Castilla y León se echa a la calle para celebrar el encuentro de la Virgen con Cristo Resucitado

Castilla y León se ha echado este domingo a la calle para participar en los encuentros de Jesús Resucitado con la Virgen de la Alegría que se han desarrollado por ciudades y pueblos. Cofrades, papones y hermanos en la fe han protagonizado unas procesiones a las que se han sumado miles de ciudadanos y turistas que han podido disfrutar, en general, de una mañana soleada con la que se ha puesto fin a la Semana Santa de 2025. «Hermanos, hoy es un día de gozo; quitad vuestros capillos y salgamos al mundo como testigos de esta verdad. Leoneses, Cristo vive. ¡Cristo ha resucitado!» . Estas palabras, pronunciadas este Domingo de Resurrección a los pies de la Catedral de León, han dado paso a los aplausos, abrazos y lágrimas de los papones, que se despojaron de sus capirotes ante el repicar de campanas y el Himno a la Alegría, que han inundado la plaza de Regla de la ciudad, abarrotada con miles de asistentes. Las palabras han sido pronunciadas por el orador en en transcurso de la Procesión del Encuentro, organizada por la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero desde el año 1959 y que reúne ante la Pulchra Leonina a la Santísima Cruz de la Esperanza, San Juan Evangelista, Las Tres Marías y el para cerrar las celebraciones de la Semana Santa de León con un acto declarado de Interés Turístico Local. El reloj pasaba treinta minutos de las diez horas cuando los pasos protagonistas se han reunido en el pórtico de la Catedral, donde el Cristo Resucitado se puso frente a frente con la Virgen y se comenzó a pronunciar el Pregón de la Resurrección . Mientras, un hermano de la cofradía ha ascendido al paso de la Virgen para cambiarte el manto negro de luto por uno blanco en señal de alegría, así como la diadema por una corona de Gloria y el pañuelo de su mano derecha por un cetro, coronándola como Reina de los Cielos. El toque de corneta tras las últimas palabras del orador ha dado paso a la interpretación del Himno de la Alegría y la Marcha real por parte de la banda de la Hermandad, mientras los papones participantes en el acto se han despojado de sus capirotes y descubrieron su cara, la mayoría de ellas cubiertas de lágrimas. Además, por primera vez, no ha habido palomas que alzaran el vuelo procedentes de varios puntos de la plaza, informa Ical. Miles de leoneses han asistido en este Domingo de Resurrección a la que se trata de la última procesión de la Semana Santa de León y que ha estado sucedida por una misa estacional oficiada por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras , en el interior de la Catedral. En Valladolid, tras una Semana Santa marcada por las lluvias y el tiempo desapacible, el sol ha brillado en el Domingo de Pascua para recibir a Cristo Resucitado, que se encontró con la Virgen de la Alegría en la Plaza Mayor de la capital, ante el fervor de los fieles. De esta manera, se ha puesto fin el epílogo a las procesiones vallisoletanas de los últimos diez días y que han permitido a la ciudad del Pisuerga vivir con intensidad estos días de Pasión, pese a la suspensión de desfiles por la meteorología adversa o la amenaza de chubascos como ocurrió con la Procesión General del Viernes Santo. Aunque hasta minutos antes de las 13.30 horas ambas tallas no se han encontrado, las procesiones se han iniciado mucho antes. Primero lo hizo, a las 10.30 horas y desde la Iglesia Conventual de Nuestra Señora de Porta Coeli, el paso de Nuestro Padre Jesús Resucitado (Ricardo Flecha, 1994), que se dirigió hasta la Catedral Metropolitana, donde confluyó con los pasos la Virgen de la Alegría (Miguen Ángel Tapia, 1997) y el Santo Sepulcro Vacío (Alonso y José de Rozas, último cuarto del siglo XVII), que habían partido a la misma hora de la Iglesia de San Benito. Ya en el interior de la seo se celebró una misa solemne a las 11 horas, presidida por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello , que pronunció un fervorín e impartió la correspondiente bendición apostólica para, posteriormente, dirigirse la procesión hacia la Plaza Mayor, acompañada por representaciones de otras cofradía, donde se ha producido el esperado momento con el encuentro de la Virgen de la Alegría y el Cristo y que ha concluido, además de con el fervorín, con la bendición apostólica por parte de Argüello, quien proclamó alto y claro: “Jesucristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado”. El arzobispo ha deseado que la alegría de la Pascua llegue a quienes tienen lágrimas en los ojos, a los que han perdido a seres queridos en el último año , que están en el "futuro del cielo” y a quienes hayan vivido un dolor, un fracaso, una enfermedad, una separación, un conflicto o una crisis. “Que la alegría de la Pascua os permita vivir la reconciliación y la comunión y poder llevar la cruz de cada día, por que Jesucristo resucitado nos ayuda a llevarla”, ha añadido. También ha tenido palabras para María la Virgen de la Alegría, que ayudará a “guardar todo lo vivido en esta semana en el corazón para que sigamos gritando por el camino de la vida”. Por último, se ha procedi

Abr 20, 2025 - 15:28
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Castilla y León se echa a la calle para celebrar el encuentro de la Virgen con Cristo Resucitado
Castilla y León se ha echado este domingo a la calle para participar en los encuentros de Jesús Resucitado con la Virgen de la Alegría que se han desarrollado por ciudades y pueblos. Cofrades, papones y hermanos en la fe han protagonizado unas procesiones a las que se han sumado miles de ciudadanos y turistas que han podido disfrutar, en general, de una mañana soleada con la que se ha puesto fin a la Semana Santa de 2025. «Hermanos, hoy es un día de gozo; quitad vuestros capillos y salgamos al mundo como testigos de esta verdad. Leoneses, Cristo vive. ¡Cristo ha resucitado!» . Estas palabras, pronunciadas este Domingo de Resurrección a los pies de la Catedral de León, han dado paso a los aplausos, abrazos y lágrimas de los papones, que se despojaron de sus capirotes ante el repicar de campanas y el Himno a la Alegría, que han inundado la plaza de Regla de la ciudad, abarrotada con miles de asistentes. Las palabras han sido pronunciadas por el orador en en transcurso de la Procesión del Encuentro, organizada por la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero desde el año 1959 y que reúne ante la Pulchra Leonina a la Santísima Cruz de la Esperanza, San Juan Evangelista, Las Tres Marías y el para cerrar las celebraciones de la Semana Santa de León con un acto declarado de Interés Turístico Local. El reloj pasaba treinta minutos de las diez horas cuando los pasos protagonistas se han reunido en el pórtico de la Catedral, donde el Cristo Resucitado se puso frente a frente con la Virgen y se comenzó a pronunciar el Pregón de la Resurrección . Mientras, un hermano de la cofradía ha ascendido al paso de la Virgen para cambiarte el manto negro de luto por uno blanco en señal de alegría, así como la diadema por una corona de Gloria y el pañuelo de su mano derecha por un cetro, coronándola como Reina de los Cielos. El toque de corneta tras las últimas palabras del orador ha dado paso a la interpretación del Himno de la Alegría y la Marcha real por parte de la banda de la Hermandad, mientras los papones participantes en el acto se han despojado de sus capirotes y descubrieron su cara, la mayoría de ellas cubiertas de lágrimas. Además, por primera vez, no ha habido palomas que alzaran el vuelo procedentes de varios puntos de la plaza, informa Ical. Miles de leoneses han asistido en este Domingo de Resurrección a la que se trata de la última procesión de la Semana Santa de León y que ha estado sucedida por una misa estacional oficiada por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras , en el interior de la Catedral. En Valladolid, tras una Semana Santa marcada por las lluvias y el tiempo desapacible, el sol ha brillado en el Domingo de Pascua para recibir a Cristo Resucitado, que se encontró con la Virgen de la Alegría en la Plaza Mayor de la capital, ante el fervor de los fieles. De esta manera, se ha puesto fin el epílogo a las procesiones vallisoletanas de los últimos diez días y que han permitido a la ciudad del Pisuerga vivir con intensidad estos días de Pasión, pese a la suspensión de desfiles por la meteorología adversa o la amenaza de chubascos como ocurrió con la Procesión General del Viernes Santo. Aunque hasta minutos antes de las 13.30 horas ambas tallas no se han encontrado, las procesiones se han iniciado mucho antes. Primero lo hizo, a las 10.30 horas y desde la Iglesia Conventual de Nuestra Señora de Porta Coeli, el paso de Nuestro Padre Jesús Resucitado (Ricardo Flecha, 1994), que se dirigió hasta la Catedral Metropolitana, donde confluyó con los pasos la Virgen de la Alegría (Miguen Ángel Tapia, 1997) y el Santo Sepulcro Vacío (Alonso y José de Rozas, último cuarto del siglo XVII), que habían partido a la misma hora de la Iglesia de San Benito. Ya en el interior de la seo se celebró una misa solemne a las 11 horas, presidida por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello , que pronunció un fervorín e impartió la correspondiente bendición apostólica para, posteriormente, dirigirse la procesión hacia la Plaza Mayor, acompañada por representaciones de otras cofradía, donde se ha producido el esperado momento con el encuentro de la Virgen de la Alegría y el Cristo y que ha concluido, además de con el fervorín, con la bendición apostólica por parte de Argüello, quien proclamó alto y claro: “Jesucristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado”. El arzobispo ha deseado que la alegría de la Pascua llegue a quienes tienen lágrimas en los ojos, a los que han perdido a seres queridos en el último año , que están en el "futuro del cielo” y a quienes hayan vivido un dolor, un fracaso, una enfermedad, una separación, un conflicto o una crisis. “Que la alegría de la Pascua os permita vivir la reconciliación y la comunión y poder llevar la cruz de cada día, por que Jesucristo resucitado nos ayuda a llevarla”, ha añadido. También ha tenido palabras para María la Virgen de la Alegría, que ayudará a “guardar todo lo vivido en esta semana en el corazón para que sigamos gritando por el camino de la vida”. Por último, se ha procedido a la simbólica suelta de palomas. Al finalizar el acto, las cofradías regresaron a sus respectivas sedes. En San Benito se pudo entonar el último canto de la salve de esta Semana Santa para dar por concluida la procesión y la Pasión.