Trump abre reserva marina protegida a la pesca: el océano ya no está a salvo
El 17 de abril de 2025, el presidente Donald Trump tomó una decisión que sacudió al mundo ambiental: abrió la Pacific Islands Heritage Marine National Monument, una de las reservas marinas más grandes del planeta, a la pesca comercial. Este tesoro del Pacífico, ubicado a unas 750 millas de Hawái, alberga tortugas marinas en peligro, […]

El 17 de abril de 2025, el presidente Donald Trump tomó una decisión que sacudió al mundo ambiental: abrió la Pacific Islands Heritage Marine National Monument, una de las reservas marinas más grandes del planeta, a la pesca comercial. Este tesoro del Pacífico, ubicado a unas 750 millas de Hawái, alberga tortugas marinas en peligro, ballenas, corales y una biodiversidad única. Con el objetivo de hacer a Estados Unidos el “líder mundial en mariscos”, Trump desató un debate sobre el futuro de los océanos. ¿Qué significa esta medida para la vida marina y las comunidades del Pacífico?
Trump abre zona marina protegida: un cambio controversial
La Pacific Islands Heritage Marine National Monument es un santuario de vida marina. Establecida en 2009 por George W. Bush y ampliada por Barack Obama en 2014, cubre casi 500,000 millas cuadradas de islas, atolones y montes submarinos. Hasta ahora, la pesca comercial estaba prohibida para proteger su ecosistema. La orden ejecutiva de Trump permite esta actividad en áreas de 50 a 200 millas náuticas alrededor de los territorios, argumentando que los pescadores, especialmente de Samoa Americana, han sido obligados a viajar días para pescar en aguas menos productivas.
Pero el cambio no es inmediato. El Departamento de Comercio debe crear nuevas regulaciones, y grupos ambientalistas como Earthjustice ya planean las demandas. “Solo el Congreso puede modificar monumentos nacionales”, afirma David Henkin, abogado de la organización. La legalidad de la orden pende de un hilo, y los tribunales podrían bloquearla.
Una joya del océano, ahora en la mira de la industria
Permitir la pesca comercial en esta zona pone en riesgo mucho más que los peces. Técnicas como el palangre pueden atrapar tortugas, delfines y aves marinas accidentalmente. Los arrecifes de coral, vitales para la vida marina, también enfrentan amenazas. Según la Pacific Islands Heritage Coalition, estas prácticas podrían desestabilizar las cadenas alimenticias al reducir poblaciones de especies clave como el atún. Curiosamente, las áreas protegidas como esta benefician a los pescadores. Un estudio de la Universidad de Hawái muestra que las reservas generan un “efecto de desborde”, aumentando las poblaciones de peces en aguas cercanas abiertas a la pesca. Robert Richmond, ecólogo marino, lo explica así: “Los peces son el capital, y su reproducción es el interés”. Abrir la reserva podría agotar este “capital” y dañar la pesca a largo plazo.
Las comunidades del Pacífico entre la economía y la cultura
Trump, respaldado por figuras como Aumua Amata Coleman Radewagen, delegada de Samoa Americana, defiende que la pesca comercial impulsará la economía local. En Samoa Americana, la industria del atún sostiene a unas 5,000 personas en una planta de procesamiento. Sin embargo, un estudio de 2023 de la Universidad de Santa Bárbara revela que los barcos estadounidenses usaban solo el 0.52% de esta zona antes de su protección, lo que cuestiona el impacto económico real. Para las comunidades indígenas del Pacífico, el monumento es un “corazón cultural”. Solomon Kaho‘ohalahala, de la Pacific Islands Heritage Coalition, lo considera un espacio sagrado ligado a la historia de navegación de sus ancestros. Abrirlo a la explotación es, para muchos, una afrenta a su identidad.
¿Y ahora qué? El futuro de la conservación marina
La orden de Trump no se limita a este monumento. También pide revisar todos los monumentos marinos de EE.UU., lo que podría afectar áreas como Papahānaumokuākea en Hawái. Ambientalistas advierten que esto establece un precedente alarmante: si los monumentos marinos son vulnerables, ¿qué protege nuestras tierras y aguas públicas?
La decisión de Trump de abrir la Pacific Islands Heritage Marine National Monument enfrenta dos visiones: crecimiento económico versus conservación a largo plazo. Mientras los tribunales deciden, una cosa es segura: los océanos no son recursos infinitos. Proteger lugares como este asegura la vida marina y el sustento de comunidades como las del Pacífico. Y ahora la gran pregunta es si priorizaremos el “liderazgo en mariscos” o un océano vivo para las futuras generaciones.