Un extraño viaje a Galicia, un navajazo y 7.000 euros en el refajo
Dos amigas canarias treintañeras y un adolescente volaron a principios de marzo desde Canarias a Galicia para verse con la pareja sentimental de una de ellas, propietario de varios pisos turísticos en el archipiélago. Después de cenar en casa, fueron a un cobertizo cercano y el hombre acabó con un navajazo en el abdomen que a punto estuvo de costarle la vida. Las dos mujeres y el menor fueron detenidos por homicidio en grado de tentativa. Una de ellas llevaba 7.000 euros escondidos en sus partes íntimas. Pero en esta historia todavía quedan muchas incógnitas por resolver. El hombre, malherido, tuvo que ser operado de urgencia en el Hospital comarcal del Barbanza. Y allí acudió al día siguiente la Guardia Civil para tomarle declaración. Esa denuncia consta en el sumario del caso, al que ha tenido acceso ABC, de una investigación que pilota el Juzgado de Instrucción número 3 de Ribeira (La Coruña). La víctima relató a los agentes que los tres canarios habían llegado a su casa sobre las 23.00 horas, que cenaron churrasco y que bebieron una botella de orujo. En un momento dado, la mujer con la que mantenía «una relación sentimental muy esporádica» –según su definición– le propuso que llevara a su hijo a ver unos animales que el hombre tenía en un galpón cercano a su casa. Fueron en el coche que los canarios tenían alquilado. El reloj marcaba ya las tres de la madrugada. Lo que pasó después se lo relató así el denunciante a los agentes: su pareja sentimental y el hijo de esta cogieron un cuchillo, se lo pusieron en el abdomen y le amenazaron, pidiéndole dinero. El menor le acuchilló, y, cuando iba a darle un segundo navajazo, la madre lo impidió. Al salir del quirófano, el denunciante fue aún más explícito con los policías: «El chico quería pincharme más y ella no le dejó, le dijo, 'basta, basta, que ya lo has clavado'». Pero la víctima, en una declaración posterior, matizó esa primera versión que había dado a la Guardia Civil. Ofreció en esta ocasión algunos detalles más. Por ejemplo, que mientras madre e hijo le apuntaban con el cuchillo, su pareja sentimental le dijo: «Sabemos que tienes aquí el dinero, danos el dinero». Y también explicó a los agentes que creía que todo era una broma, por eso no se apartó demasiado cuando le apuntaban con el cuchillo. Otra cuestión importante de esa nueva declaración es que, en esta versión, la víctima decía no tener claro quién le había acuchillado: «Cree que fue» ella, «pero no lo sabe». A preguntas de los agentes, en esta ocasión ya no recordaba tampoco otro detalle que había relatado la primera vez: eso de que ella, la madre, con quien mantenía una relación «esporádica», se había interpuesto para que el menor no volviera a clavarle el cuchillo. Lo que sí recordaba bien la víctima es que él salió tras ellos y golpeó con un hierro el coche de las chicas canarias. Pasaban de las tres y media de la madrugada cuando la víctima llamó a un amigo: «Venme a buscar, que me apuñalaron». Cuando este llegó, el hombre ya estaba dentro del coche de otro conocido. Y le explicó entonces lo que había pasado: «Vino (su expareja) con un equipo para matarme». Eso lo relató luego este amigo a los policías. El teléfono volvió a sonar aquella madrugada en el cuartel de la Guardia Civil. Una vecina de la zona alertaba de que había tres personas aporreando la puerta de su casa, llegando a romper un cristal. Los agentes, al llegar, se encontraron al menor y a las dos mujeres canarias. Una de ellas tenía un cuchillo en la mano, abrió los brazos y lo dejó caer al suelo, diciendo: «Fui yo quien lo apuñalé para defender a mi hijo». La mujer tenía cortes en las manos y fue atendida 'in situ' por personal sanitario que llegó en ambulancia. La Guardia Civil preguntó a esta vecina qué había sucedido los momentos previos a la llegada de los agentes al lugar. Y explicó que sobre las tres de la mañana empezaron a golpear la puerta de su casa «con el propósito de entrar». También gritaban: «Por favor, abridnos, que nos van a encontrar». Y en un momento dado, el chico le dijo «que los tenían secuestrados y que habían violado a su madre delante de él». Esta vecina reconoció a los agentes que, por miedo, no quiso abrirles la puerta, y que fue entonces cuando, asustada, decidió llamar a la Guardia Civil. La Benemérita registró el coche que las dos mujeres habían alquilado en Galicia. Había dos cuchillos. Y al abrir una maleta guardada en el maletero, se encontraron con 14 guantes de látex y dos rollos de cinta de carrocero sin estrenar. Entre las pertenencias que portaban las mujeres había también un paquete de bridas precintado. Además, durante el cacheo a una de las mujeres –la amiga del ex de la víctima– se le incautó un calcetín con 7.000 euros en billetes de 50, que llevaba «en sus partes íntimas», tal y como recoge uno de los informes policiales. Sin embargo, esa cifra no cuadra con el dinero que el hombre decía que podía tener en casa, que sería bastante menos. A finales de mes está citado a declarar en el
Dos amigas canarias treintañeras y un adolescente volaron a principios de marzo desde Canarias a Galicia para verse con la pareja sentimental de una de ellas, propietario de varios pisos turísticos en el archipiélago. Después de cenar en casa, fueron a un cobertizo cercano y el hombre acabó con un navajazo en el abdomen que a punto estuvo de costarle la vida. Las dos mujeres y el menor fueron detenidos por homicidio en grado de tentativa. Una de ellas llevaba 7.000 euros escondidos en sus partes íntimas. Pero en esta historia todavía quedan muchas incógnitas por resolver. El hombre, malherido, tuvo que ser operado de urgencia en el Hospital comarcal del Barbanza. Y allí acudió al día siguiente la Guardia Civil para tomarle declaración. Esa denuncia consta en el sumario del caso, al que ha tenido acceso ABC, de una investigación que pilota el Juzgado de Instrucción número 3 de Ribeira (La Coruña). La víctima relató a los agentes que los tres canarios habían llegado a su casa sobre las 23.00 horas, que cenaron churrasco y que bebieron una botella de orujo. En un momento dado, la mujer con la que mantenía «una relación sentimental muy esporádica» –según su definición– le propuso que llevara a su hijo a ver unos animales que el hombre tenía en un galpón cercano a su casa. Fueron en el coche que los canarios tenían alquilado. El reloj marcaba ya las tres de la madrugada. Lo que pasó después se lo relató así el denunciante a los agentes: su pareja sentimental y el hijo de esta cogieron un cuchillo, se lo pusieron en el abdomen y le amenazaron, pidiéndole dinero. El menor le acuchilló, y, cuando iba a darle un segundo navajazo, la madre lo impidió. Al salir del quirófano, el denunciante fue aún más explícito con los policías: «El chico quería pincharme más y ella no le dejó, le dijo, 'basta, basta, que ya lo has clavado'». Pero la víctima, en una declaración posterior, matizó esa primera versión que había dado a la Guardia Civil. Ofreció en esta ocasión algunos detalles más. Por ejemplo, que mientras madre e hijo le apuntaban con el cuchillo, su pareja sentimental le dijo: «Sabemos que tienes aquí el dinero, danos el dinero». Y también explicó a los agentes que creía que todo era una broma, por eso no se apartó demasiado cuando le apuntaban con el cuchillo. Otra cuestión importante de esa nueva declaración es que, en esta versión, la víctima decía no tener claro quién le había acuchillado: «Cree que fue» ella, «pero no lo sabe». A preguntas de los agentes, en esta ocasión ya no recordaba tampoco otro detalle que había relatado la primera vez: eso de que ella, la madre, con quien mantenía una relación «esporádica», se había interpuesto para que el menor no volviera a clavarle el cuchillo. Lo que sí recordaba bien la víctima es que él salió tras ellos y golpeó con un hierro el coche de las chicas canarias. Pasaban de las tres y media de la madrugada cuando la víctima llamó a un amigo: «Venme a buscar, que me apuñalaron». Cuando este llegó, el hombre ya estaba dentro del coche de otro conocido. Y le explicó entonces lo que había pasado: «Vino (su expareja) con un equipo para matarme». Eso lo relató luego este amigo a los policías. El teléfono volvió a sonar aquella madrugada en el cuartel de la Guardia Civil. Una vecina de la zona alertaba de que había tres personas aporreando la puerta de su casa, llegando a romper un cristal. Los agentes, al llegar, se encontraron al menor y a las dos mujeres canarias. Una de ellas tenía un cuchillo en la mano, abrió los brazos y lo dejó caer al suelo, diciendo: «Fui yo quien lo apuñalé para defender a mi hijo». La mujer tenía cortes en las manos y fue atendida 'in situ' por personal sanitario que llegó en ambulancia. La Guardia Civil preguntó a esta vecina qué había sucedido los momentos previos a la llegada de los agentes al lugar. Y explicó que sobre las tres de la mañana empezaron a golpear la puerta de su casa «con el propósito de entrar». También gritaban: «Por favor, abridnos, que nos van a encontrar». Y en un momento dado, el chico le dijo «que los tenían secuestrados y que habían violado a su madre delante de él». Esta vecina reconoció a los agentes que, por miedo, no quiso abrirles la puerta, y que fue entonces cuando, asustada, decidió llamar a la Guardia Civil. La Benemérita registró el coche que las dos mujeres habían alquilado en Galicia. Había dos cuchillos. Y al abrir una maleta guardada en el maletero, se encontraron con 14 guantes de látex y dos rollos de cinta de carrocero sin estrenar. Entre las pertenencias que portaban las mujeres había también un paquete de bridas precintado. Además, durante el cacheo a una de las mujeres –la amiga del ex de la víctima– se le incautó un calcetín con 7.000 euros en billetes de 50, que llevaba «en sus partes íntimas», tal y como recoge uno de los informes policiales. Sin embargo, esa cifra no cuadra con el dinero que el hombre decía que podía tener en casa, que sería bastante menos. A finales de mes está citado a declarar en el juzgado y podrá aclarar todos estos extremos. Los tres canarios acabaron detenidos esa misma noche. El juzgado ordenó el ingreso en prisión provisional de las dos mujeres, defendidas por el abogado Luciano Prado. Y la Fiscalía de Menores envió al adolescente a un centro. Están investigados por tentativa de homicidio y robo con violencia. Las dos mujeres tienen algún antecedente policial por delitos contra el patrimonio. La víctima denunció también que, un par de semanas antes, alguien había entrado en otro de los apartamentos que tiene en Canarias. Y pide que se investigue si estas dos mujeres ahora detenidas tienen algo que ver con ese otro asunto.
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