Un exdirector del FMI explicó cuánto dinero “fresco” podría darle el organismo a Milei
Alejandro Werner habló de “dos escenarios” que podrían determinar el capital de libre acceso con el que contará la Argentina; prestó opinión también sobre la política cambiaria, posibles modificaciones y el dólar “atrasado”

El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el hemisferio occidental, Alejandro Werner, puso bajo la lupa este domingo por la tarde el paquete de financiamiento de U$S20 mil millones que el Gobierno solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI). En una entrevista radial, explicó cuánto dinero “fresco” podría darle el organismo multilateral al país, opinó sobre la política cambiara que impulsa el oficialismo y habló de un “dólar atrasado”.
En una evaluación sobre las negociaciones entre la administración Milei y el FMI respecto del nuevo desembolso -Milei dijo que llegará a mediados de abril- Werner planteó algunas dudas. “A nadie le da muy bien la cuenta”, dijo en relación con la cantidad de dólares libres a los que accedería la Argentina. “Faltan bastantes elementos para determinarlo. Sabemos que es un programa de cuatro años, pero no tenemos claro cuál es el calendario de desembolsos”, resaltó.
A pesar de no contar con todos los detalles de la negociación, el exintegrante del Fondo se animó a pronosticar dos escenarios: “El primero de ellos es uno al que el Gobierno apunta. Sabemos que en los próximos cuatro años la Argentina tiene repagos de capital con el Fondo de 14 mil millones de dólares. Entonces, de recibir los U$S 20.000 millones, sobrarían seis. Y de esos seis, una proporción muy alta se los daría el FMI a la Argentina durante el año 2025 o principios de 2026″.
“Otra manera de hacer la cuenta es: durante los próximos tres años, la Argentina va a tener desembolsos muy pequeños y necesitará del dinero del Fondo no solo para repagar capital sino también intereses. Esa suma escala entonces a U$S15.000 millones. En esa caso sobran cinco”, acotó más adelante. Y resumió: “Uno tiene que pensar entonces que este programa con el FMI le da a la Argentina el refinanciamiento de capital e intereses de los próximos tres años junto a cinco o seis mil millones de dólares adicionales que recibirá este año o a comienzos del siguiente. No es un monto tremendamente elevado, pero sirve”.
A ello, Werner hizo hincapié además en potenciales créditos por parte de bancos de desarrollo como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, tal como anticipó el ministro de Economía, Luis Caputo, la última semana. “Si se le suma lo que se está hablando de que la Argentina puede conseguir desembolsos del Banco Mundial, BID y CAF -alrededor de 5 mil millones de dólares-, entonces estamos hablando de U$S 10 mil millones de dólares para los próximos doce meses”, puntualizó.
Política cambiaria y atraso
En otro tramo de la entrevista, el exdirector del Fondo Monetario Internacional para el hemisferio occidental vaticinó modificaciones “poco trascendentales” en la política cambiaria -contrario a lo que plantea el Gobierno- que traerá aparejado el acuerdo: “Se habla de una banda. Esa banda tal vez tenga un crawling peg un poco mayor al 1%. Otra posibilidad es que se quede el crawl se quede en el 1% con una banda que se ensanche. Pensemos que si se pone una banda de más menos 4% y un crawl del 1%, podría ensancharse de 4% a 6%. Eso le daría espacio al tipo de cambio, por ejemplo, a depreciarse un 6%”.
En la misma línea, Werner se mostró “preocupado” porque el Gobierno no adelante estas variaciones: “No hablan de cambios en ninguna política. Deben entender que al mercado o le ofreces una cantidad no infinita pero muy grande de recursos, o le decís que vas a seguir políticas consistentes para que el Banco Central no tenga que intervenir en el mercado paralelo. Al no cumplir con ninguna de las dos cosas este anuncio, tampoco logra atenuar la presión en el mercado cambiario”.
Y puso el foco en dos dudas a despejar: “Por un lado, tenemos la interrogante de si la administración Milei, en el fondo, comparte el diagnóstico del atraso cambiario. Públicamente dicen que no, pero bueno, es un convencimiento. La otra interrogante es más un tema estratégico. A lo que realmente apuntan es a llegar a la elección sin haber tenido un repunte de la inflación. Por ello es que están postergando todos estos ajustes hasta después de la elección. La idea parece ser lograr un buen resultado electoral, hacer el ejercicio con un Congreso mucho más alineado con el programa económico de Milei, obtener apoyo en temas presupuestarios, de pensiones, de provincias, ampliar el crédito con el Fondo y liberar el cepo. El problema, en todo caso, sería llegar así hasta noviembre”.
Para concluir, Werner dijo que los próximos diez meses serán “muy complicados” para el país. “Se atraviesa el tema de la elección y un cierto convencimiento del Gobierno de que su política cambiaria no necesita ninguna modificación. Eso de ver al Presidente escribir artículos defendiendo al tipo de cambio... El último presidente que tuvo el atrevimiento de decir que el peso mexicano estaba bien preciado fue José López Portillo antes de la devaluación del ‘82. La verdad eso yo se lo dejaría al ministro de Economía [Luis Caputo], que termina siendo un fusible. Si está mal puesto o no funciona, podés poner otro. Pero no podes poner otro presidente”.