Becciu, el cardenal al que Francisco apartó por delito financiero... y que ahora insiste en asistir al cónclave
Fue condenado a 5 años y medio de cárcel por delito financiero y el papa le retiró sus privilegios como purpurado.

A punto estaban de llegar las navidades de 2023 cuando supimos que un importante cardenal del Vaticano había sido condenado a 5 años y medio de cárcel. Él era Angelo Becciu y su delito un caso de irregularidades financieras. En consecuencia, el papa Francisco le retiró sus privilegios como purpurado. Y sin embargo, ahora cabe la posibilidad de que Becciu ocupe un sitio en el cónclave que va a elegir al sucesor del pontífice, fallecido el lunes pasado.
Salvo decisión contraria, el cardenal Becciu no debe participar en el cónclave, e incluso en las estadísticas del Vaticano le cuentan como cardenal no elector, a pesar de tener 76 años (pueden votar los menores de 80). Sin embargo, la oficina de prensa del Vaticano aseguró que todos los cardenales pueden participar en las congregaciones, las reuniones preparatorias, pero que otra cosa es entrar en el cónclave.
Quién es el cardenal Becciu
Giovanni Angelo Becciu es italiano de Cerdeña, donde nació el 2 de junio de 1948. Se hizo sacerdote en 1972 y trabajó en varias nunciaturas apostólicas, entre ellas las de República Centroafricana, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
En 2001, recibió la ordenación episcopal de las manos del cardenal Angelo Sodano. Ese año, el papa Juan Pablo II lo nombró nuncio apostólico en Angola. Luego lo fue de Santo Tomé y Príncipe, y en 2009, Benedicto XVI lo traslado a la importante nunciatura apostólica de Cuba.
Tras sus servicios en el exterior, Becciu regresó a Roma en 2011. El papa lo nombra Secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Cinco años después, fue confirmado como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2017, Francisco confió en él como Delegado Pontificio ante la Orden de Malta para representarlo durante el proceso de actualización de las normas y leyes de este Estado (en segundo lugar quedó el cardenal Raymond Leo Burke). Un año después, Bergoglio nombró a Becciu cardenal de la Iglesia católica.
Los negocios inmobiliarios de la Iglesia
Las cosas no tardaron en torcerse para el prelado sardo. En 2020, salió a la luz una controvertida operación inmobiliaria en Londres, que había sido gestionada por Becciu. Se habían desembolsado millones de libras en la compra de un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
La compra del edificio la cerró la Secretaría de Estado vaticana cuando Becciu era su sustituto de Asuntos Generales (2011-2018). La operación no sólo fue especulativa, sino que, además, salió mal económicamente: creó un agujero en las cuentas de la Santa Sede de al menos 139 millones de euros. El edificio costó a la Iglesia unos 350 millones de euros y luego se vendió por unos 214.
Además, aquella adquisición acabó siendo utilizada para extorsionar al Vaticano. El escándalo de Londres demostró la poca transparencia y las irregularidades que había en las cuentas de la Santa Sede.
Si ya era feo y censurable que la Iglesia gastara decenas de millones en una operación inmobiliaria, peor resultó cuando se descubrió que el dinero procedía de fondos de la Iglesia (incluido dinero del óbolo de San Pedro). Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu.
Favoreciendo económicamente a sus hermanos
Se recibieron denuncias de apropiación indebida por haber, presuntamente, favorecido económicamente a sus hermanos. En concreto, eran donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos.
Becciu negó las acusaciones, pero en septiembre de 2020 le fue impuesta la renuncia por el papa Francisco al cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos relacionados con el cardenalato. Es decir, retuvo el título de cardenal, pero perdió cualquier cargo y el derecho a entrar en un futuro cónclave.
También se supo entonces que se había pagado 575.000 euros a Cecilia Marogna. Se supone que esta mujer, que se presentaba como experta en asuntos diplomáticos y de espionaje, ayudó a la Santa Sede a liberar a una monja colombiana secuestrada en Malí.
El 3 de julio de 2021, un juez del Vaticano acusó a Becciu de múltiples cargos, entre ellos malversación de fondos, blanqueo de dinero, fraude, extorsión y abuso de poder. El papa Francisco aprobó personalmente su acusación. También fueron acusadas otras diez personas, cuatro de las cuales eran exfuncionarios del Vaticano.
Primer cardenal condenado por tribunal civil del Vaticano
En 2023, el cardenal fue condenado a 5 años y medio de cárcel. Incluso entonces, Becciu defendió su inocencia y avanzó su intención de recurrir la sentencia. "Respetamos la sentencia, leeremos las motivaciones, pero seguimos estando seguros que antes o después se reconocerá lo absurdo de la acusación contra el cardenal y, por lo tanto, la verdad: su eminencia es inocente", declararon sus abogados. La apelación se espera para el próximo otoño.
Fue el primer cardenal condenado por un tribunal civil del Estado Ciudad del Vaticano.
Por eso la duda que ahora surge: ¿puede entrar Becciu al cónclave que elegirá al nuevo papa? En principio, no. El Vaticano dice que todos los cardenales pueden participar en las congregaciones y las reuniones preparatorias, y el italiano es cardenal aunque sin derechos como tal. Sin embargo, el cónclave es otra cosa.
El empeño de Becciu por estar en el cónclave
El cardenal sardo tiene claro que sí, que puede participar en el cónclave para la elección del sucesor de Francisco. Lo ha dicho y no sólo a sus más cercanos, sino a los medios. "Refiriéndose al último Consistorio (aquel en el que Arrigo Miglio, exarzobispo de Cagliari y que recibió a Jorge Bergoglio en su histórica visita en septiembre de 2013, se convirtió en cardenal), el Papa reconoció intactas mis prerrogativas cardenalicias, ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave ni solicitud de mi renuncia explícita por escrito", ha declarado al diario Unione Sarda.
Fue un dolor inmenso ver cómo el Papa cambiaba de repente su juicio sobre mí de forma tan radical"
Becciu estaba en su Pattada natal, pasando unos días de descanso. Al conocerse la noticia de la muerte del papa, interrumpió sus vacaciones para volar a Roma, adonde llegó a última hora del lunes. "Como a todos, me ha impactado, me ha conmocionado profundamente la noticia que ha llegado tan de repente, también porque nada hacía pensar en una muerte tan repentina", declaró el cardenal.
El prelado fue preguntado por el escándalo que llevó a Francisco a retirarlo de sus funciones. "Fue un dolor inmenso ver cómo el Papa cambiaba de repente su juicio sobre mí de forma tan radical. Un dolor que acepté como una prueba de mi fe y de mi elección -confirmada en el momento en que recibí de sus manos el birrete cardenalicio- de dar la vida por el Papa y por la Iglesia de Cristo", comentó.
La congregación general de los cardenales, que ya se reunió este martes, es quien deberá decidir sobre el empeño de Becciu de tener asiento en el cónclave.