Ana Obregón y Alessandro Lecquio mantienen una buena relación pese a la última polémica entre ellos

No están siendo días fáciles para Ana Obregón y Alessandro Lecquio. La última polémica, cocinada a fuego lento por los dos protagonistas, ha vuelto a poner el foco en todo lo relacionado con la hija-nieta de la presentadora, sobre todo con la sobreexposición de la menor en los medios de comunicación y en las redes sociales.

Aunque las aguas televisivas bajen un tanto revueltas, la realidad es muy diferente. Si bien a Lecquio le gustaría que la bióloga fuera menos expansiva al explicar asuntos tan íntimos como los relativos a la llegada de Ana Sandra a la familia, la realidad es que ha transigido con todo, incluso con lo que le parece un disparate.

Eso sí, no quiere que el nombre de su hijo vaya de mano en mano como la falsa moneda que cantaba Lola Flores. El televisivo desea que la vida personal de Obregón no interfiera en el funcionamiento natural de la fundación y no lo pasa bien cuando se han cuestionado las garantías y los proyectos de la misma. Por eso intenta no hacer demasiadas declaraciones y evitar que la polémica acabe por engullirlo todo.

En este sentido, las mismas fuentes que hablan con 20minutos hacen hincapié en desmentir que entre ellos se haya levantado un muro o que la relación sea fría o inexistente. Todo lo contrario, pues hablan con cierta frecuencia y tienen un trato cercano. Eso sí, también discuten y se enumeran las equivocaciones o las meteduras de pata. Por encima de todo está su hijo y la fundación que lleva su nombre.

Lecquio confía plenamente en la labor que desarrolla Ana Obregón en la fundación y delega en ella importantes acontecimientos y firmas. El italiano tampoco quiere tener demasiada presencia mediática y evita acudir a los eventos en los que puede haber prensa. El pasado viernes dejó todo el protagonismo a la presentadora en una gala celebrada el viernes y en la que se entregó un reconocimiento a la fundación que representan.