¿Celebrar o no celebrar San Valentín? 'Cumplir con lo que la sociedad espera, puede ser agobiante'
La psicóloga Déborah Murcia resalta la importancia de cuidar los pequeños gestos en pareja, pero no solo en fechas concretas.

La semana que ha pasado volando, el pico de trabajo, el ir al supermercado, llamar por teléfono a tu madre… Es 14 de febrero, día de San Valentín, pero para un montón de personas, solo es viernes.
Entre el ritmo frenético que llevamos y que absolutamente todas las marcas a las que seguimos por redes, o los negocios del barrio, sacan corazones rojos decorando escaparates o publicaciones de Instagram -para animar a consumir sus productos con la excusa de hacer regalos-, la pregunta de si tiene sentido seguir celebrando este día, nos ronda a muchas parejas.
Puede que el día de San Valentín, para algunas personas se sienta forzado, artificial o incluso innecesario, porque dicen celebrar el amor cada día. Y sin embargo, también en la sociedad tan individualista en la que nos encontramos, cabe dejar hueco a algo como es dedicarle un día a un sentimiento que nos aporta tanto como el amor.
Sobre la fina línea entre capitalismo y sentimentalismo hablo con Déborah Murcia Hernández, psicóloga y autora de No soy yo, eres tú (2024, Grijalbo), quien me confirma que "San Valentín, tal y como lo conocemos, es una fecha creada por el marketing".
"Se ha transformado en un día donde parece que demostrar amor pasa por gastar dinero. Pero el amor no necesita de estas cosas. Puede ser un día bonito si lo utilizamos para disfrutar en pareja, pero no deberíamos olvidar que el amor verdadero se demuestra en los pequeños gestos diarios, no solo en una fecha concreta", reflexiona la experta.
Esos pequeños gestos, que pueden ir desde "una palabra de ánimo, un abrazo, preparar el café por la mañana…", según la psicóloga son pequeñas cosas, pero claves para mantener avivada la llama de la relación.
Y es que, en sus palabras, "los gestos románticos pueden ser un bálsamo para el alma. Refuerzan el sentimiento de ser valorado y querido, y eso puede hacer mucho por la autoestima. Pero ojo, no deberían ser la única fuente de seguridad en una relación". Aquí menciona como bases el respeto mutuo, la comunicación y un amor constante.
Pero, ¿y qué pasa cuando esos detalles parecen imponerse socialmente, como es el caso del 14 de febrero? "Cuando sientes que tienes que cumplir con lo que la sociedad espera, puede ser agobiante. Esa presión de tener que demostrar amor en San Valentín puede llevar a malentendidos o incluso a comparaciones con otras parejas, y eso no es sano", explica Déborah.
¿Es mala señal no celebrar San Valentín?
"Cada pareja tiene su propio ritmo y forma de quererse, y no tiene que ajustarse a lo que el resto del mundo dice que debería hacer". De hecho, tampoco es raro encontrar en una pareja, quien suele organizar estos detalles con mucha antelación y quien lo improvisa en el momento o lo ataja el día anterior.
Dos formas de aproximarse que, "pueden ser igual de valiosas si nacen del corazón", afirma la psicóloga. "Lo importante no es si el gesto es planeado o espontáneo, sino la intención detrás. Si se hace solo por cumplir con la tradición de San Valentín, puede sentirse forzado. Al final, lo que realmente importa es que esos gestos, ya sean grandes o pequeños, reflejen el cariño y la conexión entre ambos".
Independientemente de si es algo espontáneo o planeado, pueden ser igual de valiosos si nacen del corazón
"Depende mucho de cómo cada persona entiende el amor. Hay quienes valoran mucho los detalles visibles, porque tal vez esa es su manera de sentir y dar amor, mientras que otras personas prefieren expresarlo de formas más sutiles o privadas. Y no pasa nada. Lo importante es que cada pareja encuentre lo que les funciona", añade.
Así que solo queda una pregunta por hacerle, ¿puede una pareja ser feliz y estar en una relación satisfactoria sin gestos románticos visibles? La experta lo tiene claro: "¡Por supuesto! El amor no siempre tiene que ser visible para los demás".
“Hay parejas que encuentran su felicidad en la complicidad, el respeto y el apoyo mutuo, y no necesitan grandes gestos para demostrarlo. Lo esencial es que ambos estén alineados y se sientan plenos con su forma de vivir la relación”.