«Voy a mezclar veneno con comida de gato…» Unos audios filtrados desenmascaran a Fran Cuesta, ni amante de los animales ni altruista

Frank Cuesta, envuelto en la polémica: detención en Tailandia y audios filtrados que cuestionan su figura

Frank Cuesta, conocido por su activismo en defensa de los animales y su popularidad como divulgador en televisión, atraviesa uno de los momentos más controvertidos de su carrera. A comienzos de 2025, fue detenido en Tailandia tras ser sorprendido con la posesión ilegal de varias especies protegidas, un hecho que ha abierto un profundo debate sobre su credibilidad y ética en el mundo de la conservación animal.

Detención por posesión de animales protegidos

El arresto tuvo lugar a raíz de un operativo del Departamento de Parques Nacionales de Tailandia, que sorprendió al herpetólogo con nueve nutrias de garras cortas y una pitón, especies cuya tenencia está regulada de forma estricta en el país asiático. Según declaró el propio Cuesta, los animales fueron adquiridos en mercados locales, pero no pudo presentar ningún documento oficial que acreditara la legalidad de su compra ni su posesión.

Rumores de una denuncia personal desmentidos por Cuesta

Tras la noticia de su detención, surgieron rumores que señalaban como posible instigadora a su expareja, Yuyee, con quien Cuesta ha mantenido conflictos legales por la propiedad de las tierras del Santuario. Sin embargo, el naturalista zanjó las especulaciones en la red social X con una afirmación rotunda: «Ni Yuyee ni su pareja tiene nada que ver en todo esto tampoco».

Audios filtrados en redes sociales agravan la crisis

Mientras se intentaba esclarecer la situación legal de Cuesta, una nueva polémica ha estallado en redes sociales. En los últimos días, han comenzado a circular grabaciones de voz atribuidas al herpetólogo, que han generado un enorme revuelo y puesto en duda su imagen como defensor incondicional de la fauna.

En varios de estos audios, Cuesta reconoce haber adquirido animales con fines económicos y estratégicos para su santuario. «Acabo de pillar tres suricatas pequeñas y me las han dejado bastante baratas. Me han dado las tres por 30.000», comenta en uno de los fragmentos. Además, justifica la compra diciendo que «es una inversión porque hay que tener suricatas, que a la gente le gustan las putas suricatas».

Declaraciones violentas sobre gatos y perros desatan indignación

Más allá del aspecto comercial, lo que ha generado mayor indignación han sido algunas declaraciones de tono violento. En una de las grabaciones, Cuesta expresa su intención de envenenar a un gato que habría atacado a sus aves: «Voy a hacer un mix de comida de gato con polvo de veneno, para que se lo coma el hijo de puta y reviente por dentro. Lo siento mucho, pero es lo que hay».

El discurso no termina ahí. También manifiesta su intención de aplicar el mismo método contra perros de la zona: «Voy a poner veneno todos los putos días hasta que mueran todos los putos perros (…). Me los voy a cargar a todos».

Reacciones en redes: de la decepción al rechazo

Los audios han generado una oleada de reacciones en plataformas como X, donde miles de usuarios han compartido su sorpresa y descontento. Comentarios como «Que rabia, el Frank Cuesta lo odio», «Frank Cuesta es el nuevo Paco Sanz» o «Ojalá ver caer pronto a Frank de la Jungla. Tiene los días contados» reflejan el clima de indignación y la fractura de su imagen pública.

Un futuro incierto para el defensor de la fauna

El escándalo ha puesto en jaque la reputación de Frank Cuesta, que durante años ha construido su carrera sobre la base de la lucha por la conservación animal y la denuncia del tráfico de especies. Ahora, las acusaciones y sus propias palabras amenazan con borrar parte de ese legado, mientras se espera una resolución judicial sobre el caso de las nutrias y la pitón.

De momento, ni Cuesta ni su entorno han emitido un comunicado oficial tras la filtración de los audios. La opinión pública, sin embargo, ya ha comenzado a formarse un nuevo juicio sobre una figura que, para muchos, ha cruzado una línea que no tiene retorno.