¿Brincas cuando te estás quedando dormido?: La razón científica que explicaría porque sucede esto
Seguro te ha pasado que estás acostada, ya bien acurrucada, a punto de quedarte dormido o dormida, cerrando los ojos y empezando a sentir ese sueñito rico… cuando de repente, ¡pum!, tu pierna brinca sola o sientes que te caes, ese mini susto que te saca del momento y te hace pensar “¿qué rayos fue […]

Seguro te ha pasado que estás acostada, ya bien acurrucada, a punto de quedarte dormido o dormida, cerrando los ojos y empezando a sentir ese sueñito rico… cuando de repente, ¡pum!, tu pierna brinca sola o sientes que te caes, ese mini susto que te saca del momento y te hace pensar “¿qué rayos fue eso?”.
La buena noticia es que no es nada grave, no estás loca ni te estás desmayando, eso que sentiste tiene un nombre, una explicación científica y hasta formas de prevenirlo si te pasa muy seguido. Lo curioso es que a casi todas las personas les ha pasado en algún momento, y aunque parezca algo paranormal o medio místico, tiene todo que ver con cómo funciona nuestro cerebro y cuerpo al momento de dormir.
Lee también: Sleepmaxxing: Dormir una horitas de más tiene nombre y esta es la razón por la que podría ser muy peligroso
¿Qué son las sacudidas hípnicas?
Ese saltito o sacudida que se siente cuando estamos a punto de quedarnos dormidos se llama sacudida hípnica (o hipnic jerk, en inglés). Y no, no es una enfermedad ni un síntoma de que algo anda mal contigo, así que puedes dejar de preocuparte.
Es más bien como un cortocircuito entre tu cerebro y tus músculos justo cuando estás entrando en la primera fase del sueño y aunque puede sentirse fuerte, como si te cayeras de un edificio o tropezaras con algo invisible, en realidad es totalmente inofensivo y parte del proceso normal de descanso para muchas personas.
Sabemos que puede sentirse horrible, porque en ese momento no hay nada que te advierta sobre la caída falsa, pero es cuestión de segundos para que te des cuenta de que todo fue un invento de tu cerebro y que estás sana y salva en la comodidad de tu cama.
Lee también: No dormir bien podría estar haciendo que tu cerebro se devore a sí mismo y no, no es exageración
¿Por qué suceden las sacudidas hípnicas?
Es mucho más sencillo de entender de lo que te imaginas, lo que ocurre es que cuando estamos en el proceso de quedarnos dormidos, nuestro cuerpo comienza a relajarse, los músculos se aflojan, la respiración se vuelve más lenta y el ritmo cardíaco baja, es casi como si el cuerpo entrara en modo de ahorro de energía indicándole a tu cerebro que ya es hora de desconectarse, o sea de dormir.
Pero a veces el cerebro no recibe ese mensaje tan claro, y hay una teoría bastante aceptada que dice que el cerebro, al notar esta bajada repentina de actividad muscular, entra en pánico y lo interpreta como si estuviéramos cayendo al vacío o perdiendo el equilibrio, entonces, en un intento de “protegernos”, manda una señal a los músculos para que reaccionen y nos despierten.
Otra teoría dice que es un mecanismo evolutivo heredado de nuestros ancestros, que servía para verificar si estábamos bien sujetos a un árbol (sí, como monos) y evitar caídas mientras dormíamos y si lo piensas tiene algo de sentido, aunque muchos no lo creen pues han paso miles de años desde que dejamos de dormir en los árboles.
Lo más interesante es que estos brincos o sacudidas no siempre son iguales, a veces son tan suaves que ni nos damos cuenta, otras veces nos despiertan completamente. También pueden ir acompañados de una sensación de caída, un sueño repentino o incluso un leve zumbido en el oído.
Lee también: No eres flojo, esta es la explicación científica de por qué te cuesta trabajo dormir en época de frío
Algunos estudios señalan que factores como el estrés, el cansancio extremo, la cafeína o los horarios irregulares de sueño pueden hacer que ocurran más seguido, así que si tuviste un día superestresante o tomaste mucho café por la tarde, es más probable que esa noche sientas uno de estos brincos justo antes de dormir.
¿Los brincos al dormir son peligrosos?
Aunque no son peligrosos, sí pueden ser molestos, especialmente si ocurren con mucha frecuencia y no te dejan descansar bien, por suerte, hay algunas cosas que se pueden hacer para reducir su aparición.
Lo primero es tener una rutina de sueño lo más estable posible, dormir y despertarse a la misma hora ayuda mucho a que el cuerpo y el cerebro se sincronicen y no entren en “modo alarma” justo cuando toca descansar.
También es importante evitar estimulantes como la cafeína, sobre todo por la tarde o noche, ya que pueden alterar el sistema nervioso y aumentar las posibilidades de tener sacudidas hípnicas, si puedes, intenta hacer una rutina de relajación antes de dormir: leer, escuchar música tranquila, hacer respiraciones profundas o incluso meditar unos minutos pueden ayudarte a desconectarte del estrés del día.
Lee también: El hombre que soñaba con ser un perro por fin lo consiguió y así luce luego de su aterradora transformación
Otra cosa clave es cuidar el ambiente en el que duermes, tener una habitación oscura, fresca y en silencio le da al cuerpo las señales correctas de que es hora de descansar, evita pantallas brillantes antes de dormir (como el celular o la compu) ya que la luz azul que emiten interfiere con la producción de melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.
Y si te pasa muy seguido y ya estás cansada de los brincos nocturnos, podrías intentar reducir un poco el ritmo durante el día: caminar más lento, comer más despacio, tomar pausas entre actividades… todo eso ayuda a que el cuerpo no llegue sobreestimulado a la cama.
Las sacudidas hípnicas son normales, le pasan a casi todos y, aunque pueden parecer raras, no son motivo de alarma, lo importante es escuchar al cuerpo, cuidar tu rutina de sueño y reducir el estrés siempre que puedas.
Por cierto, si te gusta analizar historias de amor ajenas para entender la tuya, únete a Yo en el amor, una comunidad donde hablamos de relaciones reales, corazones rotos, dudas existenciales, apps de citas, vínculos bonitos y todo lo que pasa cuando intentamos querer y que nos quieran.