Vox, en la cuerda floja por su apoyo a los aranceles de Trump
Con cada medida que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuncia y, en especialmente las que repercuten a España o la Unión Europea, hacen que Vox pierda un poco más el equilibrio sobre la cuerda floja por la que camina desde hace semanas. Los primeros anuncios de Trump sobre imponer aranceles pusieron rápidamente el foco sobre el partido de Santiago Abascal, acérrimo defensor del magnate neoyorquino al que parece aplaudir cada palabra que pronuncia. El partido ultranacionalista -que no patriota como se autodefine- tiene un gran problema en lo que respecta al presidente estadounidense. Las políticas proteccionistas que anunció la semana pasada y que llevaba semanas voceando, han puesto en alerta a toda la UE, incluyendo a España. Ahora que estos aranceles pueden perjudicar a sectores como la industria agroalimentaria o metalúrgica en España, muchos piden a Vox que reformule su discurso sobre las tasas del mercado americano. Desde que el tycoon entro en la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Abascal y sus epígonos han aplaudido la visión proteccionista de Trump, defendiendo que este se preocupaba por su país y atacando al Gobierno de Pedro Sánchez persuadiendo en que debería hacer lo mismo. Aunque la narrativa ha ido dando saltos los últimos días. Con el temor de que los aranceles puedan perjudicar a empresas españolas, dentro de la formación ultraderechista se han dado numerosos alegatos sobre el tema, cada uno distinto del otro, evidenciando de esta manera una falta de coordinación dentro del grupo verde y demostrando que el partido no encuentra un punto intermedio que le permita seguir apoyando a su aliado trasatlántico mientras se sigue definiendo como "patriota". Voces adversas dentro del partido Este domingo, Abascal anunció que se ofrecía como un interlocutor "con el Gobierno de Estados Unidos para lo que sea necesario", dando a entender que estaría dispuesto a ser un mediador en una hipotética negociación entre ambos Estados. Aún así, ni 24 horas pasaron para que la formación ultraconservadora se retractara de las palabras de su líder sosteniendo que "para que [Abascal] hiciera eso, deben cumplirse un par de condiciones: la dimisión del bloque de este Gobierno y la convocatoria de elecciones", según apunto el portavoz nacional del partido, José Antonio Fuster. Desde Vox tienen una cosa clara: su presidente busca defender a todos los españoles, pero siempre bajo sus condiciones y exigencias. Por mucho que las políticas de Trump perjudiquen la industria española, Abascal solo ayudará si puede continuar con sus ambiciones políticas. A pesar de lo que muestra la realidad, Vox defiende que sus dirigentes se encuentran en sintonía y no se contradicen en sus declaraciones, asegurando que su líder no aclaró estos "matices" a la prensa ya que se trataban de unas declaraciones "apresuradas". La formación de Abascal, cegada por su narrativa de que todo aquel que no aplauda sus palabras pertenece al famoso establishment al que se enfrentan los ultraderechistas, busca minimizar los daños que la UE y España puedan hacer al miembro más fuerte de su red...
Con cada medida que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuncia y, en especialmente las que repercuten a España o la Unión Europea, hacen que Vox pierda un poco más el equilibrio sobre la cuerda floja por la que camina desde hace semanas. Los primeros anuncios de Trump sobre imponer aranceles pusieron rápidamente el foco sobre el partido de Santiago Abascal, acérrimo defensor del magnate neoyorquino al que parece aplaudir cada palabra que pronuncia. El partido ultranacionalista -que no patriota como se autodefine- tiene un gran problema en lo que respecta al presidente estadounidense. Las políticas proteccionistas que anunció la semana pasada y que llevaba semanas voceando, han puesto en alerta a toda la UE, incluyendo a España. Ahora que estos aranceles pueden perjudicar a sectores como la industria agroalimentaria o metalúrgica en España, muchos piden a Vox que reformule su discurso sobre las tasas del mercado americano. Desde que el tycoon entro en la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Abascal y sus epígonos han aplaudido la visión proteccionista de Trump, defendiendo que este se preocupaba por su país y atacando al Gobierno de Pedro Sánchez persuadiendo en que debería hacer lo mismo. Aunque la narrativa ha ido dando saltos los últimos días. Con el temor de que los aranceles puedan perjudicar a empresas españolas, dentro de la formación ultraderechista se han dado numerosos alegatos sobre el tema, cada uno distinto del otro, evidenciando de esta manera una falta de coordinación dentro del grupo verde y demostrando que el partido no encuentra un punto intermedio que le permita seguir apoyando a su aliado trasatlántico mientras se sigue definiendo como "patriota". Voces adversas dentro del partido Este domingo, Abascal anunció que se ofrecía como un interlocutor "con el Gobierno de Estados Unidos para lo que sea necesario", dando a entender que estaría dispuesto a ser un mediador en una hipotética negociación entre ambos Estados. Aún así, ni 24 horas pasaron para que la formación ultraconservadora se retractara de las palabras de su líder sosteniendo que "para que [Abascal] hiciera eso, deben cumplirse un par de condiciones: la dimisión del bloque de este Gobierno y la convocatoria de elecciones", según apunto el portavoz nacional del partido, José Antonio Fuster. Desde Vox tienen una cosa clara: su presidente busca defender a todos los españoles, pero siempre bajo sus condiciones y exigencias. Por mucho que las políticas de Trump perjudiquen la industria española, Abascal solo ayudará si puede continuar con sus ambiciones políticas. A pesar de lo que muestra la realidad, Vox defiende que sus dirigentes se encuentran en sintonía y no se contradicen en sus declaraciones, asegurando que su líder no aclaró estos "matices" a la prensa ya que se trataban de unas declaraciones "apresuradas". La formación de Abascal, cegada por su narrativa de que todo aquel que no aplauda sus palabras pertenece al famoso establishment al que se enfrentan los ultraderechistas, busca minimizar los daños que la UE y España puedan hacer al miembro más fuerte de su red...
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