayoría de los fabricantes han dado la espalda a los vehículos más baratos y hasta Dacia se ha justificado alegando que las obligaciones de la Unión Europea les exige elevar el precio de sus coches y les impide ser igual de competitivos que antes. A esto hay que sumar que los vehículos chinos con motores de combustión no están afectados por los aranceles, como sí sucede con los eléctricos, lo que les permite (todavía más) jugar a mejorar el precio de las compañías europeas para ganar cuota de mercado, hacer una base de clientes y, más adelante, ir escalando poco a poco. Y para plantar cara, Renault ha optado por una estrategia diferente: ofrecer un tipo de motor en claro retroceso pero que permite competir en precio y que, además, cada vez tiene menos rivales en el mercado. Sí, en algunos mercados ha vuelto a poner a la venta un Renault Mégane con motor diésel. Un motor diésel como alternativa Entre las compañías europeas que más han presionado en los últimos meses para mantener con vida los motores de combustión, Renault ha tomado la voz cantante. De hecho, la compañía ha sacado adelante Horse, una empresa conjunta con el gigante chino Geely para seguir desarrollando motores movidos por combustibles fósiles. Los del rombo, además de apostar por el eléctrico con fuerza, también han dejado claro que confían en un futuro donde híbridos y eléctricos convivan en armonía con motores puros de combustión llegado el caso. Con ello en mente, han lanzado el Renault 5 eléctrico y pronto veremos en las calles el nuevo Renault 4 eléctrico. En los últimos tiempos, la gama se ha renovado en profundidad con el Renault Austral y el Rafale o una actualización que nos ha dejado al Scenic como coche completamente eléctrico. Esta renovación ha tenido sus consecuencias. Modelos clásicos como el Mégane se han despedido porque, de nuevo, ya solo tienen versión eléctrica. ¿Seguro? Allí donde Renault necesita ofrecer coches con precios más ajustados sigue manteniendo el Mégane Gran Coupé, una opción de tres volúmenes del clásico compacto. Y, además, lo hace con una motorización diésel de la que hemos tenido que despedirnos en España. En países como Polonia o República Checa, donde los eléctricos son testimoniales y el diésel sigue representando una parte importante de las ventas, los franceses tienen claro que esta mecánica sigue siendo imprescindible. De hecho, ha sido en Polonia donde la compañía ha rescatado este coche para volver a ponerlo en la calle con el formato ya mencionado junto a un motor 1.5 dCi de 115 CV, explican en Auto Swiat. En ese mercado, la oferta diésel se está reduciendo y es una buena ocasión para pelear con un coche al que ya se le ha hecho la inversión, es barato ponerlo en el mercado y, además, tiene una tecnología que no tienen los fabricantes chinos. En Xataka Me he subido al primer autobús autónomo que funciona por Barcelona. No he notado ninguna diferencia con uno normal Recogen en ACEA que en Polonia aunque las ventas de diésel se han reducido, en enero de este año siguen representando un 8,3% de cuota de mercado pero los eléctricos y los híbridos enchufables apenas alcanzan el 6%. En República Checa tiene todavía más sentido pues la cuota de mercado del diésel es de un espectacular 19,4%. Y los vehículos sin electrificación de ningún tipo suman el 67,8% del total de ventas. Con todo, hay que tener en cuenta que las normativas de emisiones de la UE siguen adelante y aunque se han retrasado de 2025 a 2027, este último año sigue marcado en rojo en el calendario porque la media de emisiones que arrojen las ventas en estos tres ejercicios próximos debe estar por debajo de los 93,6 gr/km de CO2. Esto quiere decir que con un coche como este, cuyo motor homologa 118 g

Los coches chinos han llegado a Europa con la clara intención de meter un buen bocado en el mercado del coche eléctrico. En estos momentos, BYD está buscando una tercera planta para construir sus futuros modelos, el Grupo SAIC tiene un una buena baza con MG y compañías independientes como XPeng o NIO también tratan de hacerse un hueco.
Pero, realmente, si en un mercado ha conseguido penetrar el coche chino es en el del coche barato. En España tenemos buenos ejemplos. Pese a que el rendimiento de BYD no ha sido malo, el verdadero impulso a sus ventas ha llegado con un híbrido enchufable que compite claramente en precio. Mientras, Omoda matriculó miles de coches en unos pocos meses gracias a un Omoda 5 que ha gustado por su estética y un precio competitivo. MG ya sabe lo que es hacerse con la primera posición en ventas en nuestro país.
Tiene lógica que la verdadera puerta de entrada para estas compañías sea la de competir por precio. En Europa, la mayoría de los fabricantes han dado la espalda a los vehículos más baratos y hasta Dacia se ha justificado alegando que las obligaciones de la Unión Europea les exige elevar el precio de sus coches y les impide ser igual de competitivos que antes.
A esto hay que sumar que los vehículos chinos con motores de combustión no están afectados por los aranceles, como sí sucede con los eléctricos, lo que les permite (todavía más) jugar a mejorar el precio de las compañías europeas para ganar cuota de mercado, hacer una base de clientes y, más adelante, ir escalando poco a poco.
Y para plantar cara, Renault ha optado por una estrategia diferente: ofrecer un tipo de motor en claro retroceso pero que permite competir en precio y que, además, cada vez tiene menos rivales en el mercado.
Sí, en algunos mercados ha vuelto a poner a la venta un Renault Mégane con motor diésel.
Un motor diésel como alternativa
Entre las compañías europeas que más han presionado en los últimos meses para mantener con vida los motores de combustión, Renault ha tomado la voz cantante.
De hecho, la compañía ha sacado adelante Horse, una empresa conjunta con el gigante chino Geely para seguir desarrollando motores movidos por combustibles fósiles. Los del rombo, además de apostar por el eléctrico con fuerza, también han dejado claro que confían en un futuro donde híbridos y eléctricos convivan en armonía con motores puros de combustión llegado el caso.
Con ello en mente, han lanzado el Renault 5 eléctrico y pronto veremos en las calles el nuevo Renault 4 eléctrico. En los últimos tiempos, la gama se ha renovado en profundidad con el Renault Austral y el Rafale o una actualización que nos ha dejado al Scenic como coche completamente eléctrico.
Esta renovación ha tenido sus consecuencias. Modelos clásicos como el Mégane se han despedido porque, de nuevo, ya solo tienen versión eléctrica. ¿Seguro? Allí donde Renault necesita ofrecer coches con precios más ajustados sigue manteniendo el Mégane Gran Coupé, una opción de tres volúmenes del clásico compacto.
Y, además, lo hace con una motorización diésel de la que hemos tenido que despedirnos en España. En países como Polonia o República Checa, donde los eléctricos son testimoniales y el diésel sigue representando una parte importante de las ventas, los franceses tienen claro que esta mecánica sigue siendo imprescindible.
De hecho, ha sido en Polonia donde la compañía ha rescatado este coche para volver a ponerlo en la calle con el formato ya mencionado junto a un motor 1.5 dCi de 115 CV, explican en Auto Swiat. En ese mercado, la oferta diésel se está reduciendo y es una buena ocasión para pelear con un coche al que ya se le ha hecho la inversión, es barato ponerlo en el mercado y, además, tiene una tecnología que no tienen los fabricantes chinos.
Recogen en ACEA que en Polonia aunque las ventas de diésel se han reducido, en enero de este año siguen representando un 8,3% de cuota de mercado pero los eléctricos y los híbridos enchufables apenas alcanzan el 6%. En República Checa tiene todavía más sentido pues la cuota de mercado del diésel es de un espectacular 19,4%. Y los vehículos sin electrificación de ningún tipo suman el 67,8% del total de ventas.
Con todo, hay que tener en cuenta que las normativas de emisiones de la UE siguen adelante y aunque se han retrasado de 2025 a 2027, este último año sigue marcado en rojo en el calendario porque la media de emisiones que arrojen las ventas en estos tres ejercicios próximos debe estar por debajo de los 93,6 gr/km de CO2.
Esto quiere decir que con un coche como este, cuyo motor homologa 118 gr/km de CO2, se necesitarían vender 1,5 eléctricos para compensar. O un eléctrico y un híbrido enchufable. Un motivo más para comprender por qué Renault sólo apuesta por este tipo de mecánicas allí donde necesita poner en el mercado sus coches más baratos y donde la electrificación avanza a un ritmo muy lento.
Foto | Renault
-
La noticia
China se está colando en Europa a través de los coches baratos. Renault tiene una solución: volver al diésel
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
.