Apple Watch y la medición no invasiva de glucosa: el reto pendiente y el futuro de la salud en la muñeca

¿Cuándo podrá el Apple Watch medir la glucosa sin pinchazos? Descubre avances, retos y fechas probables.

Abr 27, 2025 - 20:36
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Apple Watch y la medición no invasiva de glucosa: el reto pendiente y el futuro de la salud en la muñeca

Glucosa

El Apple Watch ha revolucionado el concepto de reloj inteligente, integrando funciones de salud que antes solo estaban disponibles en dispositivos médicos especializados. Sin embargo, uno de los grandes anhelos, tanto para usuarios como para la propia Apple, es que este dispositivo sea capaz de medir los niveles de glucosa en sangre sin necesidad de pinchazos, una función que, a día de hoy, sigue en fase de desarrollo. ¿Por qué es tan relevante este avance y cuál es el estado actual de la tecnología?

El reto de la medición no invasiva de glucosa: ¿por qué tanto interés?

La diabetes es una de las enfermedades más extendidas en el mundo, afectando a millones de personas que deben controlar su glucosa a diario. Poder realizar este seguimiento de manera no invasiva, simplemente con un reloj en la muñeca, supondría un cambio radical en la calidad de vida de los pacientes y abriría nuevas posibilidades en la prevención y el cuidado de la salud.

Vivimos en una época en la que el monitoreo de parámetros vitales desde dispositivos personales es cada vez más común. El Apple Watch ya es capaz de medir la frecuencia cardíaca, realizar electrocardiogramas y controlar la saturación de oxígeno en sangre. Pero la medición de glucosa en sangre, especialmente de forma no invasiva, representa el Santo Grial de la monitorización biomédica.

La razón es simple: la diabetes afecta a más del 8% de la población mundial y ha ido en aumento. Solo en España, el 14,8% de la población la padece, y se estima que 540 millones de personas la sufren globalmente, muchas sin saberlo. Para quienes dependen de controlar la glucosa de forma constante, el proceso habitual implica pinchazos en los dedos varias veces al día, una rutina incómoda y molesta. Por eso, el desarrollo de una solución fiable, indolora y portátil es tan esperado.

Glucosa

¿Qué tecnologías hay hoy y cómo funcionan los actuales sistemas?

En la actualidad, los sistemas más extendidos para monitorizar la glucosa incluyen:

  • Glucómetros tradicionales: requieren una gota de sangre procedente de un pinchazo en el dedo, que se analiza al instante.
  • Sistemas de monitorización continua de glucosa (MCG): utilizan un sensor con un filamento flexible que se introduce bajo la piel, midiendo los niveles de glucosa en el líquido intersticial cada pocos minutos. Estos sensores transmiten datos a monitores, móviles o incluso al Apple Watch mediante apps compatibles.
  • Parches inteligentes: dispositivos como el FreeStyle Libre de Abbott, que permiten ver las lecturas en tiempo real gracias a su conectividad con móviles y relojes, aunque siguen siendo soluciones invasivas, ya que requieren la inserción de un pequeño filamento bajo la piel.

El camino de Apple: de los primeros rumores a los prototipos actuales

La historia de Apple y la medición no invasiva de glucosa comenzó hace más de 15 años, incluso antes de que el primer Apple Watch llegara al mercado. Steve Jobs, visionario donde los haya, soñaba con desarrollar sensores que no solo detectaran problemas cardíacos sino que permitieran anticipar riesgos como la prediabetes, algo que podría cambiar la vida de millones de personas.

Para ello, Apple ha invertido enormes recursos en investigación. Un proyecto secreto denominado E5, iniciado en 2010, se ha centrado en crear un sistema basado en espectroscopía de absorción óptica y láseres fotónicos capaces de medir la glucosa a través de la piel, sin requerir contacto físico ni muestras de sangre. Este método consiste en aplicar un rayo láser a una longitud de onda concreta que atraviesa la piel y permite estimar la concentración de glucosa por los cambios que la luz sufre al atravesar los tejidos.

El desarrollo no ha sido sencillo. Aunque Apple logró crear un prototipo funcional en 2023, el dispositivo resultaba aún demasiado voluminoso —del tamaño de un iPhone— y lejos de poder integrarse en el Apple Watch. Además, enfrentan problemas como el sobrecalentamiento y la precisión, variables críticas cuando hablamos de la salud.

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¿Por qué tarda tanto en llegar? Obstáculos y retos tecnológicos

Se habla mucho de cuándo llegará esta función, pero la respuesta sigue siendo incierta. Reportes de fuentes como Bloomberg y Europa Press subrayan que Apple tiene cientos de ingenieros trabajando en este objetivo dentro de la división XDG y colaboraciones multimillonarias con empresas especializadas como Rockley Photonics, pero se enfrentan a barreras importantes:

  • Miniaturización: Pasar de un sensor del tamaño de un teléfono a uno que quepa dentro de un reloj requiere avances disruptivos en hardware, materiales y gestión térmica.
  • Precisión y fiabilidad médica: Cualquier sistema no invasivo debe demostrar clínicamente que puede reemplazar o complementar los actuales glucómetros invasivos, algo que requiere años de pruebas y validaciones regulatorias.
  • Autonomía energética: La medición regular de glucosa consume mucha batería, por lo que el sistema debe ser eficiente para no limitar el uso normal del reloj.
  • Procesado de datos y software: Además del hardware, se requieren algoritmos avanzados capaces de transformar las lecturas en información útil y precisa para el usuario. En este sentido, Apple también explora el uso de inteligencia artificial para interpretar datos y hacer recomendaciones personalizadas para la salud.

Por si fuera poco, todo avance en sensores médicos implica la intervención de agencias reguladoras como la FDA estadounidense o su equivalente europea, que deben aprobar cada nuevo paso para asegurar la seguridad de los usuarios.

¿Qué hay de la competencia? Samsung, Google y el impulso del sector

Apple no está sola en esta carrera. Samsung y otros fabricantes llevan años investigando sistemas similares. Por ejemplo, el Galaxy Watch 4 prometía la inclusión de sensores ópticos para la medición no invasiva de glucosa, aunque finalmente la funcionalidad no llegó como se esperaba y sigue siendo experimental. Google, con su filial Verily y la adquisición de Fitbit, también trabaja en integración de sensores y parches, además de colaborar con empresas como Dexcom en el desarrollo de la siguiente generación de MCG cada vez más precisos y menos invasivos.

Todas estas grandes firmas comparten los mismos retos: precisión clínica, validación por las autoridades sanitarias y el desafío técnico de miniaturizar sensores potentes y fiables. Por ahora, las soluciones más extendidas siguen siendo los parches y sensores subcutáneos, aunque todo apunta a que veremos progresos importantes en los próximos años.

Apple Intelligence

El enfoque de Apple hacia la salud digital: apps, IA y herramientas preventivas

Mientras el sensor definitivo se hace esperar, Apple sigue ampliando su ecosistema de salud. Recientemente ha probado entre empleados prediabéticos una app propia para ayudar a controlar los alimentos y promover hábitos saludables, combinando la medición de glucosa con recomendaciones personalizadas. A través de pruebas piloto y prototipos, buscan abordar no solo la monitorización, sino la prevención y el acompañamiento del usuario en su día a día.

Si bien la primera versión de esta tecnología no estará disponible comercialmente a corto plazo, sus avances están sirviendo para sentar las bases de futuras integraciones, permitiendo que cuando la tecnología esté lista, el ecosistema Apple pueda sacar el máximo partido con funciones automáticas, IA personalizada y un seguimiento holístico de la salud.