Todo sobre la controversia alrededor de los caballos semisalvajes de Alberta, en Canadá

Desde 1920, cuando comenzaron los censos, la población de caballos libres se estima en unos 1.500 ejemplares.

Feb 24, 2025 - 06:52
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Todo sobre la controversia alrededor de los caballos semisalvajes de Alberta, en Canadá

Es de conocimiento popular la expresión de que 'el perro es el mejor amigo del hombre', pero desde tiempos inmemoriales, han sido los caballos quienes han desempeñado un papel crucial en la construcción de civilizaciones, influyendo en nuestras economías, culturas y políticas.

Hace aproximadamente 3.6 millones de años, en lo que hoy es Tanzania, existen huellas que nos revelan que nuestros antepasados ya montaban en caballos salvajes. Tras su domesticación, hace unos 5.500 años, durante la Edad de Bronce, su utilidad se disparó: servían de transporte, de alimento, y sus pieles y huesos también se aprovechaban. No fue diferente en América del Norte, donde los caballos han sido fundamentales para muchas culturas indígenas.

Los caballos de las Montañas Rocosas de Alberta

A finales de enero, el gobierno de Alberta inició su recuento anual de la población de caballos en libertad en las laderas orientales de las Montañas Rocosas. Según la normativa vigente, si el número de ejemplares supera el umbral establecido, se implementarán medidas de control, incluyendo la adopción de 30 caballos y la administración de anticonceptivos a las hembras. Este proceso, que se repite año tras año, ha vuelto a encender el debate sobre la presencia de estos caballos asilvestrados en Canadá.

Las Montañas Rocosas de Alberta albergan una de las poblaciones más icónicas y a la vez controvertidas de caballos en libertad alrededor del mundo. Conocidos como ‘wildies’, han vivido en la región durante generaciones y forman parte del paisaje natural. Sin embargo, su existencia ha generado un intenso debate sobre su origen, su impacto en el ecosistema y las medidas de control impuestas por el gobierno.

El origen de estos caballos se remonta a la colonización europea de Norteamérica. Durante siglos, los equinos utilizados en la agricultura, la minería y el transporte fueron liberados o bien escaparon, formando la población de lo que hoy también recibe el nombre de caballos de montaña de Alberta.

Actualmente, la mayor concentración de estos caballos se encuentra en la zona de Sundre, al noroeste de Calgary, donde en 2023 se contabilizaron 969 ejemplares. Aunque muchos habitantes los consideran parte del patrimonio natural, las autoridades los clasifican como ‘ferales’, es decir, animales domésticos que han vuelto a un estado silvestre.

¿Caballos asilvestrados o caballos salvajes?

La distinción entre ‘salvaje’ y ‘feral’ no es solo semántica; tiene implicaciones legales y ecológicas. Los caballos salvajes, como los mustangs de Estados Unidos, son considerados parte del patrimonio natural y están protegidos por leyes específicas. En cambio, los caballos ferales de Alberta, son clasificados como ‘ganado doméstico’ bajo la Ley de Animales Callejeros de la provincia. Esto significa que no tienen el mismo estatus de protección que la fauna silvestre, como los ciervos o los alces.

Esta clasificación ha generado tensiones entre quienes ven a estos caballos como un símbolo de la historia y la cultura de Alberta y quienes los consideran una amenaza para el ecosistema. Los defensores de los caballos argumentan que son parte del paisaje desde hace siglos y que merecen ser protegidos. Por otro lado, los críticos señalan que compiten con el ganado y la fauna nativa por los recursos, especialmente en áreas de pastoreo.

El conflicto con el sector ganadero

Uno de los principales motivos por los cuales el gobierno de Alberta busca reducir la población de estos caballos es su impacto en el ecosistema y la competencia con el ganado.

En relación a su impacto en el medio ambiente, las autoridades argumentan que estos animales consumen grandes cantidades de pasto, lo que puede degradar el suelo y reducir la disponibilidad de alimento para otras especies locales. Además, se cree que su presencia afecta negativamente a los ecosistemas acuáticos, ya que pisotean las riberas de los ríos y arroyos.

Por otra parte, la industria ganadera es un pilar económico en la provincia, con un valor superior a los 5 mil millones de dólares anuales (aproximadamente 4.500 millones de euros). Para los ganaderos, la presencia de caballos salvajes en tierras de pastoreo representa un problema, ya que compiten por recursos como el agua y el alimento.

Desde la década de 1950, se han implementado medidas de control de población, incluyendo capturas y sacrificios. En 1993, Alberta introdujo la Regulación de Captura de Caballos, permitiendo la captura de entre 25 y 35 caballos al año. Sin embargo, en 2011-2012, la cifra se disparó a 216 ejemplares capturados.

En 2023, el gobierno propuso nuevas medidas de control basadas en adopciones y métodos anticonceptivos. Si el conteo poblacional supera el umbral de 1.000 caballos en ciertas zonas, 30 serían puestos en adopción y 90 recibirían anticonceptivos. Estas iniciativas han sido recibidas con escepticismo por grupos ambientalistas y defensores de los caballos, quienes consideran que las decisiones no se basan en evidencia científica, sino en presiones del sector ganadero.

Resistencia social y medidas de conservación

Ante estas políticas, organizaciones como la Wild Horses of Alberta Society (WHOAS) han intensificado sus esfuerzos de conservación. WHOAS ha implementado un programa de control de natalidad mediante el uso de una vacuna que reduce la fertilidad de las yeguas de forma temporal y sin afectar su salud.

Además, los defensores de los caballos denuncian que las adopciones no siempre garantizan un futuro seguro para los animales. Se han documentado casos en los que caballos adoptados terminaron en subastas y, posteriormente, fueron enviados al matadero.

Para figuras como Joanne King, fotógrafa, activista local y creadora de contenido, estos caballos son más que simples animales y representan un legado cultural y natural invaluable. Miles de personas alrededor del mundo siguen sus historias en redes sociales y viajan a Alberta solo para verlos en su hábitat natural.

¿Qué futuro les espera a los caballos de Alberta?

El destino de estos caballos sigue en el tablero de juego. Mientras el gobierno mantiene su postura de control poblacional, los defensores continúan presionando para que sean reconocidos como parte del ecosistema y se implementen medidas más humanitarias.

Por ahora, la lucha por la protección de estos animales continúa, y su futuro dependerá de la capacidad de la sociedad para equilibrar conservación, economía y ética en la gestión de la vida silvestre.

Referencias: